El enviado de la ONU, pesimista sobre el conflicto del Sáhara
El diplomático holandés Van Walsum concluye su primera gira por el Magreb
Peter van Walsum se ha dado cuenta de la casi imposibilidad de resolver el conflicto del Sáhara Occidental. A lo largo de su primera gira por el Magreb, que concluyó el lunes, este diplomático holandés que representa al secretario general de la ONU, Kofi Annan, ha ido pronunciado frases cada vez más pesimistas.
Walsum empezó declarando, el viernes, en Rabat, primera etapa de su periplo, que estaba "explorando la manera de sacar el asunto del Sáhara del callejón sin salida en el que se encuentra" desde hace 30 años. El sábado, en Argel, tercera etapa de su viaje, afirmó que "las posiciones de las partes son casi irreconciliables", aunque añadió: "Todos los países con los que estuve en contacto sólo desean una cosa: que el asunto se solucione".
El lunes, en Nuakchot, la capital mauritana, cuarta parada de su vía crucis, Walsum constató que "ninguna de las partes implicadas parece dispuesta a hacer concesiones". El representante de Annan trasladó sus impresiones, ayer por la tarde, en Madrid, al ministro de Asuntos Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos.
A juzgar por las declaraciones de los interlocutores de Walsum, cada uno ha reiterado su posición sin moverse un ápice. En el palacio real de Rabat se volvió a abogar "por una solución política mediante un diálogo con Argel, pero que preserve la integridad territorial de Marruecos"; es decir, su "soberanía" sobre la antigua colonia española.
"El contencioso del Sáhara debe ser resuelto en el marco de la ONU porque es un problema de descolonización", recalcó, por su parte, el presidente argelino, Abdelaziz Buteflika. Mohamed Abdelaziz, el líder del Frente Polisario, secundó esa tesis al tiempo que denunció el incremento de la represión marroquí sobre la población saharaui.
Saqueos
La Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), la más solvente de las organizaciones marroquíes que trabajan en este ámbito, dio precisamente a conocer ayer un amplio informe sobre las manifestaciones de El Aaiún de finales de mayo. En él denuncia los saqueos de siete casas por parte de las fuerzas de seguridad y denuncia: "Gran parte de la población carece de la mayoría de sus derechos".
La crisis migratoria provocada por las avalanchas de subsaharianos sobre Ceuta y Melilla ha deteriorado aún más la mala relación entre Argel y Rabat. Esta última capital ha reprochado a su vecino no ejercer ningún control sobre sus fronteras para "inundarle" así con inmigrantes y torpedear la "química" con el Gobierno español. El Ministerio de Exteriores argelino tachó el lunes la acusación de "fantasía".
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