'Terminator' asesino
El actor Johnny Weissmuller alcanzó fama extraordinaria durante los años treinta con su personaje de Tarzán, el hombre mono. Sus primeras películas fueron excelentes, y las últimas, francamente pésimas. Cuentan que Johnny Weissmuller no pudo soportar tal decadencia y que acabó completamente loco, recluido en un asilo, donde lanzaba su famoso grito "de Tarzán" de cuando saltaba de liana en liana en las películas. Algo similar le ocurrió a Bela Lugosi, actor especializado en personajes de hombres vampiro. Durante los últimos años de su vida optó por dormir en el interior de un ataúd: el personaje de Drácula se había apropiado de su propia vida.
¿En qué momento ha decidido Arnold Schwarzenegger que en la vida real puede matar tan impunemente como en sus películas? ¿Desde cuándo está poseído por Terminator, ese robot programado para misiones de exterminio que propina violentos mamporros y asesina con la frialdad de una máquina? El caso es que esta semana ha vuelto a ejecutar a un hombre de carne y hueso, negro, para más señas, el tercero desde que lo eligieron gobernador de California. Uno por año.
De nada han valido las peticiones de clemencia de medio mundo, nada le ha importado que el condenado llevara ya 24 años en la cárcel, que estuviera arrepentido de los crímenes que cometió hace un cuarto de siglo, que hubiera escrito desde la celda nueve libros para jóvenes advirtiendo de los peligros de la violencia, ni tan siquiera que el penado estuviera propuesto para el Premio Nobel de la Paz. Fríamente, como en sus propias películas, a este musculoso artista sin talento le ha convenido más firmar la sentencia de muerte que conmutar la pena para no perder votos. ¿Cómo se pueden ganar votos a base de matar? ¿Qué les pasa en California, la meca del cine?
Sobre Schwarzenegger hay varias páginas web, unas para recaudar fondos para los juegos olímpicos de niños discapacitados que él apadrina. "Esforzarse... arriesgarse... mirar la meta, a lo lejos... dar el primer paso... El esfuerzo es la victoria", proclama este bienhechor de la humanidad. Otras páginas web se dedican a vender sus películas o una infinidad de productos con su imagen; finalmente existen las abiertas por fans, que recogen día a día las virtudes de su ídolo: en ninguna de ellas se habla del trágico destino de Stanley Tookie Williams, el hombre de 51 años que esta semana ha sido ejecutado por decisión personal del famoso ex Míster Universo. En su lugar se leen cosas como que "su prioridad ha sido siempre proporcionar a los niños la oportunidad de prosperar y tener una vida mejor", y que es un modelo para todos.
¿No habrá visto Schwarzenegger las innumerables películas que se han rodado sobre probados errores judiciales? ¿No llegaría a sus manos la espléndida y repetidas veces premiada Redención: la historia de Stanley Tookie Williams que borda el actor Jaime Foxx? Él sólo conoce la saga de Terminator.
Babelia
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