La Unión Europea respalda el plan de Zapatero para controlar la inmigración
El presidente del Gobierno espera que la iniciativa sea aprobada en la cumbre de diciembre
Los 27 líderes reunidos en la cumbre informal de Hampton Court prestaron ayer un apoyo decidido al plan integral para controlar la inmigración ilegal propuesto por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Tanto el presidente francés, Jacques Chirac, como el primer ministro británico, Tony Blair, hicieron público el respaldo, que Zapatero agradeció. Tras declararse "satisfecho" por el desarrollo del encuentro, el presidente se mostró convencido de que su plan se concretará en el Consejo Europeo de diciembre.
"Estoy plenamente convencido de que las iniciativas que acabo de resumir tendrán un reflejo en el Consejo Europeo de diciembre. En diciembre, tendremos los instrumentos concretos", manifestó Zapatero en su rueda de prensa, al ser confrontado con el hecho de que Blair, presidente de turno de la UE encargado de resumir las conclusiones, apenas mencionó otros objetivos que un banco de datos de identidad y sistemas de cooperación judicial para combatir a los traficantes de inmigrantes.
Las medidas del presidente español, que él mismo cuantificó ayer en 400 millones de euros, son mucho más ambiciosas.
En el ambiente de consternación creado por los trágicos sucesos del aeropuerto de Amsterdam, donde murieron 11 inmigrantes, el presidente propuso cuatro objetivos concretos: lograr un control más efectivo e integrado de las fronteras externas; concluir, por parte de la Unión, acuerdos de readmisión de los inmigrantes llegados ilegalmente en sus países de origen; incorporar políticas de apoyo a la gestión de la inmigración en las relaciones comunitarias tanto con los países vecinos de la UE como con los países de donde proceden los inmigrantes, y ampliar la cooperación al desarrollo del África subsahariana, para que resuelvan sus problemas. Todas estas políticas implican gastos, y Zapatero hizo circular también algunas ideas sobre cómo financiarlos.
En relación con los controles policiales de paso, el presidente se refirió a la Agencia Europea de Fronteras, que, desde su constitución, en Varsovia, el pasado mayo, no acaba de reunir los apoyos políticos ni financieros necesarios para que inicie su andadura eficazmente. Pero mencionó que es urgente crear sistemas integrados y se refirió, en ese contexto, al proyecto de España y Grecia de crear un sistema conjunto de control de sus fronteras en el Mediterráneo.
Zapatero razonó, además, que los países de la UE que tienen fronteras exteriores sometidas a grandes presiones deberían ser acreedores de ayudas comunitarias.
Otras cooperaciones similares habrán de ser desarrolladas con los países vecinos, de origen y tránsito, en virtud de una política que integre los problemas de la inmigración en las relaciones exteriores de la Unión. Objetivo esencial en este campo, es la extensión de los acuerdos de readmisión, concebidos como una cadena, ya que mal podrá la UE convencer a los vecinos de que los firmen si no es capaz de ayudar a estos países a concluir con los emisores acuerdos similares que les permitan repatriar, a su vez, a los inmigrantes.
La iniciativa española propone liberar fondos para estas tareas y aplicar la cooperación como incentivo. Así, plantea reservar el 3% de los fondos de la Nueva Política Vecindad (unos 400 millones de euros) para acciones de refuerzo de control de fronteras en los países limítrofes, dando preferencia a aquellos que hayan firmado acuerdos de readmisión de inmigrantes de terceros países llegados ilegalmente a la UE.
Otra idea destacada ayer por Zapatero fue que los créditos de Fondo Europeo de Desarrollo se dediquen especialmente a los países del África subsahariana que hayan firmado acuerdos para readmitir a sus nacionales.
El presidente recordó que en la X Conferencia Euromediterránea, que se reunirá el Barcelona el 28 de noviembre, España, Francia y Marruecos promoverán la ampliación de este foro a las áreas de Justicia e Interior, con el interés centrado en la inmigración, y que el Gobierno español quiere ser anfitrión en 2006 de la primera conferencia ministerial euromediterránea sobre este asunto.
También destacó Zapatero la importancia de la conferencia ministerial euro africana que Madrid y Rabat quieren organizar en Marruecos para abordar los problemas de la inmigración subsahariana con todos los países interesados, los de origen, tránsito y destino. En el evento, aún sin fecha, deberían participar al menos, por parte europea, Francia, Italia, Portugal, Reino Unido y quizás Bélgica, además de España, y los países del Magreb, el Sahel y el África noroccidental.
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