La fiscal mantiene su petición de cuatro años de cárcel para un empresario acusado de explotar a inmigrantes
La Fiscalía de Guipúzcoa mantuvo ayer su petición de cuatro años y medio de prisión, así como dos multas por un importe total de 14.400 euros, para un empresario al que acusa de explotar a cuatro inmigrantes latinoamericanos, dos ecuatorianos y dos argentinos, en situación irregular en España.
El imputado asegura que sólo les dejó utilizar parte de su fábrica de salazones, ubicada en Legazpi, para alojarse, ya que no tenían otro lugar donde vivir. Por el contrario, la fiscal sostiene que, entre marzo de 2002 y el mismo mes de 2003, el empresario contrató verbalmente a los cuatro inmigrantes para que trabajasen en su fábrica, que para esas fechas había sido embargada. El acusado, según la acusación pública, ofreció a los trabajadores 600 euros mensuales, cantidad que en algunos casos no pagó y, en otros, no llegó a abonar al completo.
Este hecho, que para la fiscal constituye un delito contra los derechos de los trabajadores en concurso con otro de estafa, fue corroborado ayer por uno de los afectados. El testigo relató que estuvo trabajando en la fábrica unos seis meses, pero que su empleador sólo le pagó una vez. Al igual que sus compañeros, aceptó el empleo por el alojamiento. Vivían en un espacio del local habilitado a tal efecto y contaban con baño, agua corriente y luz, según apuntó durante la segunda jornada del juicio, celebrado en la Sección Segunda de la Audiencia guipuzcoana y que quedó visto para sentencia.
La vista arrancó la pasada semana con la declaración del acusado y de dos ertzainas como testigos. Luego se tuvo que suspender hasta ayer por la incomparecencia de los supuestos afectados. En realidad, sólo se esperaba la presencia del inmigrante que testificó ayer y que ese día no acudió alegando un problema de transporte. Los otros tres ciudadanos extranjeros se encuentran al parecer fuera de España y el tribunal, después de varios intentos frustrados, considera ya imposible su localización.
