El auge del aeropuerto aumenta las visitas a Girona el 30% al año

La cuidada rehabilitación del casco antiguo de Girona, los cambios de hábitos que fomentan estancias cortas y los vuelos baratos de la compañía Ryanair están disparando las visitas turísticas a la ciudad. Desde hace cinco años, el número de visitantes crece el 30% anual. Las 510 plazas hoteleras del núcleo urbano, a las que se sumarán las 72 que ofrecerá un hotel en construcción, serán insuficientes si este ritmo de crecimiento turístico se mantiene.

Los incesantes grupos de turistas que colapsan las angostas callejas del casco antiguo de la ciudad de Girona son el mejor ejemplo del auge turístico que vive la ciudad desde el año 2000.

Entre septiembre del año pasado y agosto de este año, más de 431.000 visitantes han pasado por las oficinas turísticas de la ciudad. La próxima apertura del nuevo Auditorio Palacio de Congresos, en septiembre de 2006, contribuirá a atraer más turismo congresual, aunque el Ayuntamiento advierte de que el previsible incremento de visitantes no corre paralelo a la creación de plazas hoteleras.

Para los nuevos visitantes, la ciudad de Girona es "la gran sorpresa". Rosa Maria Salip, vice-presidenta de la Asociación de Guías de Girona, confirma, más allá de los tópicos de la denominada Florencia catalana, que sus grupos coinciden siempre en reconocer que no se imaginaban que la ciudad fuera tan hermosa. "En las visitas rápidas, por ejemplo en congresos que reúnen gente de toda España, son muchos los que aseguran que volverán con la familia", explica Salip. La guía turística piensa que la promoción de la Costa Brava y el Pirineo, junto a la atracción de Barcelona y el Museo Dalí de Figueres, habían dejado a la ciudad de Girona en un espacio de sombra del que empieza a salir con una enorme fuerza.

Turismo de jornada

Se trata de un turismo de una sola jornada, a menudo de medio día. Girona es lo que en el lenguaje de los gestores turísticos se denomina city break. Todo está cerca, concentrado en un espacio muy reducido, y la catedral ejerce de atracción desde su privilegiada atalaya. Los autobuses -unos 50 diarios de media- pueden aparcar muy cerca del núcleo histórico. Sus viajeros, recién llegados, pasan por una oficina turística denominada "punt de benvinguda", donde se les ofrece un plano y la posibilidad de contratar guías profesionales. En dos minutos pueden plantarse frente a la catedral.

Gilles Thomat, un joven francés residente en Barcelona, es el ejemplo de la sorpresa que depara la ciudad al visitante poco avisado. "He venido por asuntos de trabajo y no me esperaba una ciudad así. Su estética me ha atrapado de inmediato. Sin duda volveré para conocerla más a fondo".

El gran reto está en intentar que el viajero no la vea solamente como una ciudad para recorrer en medio día y, sobre todo, en intentar expandir el radio turístico más allá de un casco antiguo a menudo saturado de visitantes. Para eso sería necesario incrementar las plazas hoteleras. La ciudad tiene en su núcleo urbano 510 plazas hoteleras -sin contar pensiones ni albergues-, que llegan hasta el millar si se incluye su área metropolitana. El éxito de un nuevo hotel de cuatro estrellas situado muy cerca del casco antiguo -a menudo sin una habitación libre- ha animado otras iniciativas. Actualmente se está construyendo un hotel de cinco estrellas, que tendrá 72 plazas, en una zona privilegiada con vistas a la ciudad. Aun así, no es suficiente. La concejal de Desarrollo Local y Promoción de la ciudad, con la mirada puesta en el nuevo Palacio de Congresos del parque urbano de la Devesa, piensa que hay que plantearse nuevos hoteles. El nuevo gran centro de convenciones tiene ya, según el consistorio, tres eventos prerreservados. "Si los usuarios del Palacio de Congresos deben ir en autobús a los hoteles de la costa, existe el peligro de que en el futuro decidan celebrar allí sus congresos", advierte la concejal.

Los visitantes, cada vez más, llegan a lo largo de todo el año, con puntas lógicas en los fines de semana. Las contrataciones por Internet van en aumento. El pasado año, la página web turística municipal tuvo más de dos millones de visitas.

El Ayuntamiento mantiene que son muy diversas las razones que han ayudado a atraer turismo: la cuidada rehabilitación del casco antiguo, los cambios de hábitos que fomentan estancias cortas y los vuelos baratos de Ryanair. El aeropuerto Girona-Costa Brava tiene conexiones casi diarias con 23 destinos europeos. Barcelona y la Costa Brava continúan siendo aún los máximos beneficiarios de este flujo aeronáutico, aunque son cada vez más los visitantes que deciden hacer escala en la ciudad.

Pero la revitalización de Girona no es sólo turística. La ciudad atrae cada vez más a foráneos dispuestos a convertirla en su localidad de residencia. El auge de precios en algunas zonas, que llegan a cifras casi comparables a las del Casc Antic de Barcelona, es un fiel reflejo de este interés. El proyecto de una estación del AVE, a partir de 2009, en la actual estación de Renfe, puede afianzar esta tendencia y atraer residentes de la zona metropolitana de Barcelona