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Los hospitales públicos vascos contarán con 265 nuevas camas en el periodo de tres años

El área médico-quirúrgica del centro hospitalario de Cruces absorberá el 25% del total

El Departamento de Sanidad prevé incrementar en 265 el número de camas en los hospitales públicos en el periodo 2006-2009. La ampliación de las camas es una de las tradicionales reivindicaciones de los sindicatos. Las centrales se quejan de que en la última década se ha producido una considerable disminución de plazas, lo que en algunos momentos ha provocado el colapso de los hospitales, como en las peores semanas de la temporada de gripe. El descenso ha sido inversamente proporcional al incremento que ha experimentado la carga de trabajo.

Este aumento se debe a que el número de ingresos hospitalarios no deja de crecer cada año. Según el último informe del Instituto Vasco de Estadística-Eustat, correspondiente a 2003, Euskadi contaba entonces con 7.985 camas repartidas entre los hospitales de las redes pública y privada, lo que supone 1.000 menos que diez años antes. El consejero de Sanidad, Gabriel Inclán, asegura que dentro del proceso de inversiones para esta legislatura el aumento de las camas es una de las actuaciones que se llevará a cabo.

Esta inversión, junto con la construcción de nuevos centros y la dotación de recursos tecnológicos, tiene como objetivo adecuar los servicios de Osakidetza "a los cambios que se producen en la sociedad y que hacen necesaria la adaptación de los servicios a esta situación cambiante", resalta Inclán en un documento remitido al Parlamento para informar sobre la ampliación de camas.

A la hora de valorar la eficiencia y calidad de los servicios de salud, el número de camas es uno de los indicadores. Sin embargo, según Inclán "hace ya tiempo que no hay que hacer especial hincapié" en este parámetro, "dado que está muy influido por otras actuaciones", como son el desarrollo de alternativas a la hospitalización tradicional. La cirugía mayor ambulatoria, los hospitales médicos de día, la hospitalización a domicilio y las unidades de corta estancia son algunas de esas alternativas que hacen posible la reducción de la estancia media de los enfermos en los centros hospitalarios.

Es decir, "analizar el indicador del número de camas no es suficiente para determinar si los recursos hospitalarios existentes son los adecuados para la cobertura de las necesidades de la atención hospitalaria", puntualiza el consejero en un intento de contrarrestar las críticas que le lanzan los sindicatos por la progresiva reducción de camas en los hospitales de la red pública.

Los datos recogidos en el Catálogo Nacional de Hospitales del año 2003 (último que se ha publicado) referentes a las dotaciones de camas hospitalarias en los servicios sanitarios de las comunidades autónomas por cada 1.000 habitantes, el resultado del indicador en Euskadi fue de 4,08, siendo la media en el resto de España de 3,66. "El País Vasco se sitúa de esta manera por encima de comunidades como Navarra, La Rioja o Madrid", apunta Inclán.

Con vistas a los próximos años, el área médico-quirúrgica del Hospital de Cruces absorberá 68 de las 265 camas previstas para el conjunto de la red pública, lo que significa un 25% del total. Otras 61 irán al Complejo Donostia, al área médica y a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI); 48 más al Hospital de Basurto y 28 a la unidad de corta estancia de Galdakao. El resto se repartirán entre los centros de Mendaro y Alto Deba. A lo largo de este año se han consolidado 26 camas en el Hospital de Txagorritxu, se han creado 10 en el de Bidasoa y antes de concluir el mes de diciembre se ampliarán 28 camas en los servicios de Oncología Médica y Hematología del Hospital de Cruces, el centro de referencia de la comunidad autónoma.

El consejero también precisa que el número de camas en los centros hospitalarios puede oscilar a lo largo del año para adaptarse a las necesidades derivadas de situaciones específicas. Un ejemplo de este tipo de necesidades es lo ocurrido en el mes de enero, cuando Osakidetza abrió la planta de catástrofes del Hospital de Galdakao ante el colapso que sufría el centro. La falta de camas provocada por la gripe y el alargamiento de las estancias debido al conflicto sanitario, con los trabajadores enfrentados al Departamento de Sanidad, obligaron a Osakidetza a utilizar por primera vez estas dependencias desde que se habilitaron en el año 1997. Las más de 50 camas que alberga la planta de catástrofes de Galdakao están reservadas para garantizar la asistencia a las víctimas en caso de un siniestro de magnitud o una gran emergencia.

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