Rehabilitados en Cuba 21 'niños de la guerra'

Son historias durísimas, espeluznantes. Vidas enteras rotas, marcadas a fuego por la guerra civil y el castigo del exilio. Y tan doloroso como lo sufrido, el olvido. Casi 65 años de olvido, de indiferencia con los niños de la guerra. Fueron los que más perdieron. Algunos, como Isabel Álvarez, no volvieron a encontrarse con sus padres, quedaron solos, sin infancia y sin familia. En total, unos 40.000 menores salieron de España hacia la URSS y otros países de Europa y América durante la guerra, enviados por sus padres para escapar del horror. De ellos, varios centenares recalaron en Cuba, donde rehicieron su vida. Ayer, en un acto hermoso y repleto de simbolismo, 21 de estos hombres y mujeres, hoy octogenarios, fueron rehabilitados moralmente por el Gobierno español. En presencia del embajador de España en La Habana, Carlos Alonso Zaldívar, el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales les entregó la resolución por la que se les reconoce una prestación económica -de unos 3.500 euros al año- como menores de edad desplazados por la guerra civil. Son los primeros de un grupo de 115 que ha reclamado este derecho. Isabel Álvarez, de 82 años, lloró. También Soledad Figueral Prado, de 85, esposa de Santiago Álvarez, el legendario comisario político del Quinto Regimiento. Dos niñas, dos mujeres, dos vidas increíbles. Para las dos, lo de menos de lo ocurrido ayer era la cuantía de la ayuda económica. "Lo más importante es la reparación, el reconocimiento al sufrimiento que padecimos y que padecieron nuestros padres", dijo Isabel, que tenía 14 años cuando, en 1937, su padre decidió enviarlas a ella y a su hermana a la URSS.