Rajoy anuncia que no negociará enmiendas parciales al Estatuto sin un acuerdo global

Mariano Rajoy, líder del PP, ofreció ayer al PSOE un "pacto global para reformar conjuntamente lo que haya que reformar" del proyecto de Estatuto catalán para que encaje totalmente en la Constitución. Si el pacto no es posible, Rajoy anunció que no negociará enmiendas parciales: "No voy a entrar en remiendos ni en pactos parciales, ni voy a facilitar que se haga una chapuza contraria al interés general. La nuestra es una enmienda a la totalidad". El PP pretende que el PSOE presione a José Luis Rodríguez Zapatero para que "vuelva al pacto constitucional".

Rajoy clausuró ayer la reunión que sus parlamentarios (diputados, senadores, europarlamentarios y diputados autonómicos) han mantenido en Barcelona para desglosar la censura global que el PP hace del proyecto de nuevo Estatuto catalán. Josep Piqué, presidente de los populares catalanes, lo definió como "un Estatuto hecho por nacionalistas progres" que será "muy lesivo para Cataluña y la economía catalana".

Rajoy utilizó una noticia del día, el expediente de regulación de empleo anunciado por Seat para despedir a 1.346 trabajadores, como ejemplo de las consecuencias futuras de ese proyecto. Afirmó que "las deslocalizaciones son un problema de verdad" que puede agravarse por la inestabilidad política que conlleva "estar discutiendo cada día lo que somos". Además, según Rajoy, "los empresarios no quieren tener que pasar todos los días por los despachos de los burócratas para hacer sus negocios", y tal cosa será inevitable si sale adelante "este estatuto antiliberal".

Las referencias al coste económico que tendría para Cataluña el proyecto han sido este fin de semana tan insistentes como las quejas contra los dirigentes socialistas que critican el texto pero no presionan al presidente del Gobierno para que "frene este disparate". Rajoy hizo una apelación genérica a "todas las personas que creen que lo que dice el PP es cierto" para que digan públicamente que sólo puede arreglarse "volviendo al pacto constitucional", es decir, con un acuerdo entre los dos grandes partidos "como el que ha funcionado muy bien en España desde 1978". Tildó de "muy irresponsables" a quienes, pese a compartir que el proyecto es "un disparate", han decidido "apoyar a este Gobierno y ya se verá qué arreglo tiene". Y anunció que ni él ni el PP se prestarán a "ese enjuague".

Rajoy dejó caer que la imposibilidad de acuerdo con el PP obedece a que el PSOE debe cumplir el Pacto del Tinell. Ese pacto, firmado por los socios del Gobierno tripartito catalán, prohíbe en una disposición final llegar a ningún tipo de acuerdo con el PP ni en Cataluña, ni en las Cortes Generales ni el en Parlamento Europeo. "Es absolutamente antidemocrático", clamó Rajoy para retar a quienes dicen que no se puede pactar con el PP "que lo ilegalicen". La prohibición a pactar con el PP fue enarbolada por Piqué, quien tildó de "fascista" a José Zaragoza, secretario de Organización del PSC, por haber avisado a CiU de que no debe llegar a ningún acuerdo municipal con el PP. "Es fascismo pretender excluir a fuerzas democráticas", dijo.

Sin esa prohibición, Rajoy mantiene que el pacto entre los dos grandes partidos "ha funcionado 25 años para las reformas territoriales" y, a su juicio, debería funcionar ahora para corregir un proyecto que "es una reforma constitucional encubierta que convierte a España en un Estado confederal".

Eso, saber "si España es una nación" y si habrá trato preferente en la financiación de algunas autonomías serán los asuntos que los presidentes autonómicos del PP plantearán a Zapatero en el debate que empieza mañana en el Senado. Son asuntos "más relevantes" que una reforma de la Constitución para "recoger el nombre de las autonomías, o adaptarla a una Constitución Europea que no existe, o plantear una reforma del Senado que estudia el Consejo de Estado". El PP no objeta la reforma para que la infanta Leonor llegue a ser reina.