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Columna
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Europa

Andalucía es una comunidad bizca. En vez de estar centrados en nuestros problemas y debatir sobre ellos, le tenemos puesto un ojo a Barcelona. Hay veces que los dirigentes políticos parecen más preocupados por el gobierno central que por el andaluz. No debe haber mucha fe en una conciencia andaluza cuando para desgastar a la Junta se utiliza el famoso tripartito o la Junta mezcla la negociación del estatuto propio con el catalán. Si se ha realizado una negociación para el conjunto de España sobre los fondos europeos, se anticipa el debate en Andalucía antes de saber las cantidades asignadas por la Comisión o los criterios de distribución del gobierno español Es un asunto extraordinario, como Matrix o Los otros, donde hay un mundo paralelo al real. Parece como si algunos políticos vivieran en una burbuja alejados de los problemas de la gente. Quizás por ello algunos viven más pendientes de lo que ocurre en Barcelona que en Andalucía. Como todo acuerdo, el del presupuesto comunitario tiene logros y cesiones por parte de todos, empezando por el famoso cheque británico y la no menos famosa Política Agraria Común. Todos ganan, todos ceden. Así se construye Europa. Parece evidente que si España ha mejorado y sigue mejorando, todos debemos estar satisfechos. Lo mismo cabe decir de Andalucía. Si cuando ingresamos en la CEE hace 20 años nuestra comunidad tenía una media de renta del 57% ahora estamos en el 74% , lo que debería ser para estar contentos. Si antes teníamos el 32% de paro y ahora el 13% es para celebrarlo. Y si por culpa de la prosperidad dejamos de recibir algún dinero de la Unión, no es para quejarse. Es el progreso. No podemos estar toda la vida cogidos a la ubre europea. Por culpa del anterior Gobierno, Andalucía dejó de recibir 6.000 millones de euros de la UE que se fueron para otras comunidades, lo que contrasta con las cuentas que hace el PP de que se va a dejar de ingresar en los próximos siete años 6.000 millones, cuando el acuerdo político de la última Cumbre Europea todavía no ha sido distribuido por regiones. En cualquier caso, resulta evidente que bajará la aportación de fondos, pero mucho más debe bajar en Madrid o Cataluña si el Gobierno de la nación los administra bien. Y todavía está por venir la desaparición de las ayudas agrícolas según se ha acordado en la reunión de la OMC.

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