_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Me cuenten

¿Qué ocurriría si cada año muriera una autonomía, pueblo o nación de la densidad demográfica de Cataluña? No quiero ni pensarlo. Pero tranquilicémonos los catalanes y sigan sin alivio posible los anticatalanes furibundos, cálmese el público en general. No me refiero a ello, sino a una catástrofe que debe de ser poco importante, porque nadie se inmuta: sólo desaparecen anualmente seis millones de niños del mundo (casi la población catalana), a causa de la malnutrición. El lado bueno: ¿cuántos futuros asaltantes de fronteras con el Norte nos ahorramos con esos decesos?

¿Se encuentra el incomparable ministro Bono protagonizando una desaforada campaña pre-electoral con vistas de remontarse, de homenaje en homenaje a las tropas, hasta los visigodos, pasando por el Mio Cid, la batalla del Guadalete y Roncesvalles? ¿O bien lo suyo es una penitencia secreta que le impusieron Blair & Bush por haber retirado a los nuestros de Irak, y tiene que ir por ahí celebrando las luchas perdidas contra los anglo-americanos: primero Trafalgar, ahora Filipinas y, pronto (es de suponer), Cuba?

¿Es Zaplana de verdad Zaplana (el del encefalograma cortado a la navaja) o nos hallamos ante el padre de Julio Iglesias, físicamente remozado por un cirujano plástico de Miami, pagado por su hijo con el presunto dinero negro presuntamente cobrado por promover Valencia en zaplaneros días? Pues ni siquiera el verdadero Zaplana puede ser tan poca-solta (en catalán: sin sustancia) como se muestra últimamente el vocero o bocazas popular.

¿A cuántas almas obedientemente católicas, y cumplidoras de la prohibición vaticana de usar preservativos, hemos de contabilizar dentro de la última estadística que da 40 millones de seres humanos infectados de sida? ¿Cuántos obispos se manifestarán en su defensa? ¿Cuántos pensarán que les está bien empleado, a los enfermos, por no haber seguido la otra recomendación eclesial puntera, el observar una castidad sin fisuras?

¿Cuándo va a dejar la Iglesia en paz a los curas, seminaristas o pretendientes a ello homosexuales, y se va a concentrar en perseguir a los pederastas que ya están dentro?

¿Qué hace Gema ex Álvarez-Cascos en Mira quién baila, en la televisión pública?

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_