El hispanista Paul Preston aboga por la memoria histórica como vía para saber la verdad sobre la Guerra Civil
El hispanista Paul Preston abogó ayer, en la inauguración de las jornadas Dos siglos de imagen de Andalucía, por recuperar la memoria histórica de la Guerra Civil y de la dictadura "no para recordar, sino para saber la verdad". Añadió que esta recuperación histórica es "esencial" para que España "supere la Guerra Civil y la dictadura".
En su conferencia, titulada 1936: Militares y propietarios en la represión en Andalucía, Preston aludió a la "explosión de odio" entre terratenientes y jornaleros, consecuencia directa del trienio bolchevique de 1918 a 1922 y que culminó en el conflicto civil.
Destacó la "manifestación pacífica" de jornaleros que tuvo lugar en Catilblanco (Badajoz) en diciembre de 1931, suceso en el que fueron asesinados cuatro guardias civiles que intentaron reprimir la protesta.
El malestar de los braceros fue fruto, según Preston, de la sequía que sufrió el sur de España en 1935, de una tasa de paro rural superior al 40%, "de la cantidad de mendigos que atestaban las calles y de las clases hambrientas en contraposición con la de pudientes", un conflicto social que "avivó el odio".
Se refirió a la "relación estrecha" entre militares y latifundistas, vinculación que ejemplificó en el personaje de Luis Alarcón de la Lastra, diputado por Sevilla de la CEDA, "que organizó los bombardeos en pueblos de Sevilla y Badajoz en la represión" y al que Franco "premió" con el Ministerio de Industria y Comercio.
Por el contrario, señaló Preston, el golpe militar del 18 de julio no fue efectivo en algunas zonas, como Jaén, donde "se encarceló a los grandes terratenientes y sus fincas, dedicadas a la caza y a la cría de toros, fueron colectivizadas".
Narró la represión de los barrios de Triana y Macarena, en Sevilla, a manos del general Castejón Espinosa, que continuó su represión por Alcalá de Guadaíra, Arahal, Morón de la Frontera, Estepa, Osuna, La Roda, Puente Genil y La Palma del condado. Recordó que el torero Ricardo Torres, Bombita, una vez que vio sus tierras libres de la colectivización, "participó en la lucha y en el castigo posterior a los presos que expropiaron su finca".
El director del Centro de Estudios Andaluces, organizador de estas jornadas, Alfonso Yerga Cobos, definió Andalucía como "una mezcla variopinta de imágenes y habilidades" y aludió a una serie de "tergiversaciones y mitificaciones a las que no damos importancia". Calificó de "aprendices de brujo" a quienes en la actualidad tratan de "convencernos de que el año cero de España" es 1978.
