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Reportaje:LA GRIPE AVIAR

Granjas acorraladas

El 85% de la producción española de pollo se da en recintos techados; el resto, en explotaciones al aire libre o fincas familiares

Desde la ventana de la oficina de Sebastián Díaz, una tenue luz artificial permite ver una nave surcada por varios tubos por los que se dispensa pienso enriquecido a base de soja y agua. Dentro, la temperatura y la humedad cambian a golpe de informática y, de vez en cuando, una ligera brisa alimentada por grandes ventiladores crea una ola de movimiento en los 30.000 pollos blancos que alfombran el suelo. Entraron con pocos días, ya vacunados, y los llevarán al matadero con seis semanas y 2,5 kilos de peso, tras un crecimiento explosivo. "Esto no tiene nada que ver con los corralones que se ven por esos países". Los corralones a los que se refiere Díaz, en Turquía y Rumania, acapararon la atención mediática la semana pasada por ser el origen de los primeros brotes detectados en explotaciones europeas de la modalidad más agresiva de la gripe aviar.

En mayo, el kilo de pollo se pagaba en lonja a 1,2 euros; esta semana ya está a 0,7 euros
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La granja de Sebastían Díaz está en Villamanrique de la Condesa (Sevilla), uno de los municipios que circundan el espacio protegido de Doñana. Las marismas de Doñana acogen en invierno más de un millón de aves acuáticas migratorias, a las que los expertos relacionan con la difusión del virus H5N1. La UE la considera una zona de riesgo, por la posibilidad de contacto entre aves silvestres y domésticas. "En pocos días se verán gansos en el cielo, pero es imposible que entren en la nave, está totalmente aislada", aclara Díaz.

Las granjas como las de Sebastián Díaz son responsables de más del 85% de la producción española de pollos (un millón de toneladas de carne al año). Cataluña, Andalucía y Valencia concentran más del 65% de la producción intensiva. Son unas 6.000 explotaciones en las que el sistema de producción se repite de forma milimétrica, en un mercado controlado por cinco o seis grandes compañías integradoras. Son naves con un alto nivel de tecnificación, controladas por una o dos personas, a las que las integradoras suministran casi todo: los pollos recién nacidos, el pienso, las pautas de producción, los antibióticos, el transporte y los mataderos. Es una producción intensiva, que requiere una fuerte inversión inicial. Por eso, los controles son continuos: los veterinarios recogen muestras cada semana.

"La alarma social está injustificada, los controles sanitarios que pasamos son muy rigurosos", coincide Luis Anguís Saro, propietario de una de las mayores granjas en Andalucía, con más de 100.000 pollos en Bedmar (Jaén). Anguís ya nota los efectos de esa alarma social. Los costes de producción en sus cuatro naves han aumentado por la decisión de las integradoras de retrasar la recogida de pollos tras el engorde, como una forma de regular el mercado. En el cercano matadero de Úbeda, las ventas han caído en dos semanas un 25%. Y Agustín Rodríguez, secretario regional de UPA (la organización agraria más representativa en el sector) indica que el precio del kilo de pollo ha bajado de los 1,2 euros que se pagaban en lonja en mayo a los 0,7 euros de esta semana.

El escenario para los productores que han apostado por una avicultura ecológica es más preocupante. En estas fincas, que apenas suman un 8% de la producción nacional, el sistema es totalmente distinto. En cada gallinero no puede haber más de 4.500 ejemplares, el animal gana peso de forma natural y se prohíben las vacunas, las hormonas o los antibióticos. "Son más sanos", sostiene Luis Calero, uno de los tres socios de Ecológica Los Pedroches, una granja cordobesa con unas 10.000 aves. Pero, a diferencia de las naves intensivas, en la mayoría de los casos la cría es al aire libre.

La UE decidió el jueves prohibir la cría al aire libre en zonas de riesgo, por el posible contacto con aves migratorias. El Ministerio de Agricultura contabiliza 1.500 explotaciones en España con estas características, la mayoría dedicadas a la producción ecológica o extensiva. Un portavoz del ministerio precisó que la próxima semana se detallarán esas zonas de riesgo y cuáles de esas 1.500 fincas tendrán que adaptarse a la prohibición. Luis Calero señala que esta adaptación no será complicada y que, en último caso, las aves se tendrán que quedar bajo techo. Pero recela de la reacción de un consumidor que a la ganadería ecológica le ha costado mucho ganar.

Pero el contacto con aves silvestres también es posible en los numerosos pequeños gallineros familiares de localidades agrarias. Unas instalaciones en las que las aves están a su aire, de las que no hay censos ni noticia de controles veterinarios.

De la gripe aviar, Antonia y su hermana saben lo justo. Ambas se desplazan todos los días a un pequeño campito que tienen a las afueras del pueblo de El Palmar para alimentar y cambiar el agua a la decena de gallinas y gallos que crían en un corral. El paraje está a las orillas del parque natural de la Albufera (Valencia), donde por estas fechas ya han comenzado a llegar las primeras de las 100.000 aves migratorias que invernan en sus aguas. "No nos los comemos; los tenemos porque nos gusta y si nos dan algún huevo, pues eso que nos hemos encontrado", comentaban ayer. "Un pato suelto siempre es un peligro", añade un vecino que se ha acercado a ayudarlas con las malas hierbas. Las hermanas oponen que la tela metálica que cubre el gallinero está asegurada. Pero la Generalitat y el Ayuntamiento de Valencia barajan la posibilidad de clausurarlos para evitar el riesgo de contacto con aves migratorias.

También en la pequeña finca de Eustaquio López, en Palomares del Río (Sevilla), campan sueltos entre naranjos gallinas, patos, gansos, pavos y alguna oca. "Los tengo para entretenerme", dice Eustaquio, de 66 años. Por allí no pasan veterinarios. "Con lo que comen están sanísimos, si tuviesen alguna enfermedades se les notaría, ¿no?", se pregunta.

Esta información ha sido elaborada por Alejandro Bolaños, Jaime Prats, Ginés Donaire y Manuel Planelles.

Granja de pollos en Bedmar (Jaén).
Granja de pollos en Bedmar (Jaén).JOSÉ MANUEL PEDROSA
Gansos en un corral en Palomares del Río, en el entorno de Doñana (Sevilla).
Gansos en un corral en Palomares del Río, en el entorno de Doñana (Sevilla).GARCIA CORDERO

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