El grupo de teatro Animalario recorre en un libro sus 10 años de trayectoria
Alberto San Juan es el autor de la obra a partir de entrevistas realizadas por Andrés Lima
La polémica ceremonia de entrega de los premios Goya en 2003 y el espectáculo Alejandro y Ana. Lo que España no pudo ver del banquete de la boda de la hija del presidente dieron proyección al trabajo de la compañía teatral Animalario. Pero el grupo, del cual los actores Alberto San Juan y Guillermo Toledo son las caras más conocidas, había recorrido un intenso camino desde su creación en 1995. Al cumplirse su primera década, la compañía revisa su trayectoria en un libro (Plaza y Janés) escrito por San Juan a partir de una serie de entrevistas realizadas por Andrés Lima.
Animalario. Bonitas historias de entretenimiento sobre la humillación cotidiana de existir es a la vez el nombre del primer espectáculo del grupo -Premio Nacional de teatro 2005- y el título del libro. La compañía se inició con un lema que puede servir para definir todo su trabajo, marcado por el compromiso y la crítica hacia determinadas conductas del ser humano. "Muchas de las cosas que hemos vivido en la compañía nos han ocurrido sin haberlas planificado", reconoce Guillermo Toledo.
Y pone el ejemplo de que jamás se les habría ocurrido que pudieran participar en una gala como la de los Goya. Tampoco pretendieron organizar el revuelo que se desató durante la ceremonia, convertida en un alegato contra la guerra de Irak. "En realidad deberíamos darle las gracias al PP por la repercusión que tuvimos más que a los Goya en sí. No habría sido lo mismo si ellos no hubieran abierto la boca", recuerda Toledo.
El libro reconstruye la historia del grupo a partir de las opiniones e impresiones de muchas de las personas que en un momento dado han participado en alguno de sus montajes, desde el núcleo más estable, como la actriz Natalie Poza o los actores Roberto Álamo, Luis Bermejo o Javier Gutiérrez, y, últimamente, el dramaturgo Juan Mayorga, a colaboraciones puntuales como las de Ernesto Alterio o Alicia Yagüe. A través de sus declaraciones van aflorando las constantes de la compañía; entre las que llaman la atención están los rasgos de una cierta anarquía y el respeto a las necesidades personales de cada uno por encima de las profesionales. "A algunas personas les ha costado aceptar nuestra falta de normas. No es que no tengamos disciplina, es que tenemos nuestra propia disciplina", indica San Juan. Otra de las constantes del libro es la importancia de la figura de Andrés Lima, director de los espectáculos de la compañía.
Él, San Juan y Toledo completan el trío de gestión del grupo (son los tres socios de la empresa, aunque San Juan advierte que se trata de un hecho circunstancial, "y la compañía es mucho más amplia"), pero Lima ha sido el motor que ha puesto en marcha y aglutinado esfuerzos. Y no sólo desde un punto de vista artístico, a menudo también como sostén espiritual de los actores. "Con el tiempo la compañía se ha ido haciendo cada vez más horizontal", se complace San Juan.
Babelia
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