"Welles no podría estrenar hoy 'Ciudadano Kane'
Jonathan Rosenbaum (Florence, Alabama, 1943) es uno de los críticos americanos de cine más prestigiosos. "Uno de los mejores", en palabras del cineasta Jean-Luc Godard, que le considera el heredero de André Bazin. Autor de diversos libros y crítico del diario Chicago Reader, Rosenbaum ha participado en Valencia en el congreso El Quijote y el cine, donde ha hablado del interés de Orson Wells por la novela de Cervantes.
"Hay una fuerte nostalgia en el cine de Wells por el siglo XVII, e incluso por la Edad Media, como se ve en películas como Falstaff o Campanadas a medianoche. El Quijote, en cierto sentido, encarna esa nostalgia. Además, es muy importante en la obra de Welles la amistad, algo muy importante también en El Quijote, y no sólo por ser un elemento central, sino porque es el único filme de Welles en el que la amistad trasciende las barreras de clase".
"La función [del crítico] de determinar si algo es bueno o malo es secundaria"
"Mucha gente piensa que interesarte por el arte supone tener mucho dinero"
Jonathan Rosenbaum participó en el montaje de la última película que hizo Welles para Hollywood, Sed de mal, siguiendo las instrucciones que había dejado el realizador. Hoy, quien encabeza con Ciudadano Kane casi todas las listas de las mejores películas de la historia, no lo tendría nada fácil. El crítico sostiene que "Welles no podría estrenar hoy Ciudadano Kane a causa de las pruebas de mercado que se hacen en Hollywood". "Muy pocas películas suyas las pasarían. Cuidadano Kane fue posible gracias a un contrato muy poco corriente que le otorgó todo el control. Mucho hay que buscar para dar con algún cineasta actual que goce de tanto control, al menos en el cine comercial de alto presupuesto de Hollywood".
Rosenbaum concibe la crítica como una forma de "facilitar el debate sobre las películas, una función pública de ayuda al espectador para que comprenda las películas en varios niveles, social, histórico, etcétera". "La función de determinar si algo es bueno o malo es secundaria. Eso sólo es posible hacerlo a medio y largo plazo, no a corto plazo", añade. El crítico debe informar, por ejemplo, de que la película Rosetta, de los hermanos Dardenne, produjo un cambio en la legislación belga relativo al trabajo de los menores.
La crítica de cine es diferente en EE UU y Europa, apunta. "En Europa me parece mucho más fácil que un crítico del mundo universitario escriba en la prensa. En EE UU, al menos en cuanto a cine se refiere, no digo que no se dé nunca pero es muy poco frecuente. En parte, esto se debe a cierta postura antiintelectual y antiartística en la que se confunden muy erróneamente conceptos sobre el arte con conceptos de clase social. Así, mucha gente piensa automáticamente que interesarse por el arte supone tener mucho dinero y ser de clase alta. A mí hasta me parece posible que una de las formas de George W. Bush para hacer creer a la gente que es un hombre del pueblo es mostrar lo mucho que detesta el arte".
"Hay mucha falta de conocimiento sobre cine, tanto en el mundo académico como en el de la prensa general, pues no se cree necesario entender de cine para triunfar en la profesión. A veces incluso se considera mejor contar con menos información, porque, demasiada, confunde a la gente. Es lamentable que, por poner un ejemplo, en la prensa deportiva sea inconcebible contratar a alguien que no se sepa los nombres de los jugadores de béisbol y todo eso, pero con el cine es muy posible que se prefiera a quien no sabe demasiado".
Admirador de la obra de realizadores como Kiarostami, Bresson, Dreyer, Resnais, Jarmush, Albert Brooks y Hou Hsiao Hsien, entre otros, Rosenbaum ha escrito recientemente una crítica muy elogiosa de Una historia de violencia, de Cronenberg, y dice estar "impaciente" por ver la próxima de Terrence Malick.
Sobre el cine español, no se ve muy capacitado para opinar, "dado que muy poco cine español llega al menos a Chicago". "Dentro de mi ignorancia, diría que me interesan Luis Buñuel y los demás, más que Almodóvar y los demás. Me estoy poniendo un poco al día con los grandes clásicos. El verano pasado vi Calle Mayor y me dejó impresionado. Es una de las mejores películas antifascistas".
Nacido en el seno de una familia de exhibidores de cine y autor de un canon -"mucho más personal y menos occidental" que el literario de Harold Bloom, apostilla- con las mejores películas de la historia, Rosenbaum libra una batalla en su país para que se vea cine extranjero. "Tigre y dragón demostró que al público le pareció muy bien ver una película extranjera y subtitulada. Creo que el verdadero problema es lo que las distribuidoras y los estudios quieran que vea la gente y lo que están dispuestos a manejar. También hay un gran problema de información. Pero, por otro lado, se está produciendo un fenómeno muy esperanzador gracias a los DVD. Permiten ver cualquier cine y en cualquier parte del mundo".
Babelia
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