Una noche de tensas negociaciones propició el principal logro de la reunión
Árabes e israelíes aceptan un texto contra el terrorismo que elude la definición del fenómeno
Los líderes de los países euromediterráneos, incluidos israelíes y palestinos, tienen por fin un código de conducta común para luchar contra el terrorismo. La firma del documento, que supone un hecho sin precedentes en el seno de la comunidad internacional, se llevó a término ayer, poco antes de la clausura de la reunión de Barcelona, tras una noche de tensas y duras negociaciones. Aunque el texto del código de conducta elude definir el terrorismo o reconocer el derecho a la resistencia de los países ocupados, recoge de manera clara una condena de este azote.
El texto del código establece también una serie de fórmulas policiales, judiciales y sociales para combatir el terrorismo o prevenir su aparición.
"Los países euromediterráneos estamos unidos en la lucha contra el terrorismo. Estamos determinados a reforzar la cooperación y a coordinar la respuesta a esta amenaza global. Hoy reiteramos nuestra total condena del terrorismo en todas sus formas y manifestaciones y nuestra determinación a erradicar y combatir sus promotores", asegura en su preámbulo el primer código de conducta contra el terrorismo del mundo, un texto de apenas 70 líneas que fue difundido ayer al finalizar la reunión de Barcelona.
Este documento era el resultado de un trabajo de negociación que se inició hace varios meses en el seno de los países del grupo euromediterráneo y cuya discusión se crispó en los últimos días, llegando incluso a poner en peligro la celebración de la cumbre.
El punto clave de discusión residía en las diferentes definiciones de terrorismo que trataban de imponer los representantes de los países árabes y los israelíes. Los primeros reclamaban que se desvinculara del terrorismo los actos de "resistencia llevados a término para combatir la ocupación", mientras que los segundos, los israelíes, reclamaban una condena de todo tipo de violencia, sin matizaciones o justificaciones.
Las discusiones sobre el código de conducta en la cumbre de Barcelona no eran más que el reflejo de una discusión en idénticos términos que desde hace varios años se lleva a término en el seno de Naciones Unidas en Nueva York, como consecuencia de la cual está bloqueado un ambicioso proyecto de Convención Internacional del Terrorismo, según aseguraron ayer portavoces de la delegación española.
Estos expertos lograron desatascar ayer el código al optar por una solución pragmática que eludía de manera salomónica entrar en definiciones y dejar éstas en manos de la ONU. La misión de Barcelona sería sólo la de buscar soluciones o prevenciones del terrorismo.
El código de conducta contra el terrorismo de la Cumbre Euromediterránea acuerda defender y aplicar las medidas y resoluciones que en los últimos años ha venido aprobando Naciones Unidas, entre las que se encuentran 13 convenciones, un grupo de investigación financiera, pactos de intercambio de información entre las policías de los distintos países, el compromiso a no dar asilo a los terroristas o la obligación a respetar los derechos humanos durante la detención y custodia de los acusados o sospechosos. Los países firmantes del código de conducta, más allá de lo hasta ahora establecido en la ONU, se han comprometido también a luchar contra las causas del terrorismo.
Se reconocen así de manera solemne las relaciones y vínculos existentes entre la paz, la seguridad, los derechos humanos y los factores humanos y sociales. Por ello, los 35 países aseguran que, entre otras medidas, es imprescindible poner fin a la ocupación de territorios, reducir la pobreza, promover los derechos humanos o asegurar el respeto para todas las religiones.
Recomendaciones
El código de conducta desciende incluso a recomendaciones y compromisos muy concretos para hacer frente a las consecuencias provocadas por los ataques terroristas masivos. Entre estos compromisos se encuentran el de compartir experiencias para gestionar los ataques terroristas, intercambiar invitaciones para participar en ejercicios de emergencia o ayudar a las víctimas y darles asistencia.
"Este código de conducta contiene un mensaje político muy fuerte al resto de la comunidad internacional, sobre todo a la ONU, que desde hace años trata de avanzar unificando criterios en medio de una polémica difícil y farragosa", aseguraban ayer los expertos en los pasillos del Palacio de Convenciones de Barcelona.
Mientras tanto, en el interior, el primer ministro británico, Tony Blair, hablaba de un "éxito incontestable"; el jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, lo tildaba de "hecho sin precedentes", y el presidente francés, Jacques Chirac, aseguraba que se trata de un instrumento que permitirá incrementar la cooperación policial y judicial.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.