Los pescadores andaluces abandonan las protestas tras aceptar a regañadientes la oferta del Gobierno

Los pescadores andaluces aceptaron, entre resignados y descontentos, el acuerdo ofrecido por el Gobierno para subvencionar el precio del gasóleo. Los últimos en dejar las medidas de protesta fueron los barcos de Almería y Adra, pero casi todas las cofradías consideraron que lo aceptado en la mañana de ayer por la federación nacional no es suficiente para compensar el alza de costes por la subida del precio de los carburantes. Varias cofradías anunciaron que pedirán hoy la dimisión de los representantes de la federación andaluza si sus explicaciones no les convencen.

Al gerente de la asociación de empresarios de la pesca de Almería (Asopesca), José María Gallart, le llevó un buen rato convencer, pasado el mediodía, a los patrones de los pesqueros que aún bloqueaban el puerto almeriense. "No reconocemos el acuerdo entre el Gobierno y la Federación Nacional de Cofradías en Madrid porque no resuelve los problemas que teníamos, pero seguir no tiene sentido", aseguró Gallart. "La flota de arrastre reinicia su actividad el próximo 1 de noviembre después del paro biológico y tenemos serias dudas de que las embarcaciones se puedan echar a la mar con el precio actual del combustible", añadió.

A pesar de que se decidió dejar las medidas de presión, muchos representantes del sector se manifestaron abiertamente contrarios al acuerdo. "Sencillamente, no es suficiente", aseveró el presidente de la cofradía de Caleta de Vélez (Málaga), Rafael Campos. La huelga fue desconvocada ayer en Málaga tras conocerse el acuerdo con el Gobierno, aunque con muchas reticencias por parte del sector. Los cuatro puertos malagueños, de los cinco importantes, que habían sido bloqueados, fueron liberados. Los barcos de la flota malagueña tenían previsto salir a faenar anoche, según señaló el secretario de la Cofradía de Pescadores de Marbella, Bartolomé Carrillo.

Por su parte, el jefe de mercados de Mercamálaga, Carlos Sánchez-La Fuente subrayó durante la madrugada de ayer volvieron a aparecer un grupo de unos 50 piquetes, que hasta impidieron el acceso de pescado hasta las 2.30, "cuando finalmente fue desconvocada la huelga". El responsable de Mercamálaga recalcó la ausencia de incidentes en el lugar, donde se contó con presencia policial.

Las jornadas de huelga tampoco se notaron ayer en el mercado onubense, a pesar de que la lonja de Huelva estuvo cerrada. La mercancía que se vendió procedía de almacenes de los propios pescadores, de los saladeros instalados en las inmediaciones de la lonja, donde se vende pescado congelado o de camiones frigoríficos procedentes de Sevilla. El presidente de la asociación de minoristas del mercado del Carmen de la capital, Manuel Quintero, aseguró ayer que el mercado sólo se vio desabastecido en un 30%.

"Aceptamos el acuerdo a regañadientes y para no dividir al sector", explicó el presidente de los armadores de Isla Cristina (Huelva), José Antonio Carrillo, "estamos igual que al principio". "El incremento de las ayudas no supone más que lo que ha subido el precio del gasóleo en el último mes y medio", mantuvo el secretario de la asociación de armadores de Lepe, Agustín Rodríguez, quien insistió el Gobierno al negociar con las cofradías y no con los armadores, "ha dividido al sector". "Al salir a faenar unos cuantos nos vemos obligados a hacerlo el resto", dijo Rodríguez.

Sólo en los puertos gaditanos, como Algeciras o Barbate, se acogió el acuerdo sin tanta resistencia. El presidente de la cofradía de pescadores de Cádiz, Manuel Ponce, destacó que el acuerdo beneficia a los barcos más pequeños, que son los que conforman la flota gaditana. "Es mejor que lo que había", sentenció el patrón de la cofradía barbateña, Antonio Varo. En el mercado de Barbate actuaron los piquetes por la mañana para impedir su venta, aunque no se llegaron a producir incidentes de relevancia.

Los pescadores gaditanos tienen un peso apreciable en la federación andaluza de cofradías, que hoy se reúne en Algeciras para analizar el acuerdo. "Se ha buscado el bien de todos", aseguró ayer el presidente de la federación, Manuel Peinado, consciente de que le espera una reunión muy dura. "Esto ha sido un fracaso total", arguyó el presidente de la cofradía de Motril (Granada), Francisco Barros, quien pedirá la dimisión de los responsables de la federación si sus explicaciones no le convencen. Una iniciativa que secundarán otras cofradías.