"Nuestra oferta es la más generosa que se ha hecho nunca"

El comisario europeo de Comercio, Peter Mandelson, aseguró ayer en Madrid que la UE perseverará para obtener una negociación lo más amplia y equilibrada posible para todos en la cumbre de la Organización Mundial de Comercio (OMC) que se celebrará en Hong Kong entre el 13 y el 18 de diciembre. No obstante, a pesar de este deseo, reconoce que las negociaciones están bloqueadas y responsabiliza de ello al Grupo de los 20, encabezado por Brasil e India. Mandelson espera que al menos los países más pobres se lleven algo tangible de la cumbre.

Pregunta. ¿Existe la posibilidad de que la UE mejore su oferta para reducir los subsidios agrícolas con vistas a la cumbre de la OMC en Hong Kong?

"Cuando el G-20 pelea por sus intereses, es a menudo en detrimento de los países pobres"

"Lo que critico de Francia es que se haya dejado convertir en el malo de la película"

Respuesta. No, nuestra oferta comercial para la cumbre de Hong Kong es la más generosa que se ha hecho nunca. Cualquier mejora sin una contraprestación en las negociaciones es imposible.

P. ¿Qué quiere la UE?

R. Queremos que los otros pongan el hombro tanto como nosotros. Necesitamos una propuesta seria de Brasil y el resto del G-20 para mejorar el acceso a sus mercados de nuestros productos manufacturados. No queremos papel mojado, sino oportunidades reales para incrementar el comercio. En el sector servicios ni siquiera ha habido una negociación en condiciones. La mayoría de las propuestas para una mayor liberalización de los servicios han sido insuficientes. Si no vemos iniciativas serias para aumentar los intercambios en los sectores industriales y de servicios, no veo cómo podemos avanzar más en las negociaciones del sector agrícola.

P. Entonces... ¿La cumbre de la OMC en Hong Kong está condenada al fracaso?

R. Las expectativas ya han sido rebajadas. Puede que consigamos un acuerdo de mínimos en vez de ser un rotundo fracaso, aunque yo prefiero ser un poco más optimista. Si la cumbre fracasa como sucedió en Seattle y Cancún, esto supondrá un retroceso para el comercio mundial y será dañino para la OMC y para el sistema multilateral de comercio.

P. Y para Europa...

R. Para Europa supondrá la pérdida de una gran oportunidad para la economía europea, que depende enormemente del hallazgo de nuevos mercados para sus bienes y servicios. Nosotros creemos en el sistema comercial basado en reglas claras y equitativas. Un sistema que, además, ayude al desarrollo de los países. Yo quiero ver prosperar a países como Brasil, Argentina, India, pero también tengo una responsabilidad con los países más pobres, a los que estas potencias en vías de desarrollo no representan. El G-20 está negociando sólo en nombre de sus intereses económicos, y a menudo la persecución de esos objetivos va en detrimento de los países más pobres. Cuando Brasil habla en nombre del mundo en vías de desarrollo, hay que recordar que sus intereses agrícolas no son los de los países del África subsahariana.

P. Usted critica a Brasil y las autoridades de este país, a su vez, acusan a la UE, y en especial a Francia, de ser intransigente. ¿Hasta cuándo va a continuar este cruce de reproches?

R. Lo que yo critico del Gobierno francés es que se haya dejado convertir en el malo de la película. La razón de que las negociaciones estén bloqueadas no es porque Francia se haya negado a cooperar, sino porque Brasil y los otros miembros del G-20 se han negado a negociar sin flexibilidad. El G-20 cree que pueden obtener lo que busca simplemente presionando más y más sobre la UE, pero nosotros no sólo tenemos nuestros propios intereses, sino que también tenemos la obligación de velar por los intereses de los países menos desarrollados que no están en el G-20 y los de los más pobres.

P. ¿Cree usted que los países más pobres se llevarán algo de la cumbre de Hong Kong?

R. Ésta es una ronda de liberalización para el desarrollo y tenemos que poner rostro humano a la cumbre de Hong Kong. En octubre propusimos una serie de medidas para estos países, como un buen recorte de tarifas, apertura de los mercados para sus productos y flexibilizar la aplicación de la protección de los derechos intelectuales para que esos países accedan a los medicamentos genéricos. Espero que todas estas propuestas se aprueben en Hong Kong.

P. ¿Influyen los roces internos de la UE, como los que han surgido en el debate del presupuesto común, por ejemplo, en el margen de maniobra que usted tiene para negociar la ronda de Doha?

R. No. Yo he recibido un fuerte apoyo tanto del Gobierno español como del francés, ambos con claros intereses en el sector agrícola, para conducir las negociaciones. El compromiso de estos Gobiernos con el desarrollo de los países pobres es firme. Hay que recordar, no obstante, que la agricultura es un modo de vida en Europa, es muy importante desde el punto de vista social y de seguridad y calidad alimentaria.

P. A propósito del presupuesto comunitario. ¿Qué opina de que aún no se haya acordado?

R. Lamento mucho que esto esté pasando. Creo que daña mucho la credibilidad de la UE y creo que cada Estado debe hacer lo posible para consensuar un presupuesto.

P. ¿Ello incluye la renuncia de Londres al cheque británico [compensación de la UE al Reino Unido por las ayudas agrícolas que no percibe]?

R. El Reino Unido no tiene por qué renunciar a esta compensación, no sería justo que alguien se lo pidiese. No obstante, sí me parece razonable solicitar la reforma de este mecanismo con vistas a una mayor colaboración para financiar la ampliación de la UE. El Reino Unido ha apoyado la ampliación y este proceso necesita de un presupuesto mucho mayor. Todos tienen que hacer sacrificios para encontrar una solución para sacar adelante el presupuesto comunitario. En la UE no puede haber grupos de países que compitan unos contra otros. Si esto sucede, entonces temblarán los cimientos de la casa, y esto no es bueno.

P. ¿El Reino Unido adoptará finalmente el euro?

R. Eso espero, eso espero. Yo incluso ya estoy en el centro de la zona euro.