Blair confía en que sus tropas inicien la retirada de Irak en seis meses
El juicio a Sadam se aplaza después de que el ex dictador acusara a EE UU de mentir
El primer ministro Tony Blair se mostró ayer optimista ante la posibilidad de que las tropas británicas empiecen a retirarse de Irak dentro de seis meses. Blair, que realizó una visita sorpresa al cuartel general británico, cerca de Basora, en el sur de ese país árabe, mostró su satisfacción al ser informado por mandos militares británicos y estadounidenses de que las fuerzas de seguridad iraquíes estarán entonces en condiciones de asumir el control del 75% del país, ocupado por EE UU y Reino Unido en marzo de 2003.
La de ayer fue la cuarta visita de Blair a la zona desde la invasión. El 21 de diciembre de 2004 visitó Bagdad, y en enero de ese mismo año y junio de 2003 estuvo ya en Basora, la región asignada al control de las tropas británicas.
El primer ministró, que voló en un Hércules de la RAF desde Kuwait a Basora, fue trasladado en helicóptero hasta la base británica en Shaiba, donde fue jaleado por 4.000 soldados allí acantonados, casi la mitad de las 8.500 fuerzas británicas que aún están desplegadas en Irak. Tony Blair, descorbatado pero con americana, arengó a las tropas desde la plataforma de un camión. "Sé que es especialmente duro estar lejos de la familia en Navidad. Sólo quiero que sepáis lo agradecidos que estamos por vuestro trabajo aquí. Pero por duro que sea, espero que os deis cuenta de la importancia de lo que estáis haciendo", les dijo.
Blair se entrevistó con el comandante de sus fuerzas, el teniente general Nick Houghton, con el comandante de las fuerzas estadounidenses, el general George Casey, con el responsable de las operaciones en el sureste de Irak, el general John Cooper, y con diplomáticos británicos. El primer ministro pareció emanar optimismo tras éstos y otros encuentros, aunque se resistió a dar "un calendario artificial" sobre la retirada de sus tropas, a pesar de que sus soldados le aseguraron que cada vez se cuenta más con las fuerzas iraquíes, sobre las que en el pasado se ha expresado el temor de que estuvieran siendo infiltradas por la resistencia.
"Es desde luego un signo muy alentador, porque sólo la reconstrucción de esas fuerzas armadas nos puede permitir la retirada de nuestras propias fuerzas", dijo Blair. "Ése es el objetivo estratégico. El proceso político debe apoyarse en un sistema de seguridad fuerte", explicó. Preguntado sobre si la retirada británica podría empezar en seis meses, el primer ministro lo condicionó al desarrollo del proceso político. "Si todo se desarrolla de acuerdo con lo previsto, nuestra estrategia consiste en retirar nuestras propias fuerzas. No queremos mantener a nuestra gente más tiempo de lo necesario", recordó.
El antiguo embajador de Reino Unido en Bagdad sir Jeremy Greenstock fue, sin embargo, muy cauto en declaraciones a la cadena británica Sky. Aunque la retirada de las tropas anglo-americanas pueda empezar pronto, tardará "bastantes años" en acabar debido al poder de la insurgencia. "Creo que tiene al menos cinco años de vida porque tienen hombres y tienen material, tienen la motivación de los suníes, los restos del partido Baath, los partidarios de Sadam y los yihadistas extranjeros, la franquicia de Al Qaeda", declaró. "Hay hombres y materiales para bastantes años de insurgencia", concluyó sir Jeremy.
Mientras, en Bagdad, informa France Presse, prosiguió el juicio contra el ex dictador Sadam Husein, quien continuó su táctica de contraataque. Sadam acusó a los norteamericanos de haberle "golpeado y torturado" cuando fue encarcelado, pese a que lo negase la Casa Blanca. "En la Casa Blanca son unos mentirosos. En la Casa Blanca está el mentiroso número uno del mundo", dijo. "Mintieron cuando dijeron que Irak tenía armas químicas y volvieron a mentir cuando pretendieron que no me habían golpeado", subrayó Sadam, cuyo juicio ha sido aplazado hasta el próximo 24 de enero.
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