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Los restauradores afrontan con inquietud y dudas la ley contra el tabaco a un mes de su entrada en vigor

"¿Estamos a tiempo para impedir esta ley surrealista que nos va a conducir a un estado policial?" La pregunta de uno de los 400 empresarios de la restauración que se reunieron ayer en Barcelona para debatir sobre la norma que regulará el consumo de tabaco en sus locales muestra la indignación con la que el sector está encajando la nueva normativa. Pero el acto, convocado por el Gremio de Restauración de Barcelona, sirvió también para demostrar la gran desinformación que existe entre los propios empresarios sobre cómo les afectará una regulación que entrará en vigor dentro de tan sólo un mes. "¿Podré prohibir el tabaco en mi bar unos días a la semana y dejar fumar el resto de días?". "¿Quién vendrá a imponer la sanción cuando la ley no se cumpla?".

Multitud de dudas como éstas fueron contestadas por los abogados del gremio, que, sin embargo, no lograron tranquilizar los ánimos de los representantes de un sector que en Cataluña sustenta a unas 200.000 familias. "Para muchos de estos negocios familiares, perder 30 o 40 consumiciones diarias significa pasar de ganar dinero a no hacer suficiente caja para poder seguir adelante", advirtió Gaietà Farràs, presidente del Gremio de Restauración de Barcelona.

Locales pequeños

En Cataluña hay 47.000 locales de restauración, entre bares, cafeterías y restaurantes. La inmensa mayoría (el 97,5%, según el gremio) no alcanzan los 100 metros de superficie destinada a los clientes. La ley estatal deja a los titulares de estos establecimientos la posibilidad de elegir entre convertirlos en espacios sin humo o en locales donde se puede fumar. Pero en Cataluña los propietarios de estos locales, es decir, la mayoría del sector, ha encajado con gran recelo el anuncio de la Generalitat de llevar la ley estatal a su máximo extremo. El Departamento de Salud quiere que, tras un periodo transitorio de dos años, todos los establecimientos de menos de 100 metros cuadrados prohíban fumar, sin posibilidad de elección. "Seguiremos luchando para que esto no suceda", advirtieron ayer varios representantes del gremio, que están negociando con la Generalitat. El Departamento de Salud sostiene que la prohibición total de fumar en estos locales pequeños, donde no hay posiblidad de crear zonas de fumadores, es necesaria por el bien de los propios trabajadores de estos establecimientos y para garntizar el derecho de los comensales a comer sin humo.

Para los establecimientos de más de 100 metros cuadrados de superficie destinada al cliente, la mayoría de ellos restaurantes, la ley estatal permitirá la habilitación de un espacio para fumadores. Este espacio no podrá superar el 30% de la superficie total del local y deberá estar debidamente delimitado, señalizado y dotado de mecanismos de extracción de humos. Los empresarios de la restauración se quejan de que estas reformas les supondrán unas inversiones muy importantes y que en muchos casos, por la configuración del local, no se podrán llevar a cabo aunque el propietario lo quisiera.

El proyecto de ley aprobado inicialmente en el Congreso daba un periodo de ocho meses para que los dueños adaptaran sus locales para crear zonas de fumadores. Finalmente, en su trámite en el Senado, el periodo será de 18 meses, un cambio que los representantes del gremio consideraran un logro conseguido gracias a que "el sector ha ido a una".

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"La ley nos va a crear problemas, pero si no fuera por las presiones del gremio habría sido una catástrofe, se hubiera llevado por delante más de 100.000 puestos de trabajo y habría supuesto una caída en la facturación de más de un billón de pesetas", señaló un portavoz de la Federación Española de Hostelería y Restauración.

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