Tariq Ali aboga por la convivencia entre las culturas
El escritor paquistaní publica 'Un sultán en Palermo', mezcla de humor y sensualidad
Sensualidad, sentido del humor, amores y desamores confluyen en Un sultán en Palermo (Alianza), de Tariq Ali (Lahore, Pakistán, 1943). El escritor, firme defensor del mundo islámico y del encuentro entre Oriente y Occidente, cree que, además de la Alianza de Civilizaciones, "hay que hacer propuestas específicas, como la creación de una universidad a distancia en la cuenca mediterránea para facilitar la comunicación entre jóvenes de distintas culturas y religiones".
Tariq Ali plantea en Un sultán en Palermo que la convivencia entre el islam y el cristianismo ha sido posible a lo largo de los siglos, y trata de sugerir al lector que hubo una etapa en la historia en que la cultura islámica era parte integral de Europa, sin parecer algo ajeno a ella. En la novela, indica el autor, "el orgullo y la codicia humana se entrecruzan con la nobleza y la grandeza de espíritu".
La obra se sitúa en 1153 en Sicilia, cuando los normandos gobernaban una isla impregnada por la cultura y la lengua árabes. La capital, Palermo, rivaliza en tamaño y esplendor con Bagdad y Córdoba. En medio de ese mundo convulso se desarrolla la vida y amores del cartógrafo Muhammad al-Idrisi, un hombre culto que se debate entre mantener sus vínculos con el sultán y ser fiel a sus amigos que combaten la dominación normanda y la realidad del pueblo que le remueve la conciencia. Esta obra forma parte del proyecto literario del escritor Quinteto del Islam, un conjunto narrativo en el que el autor sumerge al lector en las controvertidas relaciones entre Oriente y Occidente en diferentes periodos históricos y finalizará con una novela ambientada en el siglo XX o XXI. Las tres anteriores a Un sultán en Palermo son: A la sombra del granado, El libro de Saladino y La mujer de piedra. Tariq Ali relató durante la presentación de su libro en Madrid que, sin el 11-S, "mi proyecto se hubiese terminado, pero lo ocurrido en esa fecha me lo impidió. Las tres cuartas partes del libro las escribí, finalmente, bajo la sombra de la guerra de Irak, y entonces observé que los ecos de la historia no desaparecen, sino que vuelven. La ocupación de Bagdad coincidió con el último capítulo del libro, cuando el protagonista, tras la caída de Palermo, quiere ir a Bagdad para trabajar en la biblioteca".
Ali señala que lo que parecía interesante del siglo XII es "la buena convivencia entre las tres culturas, la árabe, la judía y la cristiana. En el momento álgido del Al-Andalus convivían las tres culturas, que fueron divididas y barridas por dos tipos de fundamentalismos: la Inquisición, es decir, la Iglesia católica, y los fundamentalismos del núcleo duro del islam".
El escritor, que ha publicado más de una docena de ensayos históricos y políticos, como El choque de los fundamentalismos y Bush en Babilonia, cree que en estos momentos la situación cultural en Oriente y Occidente es de las más pobres, y observa "un declive de civilizaciones, de valores, de cultura, que es un fenómeno global internacional alimentado por el neoliberalismo, que es como una apisonadora que está aplastando la civilización y el pasado".
Ali cree que en España "se conoce poco la cultura islámica debido a que los historiadores, sobre todo durante el franquismo, liquidaron los 500 años de cultura del islam en unos cuantos párrafos y se olvidaron de anotar la mezcla de culturas musulmanas". Ali asegura que, para tratar de evitar los fundamentalismos, "los árabes tienen que aprender a establecer la separación entre religión y Estado, algo que no es fácil y que ha costado mucho en Europa". "Hoy, por ejemplo, España está dividida: existe la España de Almodóvar y la de la Iglesia católica", argumenta el escritor.
Babelia
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