El PSE reclama a Zenarruzabeitia que actúe con urgencia para resolver el conflicto fiscal

Los socialistas insisten en que es imprescindible lograr un acuerdo común sobre el tipo del impuesto de sociedades. Por ello, reclamaron ayer a la vicelehendakari, Idoia Zenarruzabeitia, que reúna de forma urgente al Órgano de Coordinación Tributaria (OCT), el foro en el que participan el Gobierno y las tres diputaciones, para fijar las directrices fiscales. Ese órgano "ha saltado por los aires", dijo el portavoz del PSE, Rodolfo Ares, quien criticó el "silencio cómplice" de la vicelehendakari a la decisión de las diputaciones vizcaína y guipuzcoana de aprobar un tipo del 32%.

Ares apuntó en una rueda de prensa en Bilbao que fijar el impuesto en ese 32% -medio punto menos que el vigente en Eusladi que fue anulado por el Tribunal Supremo y tres menos que el del territorio común- "preocupa mucho" a la ejecutiva del PSE, que el lunes analizó la situación. "El PNV ha conseguido dividir por segunda vez al empresariado. Primero lo hizo con el plan Ibarretxe", abundó el responsable socialista de Economía, Mikel Torres. El PSE considera que la decisión de Vizcaya y Guipúzcoa puede acabar en un conflicto que necesitará una intervención arbitral. Ares y Torres defendieron un gran acuerdo en el que todos los partidos se sientan "cómodos", el blindaje de las normas forales que regulan competencias exclusivas de Euskadi y que ese pacto suponga una "base sólida" ante el resto de las comunidades autónomas.

Tras considerar incomprensible disponer de un impuesto de sociedades que "ni siquiera es compartido" en los tres territorios, los dirigentes socialistas enfatizaron la defensa del Concierto "que en ningún caso está en cuestión" y la capacidad normativa de las Juntas Generales sobre este tributo. Ares no quiso hacer ningún comentario sobre la postura del portavoz de su partido en las Juntas alavesas, Juan Carlos Prieto, quien defiende implantar un tipo del 35%. Se limitó a constatar que Prieto forma parte de la ejecutiva del PSE y suscribió el documento aprobado el lunes.

El Gobierno se mostró lacónico sobre esta polémica. Su portavoz, Miren Azkarate, aseguró ayer que lo único que le interesa al Ejecutivo es "tener un impuesto de sociedades lo más armonizado posible", informa Eduardo Azumendi. Azkarate no quiso realizar ningún otro comentario sobre la situación que se ha generado tras la decisión unilateral de Vizcaya y Guipúzcoa de establecer el tipo en el 32%. Pese a que fue interpelada directamente en la rueda de prensa posterior a la reunión semanal del Gabinete por la polémica suscitada entre ambas diputaciones y la de Álava, la portavoz se negó a añadir nada más.

El diputado de Hacienda alavés, Juan Antonio Zárate, no ofreció nuevas pistas sobre lo que hará su Diputación y únicamente anunció que habrá "nuevo tipo impositivo antes del 31 de diciembre". Zárate manifestó que el impuesto y la negociación de los presupuestos forales del año entrante, son "dos cosas distintas y no se deberían mezclar, como hizo ayer [por el lunes] el PSE".

La Diputación de Guipúzcoa retrasó la aprobación del gravamen del 32%, anunciada para el Consejo de Gobierno de ayer, y se limitó a analizar la propuesta, informa Efe. Un portavoz foral dijo que el nuevo tipo del impuesto se aprobará "dentro del plazo", es decir antes de que concluya el año. Mientras, el secretario de Organización de EA, Rafael Larreina, propuso que la polémica se zanje con la aprobación de una ley del Parlamento que fije el mismo tipo para las tres diputaciones. "Sería una vía de salida de forma rápida", opinó.

Enmienda al presupuesto

La ejecutiva de los socialistas abordó además el lunes la negociación de los presupuestos del Gobierno para 2006. Ares sostuvo ante los informadores que, si no hay acercamientos, el PSE presentará una enmienda a la totalidad a las cuentas el próximo viernes, cuando concluye el plazo reglamentario para hacerlo, con lo que se uniría a la postura anunciada por el PP y EHAK. El dirigente del PSE recalcó que ello no impide la posibilidad de retirar la enmienda durante el debate parlamentario. Fuentes socialistas indican que la posición actual de su partido se encuentra más cerca de la abstención que de un voto negativo a las cuentas.

Ares aprovechó su comparecencia para acusar a los populares de "sobrepasar todos los límites" en su "campaña de descalificación" contra el PSOE.

La ejecutiva aprobó la puesta en marcha de grupos de apoyo a la dirección formados por 250 personas para "abrir el partido y facilitar la participación de más gente en el debate político" en lo que estimó una "pequeña revolución" en el PSE.