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Reportaje:MODA | ESTILO DE VIDA

Preparada para todo

Su carrera como actriz empezó con una aparición fugaz en 'Airbag', de Juanma Bajo Ulloa. Poco después probaba fortuna en Los Ángeles. Su viaje le sirvió para derribar el mito del sueño americano. Ahora, María Jurado ha encontrado su lugar en el cine francés. Pero no descarta nuevos destinos.

María Jurado es una ibicenca nacida en Alicante.

Sus padres -un dinámico empresario y una campeona de gimnasia rítmica- la subieron a un escenario cuando apenas sabía andar. Puede que eso sea lo que le ha llevado al cine. "No tenía suficiente flexibilidad para ser buena en gimnasia rítmica", recuerda María, que durante años se levantaba a las seis de la mañana para desafiar esa flexibilidad que cree que le faltaba. "Prefería el ballet".

De extra a aspirante a 'miss'. Atrás quedan sus catorce años en colegios de monjas. "Me siento muy próxima al budismo. Creo que somos responsables de lo que nos pasa, que nosotros provocamos nuestros accidentes, nuestras enfermedades… algunos lo somatizamos todo". Y María se explaya sobre los astros o la numerología hasta que el cine la hace aterrizar de nuevo en la realidad. "En la película de Cédric Kahn L'avion soy la chica que se ocupa del niño. Éste acaba de perder a su padre, que fabricaba aviones, y cree que puede volar. La madre, interpretada por Isabelle Carré, me pide que le ayude a ocuparse del hijo. Tengo varias secuencias con ella y he podido inventarme un poco el personaje. Salgo tarareando Tómbola". Una canción que hizo célebre una niña prodigio, Marisol, mucho antes de ser Pepa Flores.

María, que saltó a la fama por su amistad con el hijo mayor de Carolina de Mónaco, vive ahora en París o, mejor dicho, entre la capital francesa, Ibiza y Alicante. Es su opción. Antes, durante casi un año, se dejó tentar por la aventura americana y se instaló en Los Ángeles. "Es una ciudad horrible, en la que sólo hay mala música, dinero y drogas. Como actriz, o eres una figura consagrada o te tratan como a una puta". En el cine español se ha ido haciendo un hueco. "Empecé como extra con frase en Airbag". Luego vendrían personajes más lucidos en El corazón del guerrero, de Daniel Monzón; Carne de gallina, de Javier Maqua -"me encantó trabajar en su película, hacer de chica que quiere ser miss a pesar de no tener tetas"-, o en Piedras, de Ramón Salazar.

María e Ibiza. En Francia son varios los directores que le han ofrecido papeles además de Kahn: Alain Tasma, Fabien Onteniente, Steve Suissa. Y aparecerá en la próxima entrega de Astérix y Obélix, que protagoniza Gérard Depardieu. "La película de Onteniente pasa en buena parte en Ibiza. Cuando me propusieron presentarme al casting precisamente estaba viviendo allí. Ibiza es un lugar fantástico, con un gran poder como catalizador. Si llegas cargado de energía positiva, la potencia al máximo; pero si vas ahí con mal rollo…".

Aplicada, María habla ahora un francés excelente. No quiere que los idiomas sean una barrera que le impida exportar esa energía que rebosa. Hace publicidad, ha participado en programas de televisión, acude a escuelas de arte dramático, prepara un disco. "Y hago yoga, y estoy escribiendo un guión". Le hubiera gustado trabajar en películas como Pepy, Lucy, Bom y otras chicas del montón, Lucía y el sexo o Barrio. "Almodóvar, Fernando León, Amenábar, Coixet, Medem, Bigas Luna… todos me parecen muy buenos".

Lista para el golpe de suerte. Durante años ha seguido cursos de arte dramático. "Necesitaba superar el pánico escénico, perderle miedo al escenario". Los textos de Tennessee Williams y Chéjov han sido muletas de lujo en que apoyarse para aprender a andar sobre las tablas. "Además necesitaba comprender mejor la diferencia entre teatro y cine". Lo ha logrado. Queda lejos su primer viaje a Madrid para abrirse camino, los consejos de su amiga Candela Peña la vez que se asomó al rodaje de De qué se ríen las mujeres, de Joaquín Oristrell. En París, la sensación de "volver a empezar" se vive de otra forma. "Aunque en un año y medio he mudado de piso siete veces". Con el ordenador a cuestas, para ver películas. "Me han encantado las de Wong Kar-Wai". A la espera del encuentro mágico, del momento en que algo cambie su fortuna, María, a pesar de creer en los astros, los números y en quién sabe qué, sigue poniéndole de su parte: "Ahora estoy con cursos de canto para mejorar mi técnica". Así, cuando los planetas le sean favorables la encontrarán bien preparada.

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