Los municipios afectados por las inundaciones no dan abasto a las tareas de limpieza
Las escuelas del Baix Empordà reanudarán mañana las clases, suspendidas el jueves
La recuperación de la normalidad se antoja una tarea titánica para los municipios más afectados por las inundaciones del Baix Empordà. En Sant Antoni de Calonge y Platja d'Aro, a más de 48 horas de las inundaciones, los bomberos continuaban ayer bombeando agua de garajes y las brigadas municipales quitando maleza y barro de las calles con la ayuda de maquinaria pesada. El paisaje desolador que apareció tras el paso de las aguas no era ayer muy diferente. Los enormes esfuerzos de trabajadores municipales y vecinos son, de momento, escasamente visibles.
Donde sí empezó a recuperarse la normalidad fue en las carreteras. Ayer se habían abierto todos los accesos cortados por las aguas en urbanizaciones y viviendas aisladas. El Servicio Catalán de Tráfico sólo mantuvo cortada ayer una carretera, la GI-651, entre los municipios de Pals y Peratallada.
La normalidad también volverá mañana a todas las escuelas de la comarca del Baix Empordà. El Departamento de Eduación decidió el pasado jueves suspender las clases ante el dramático panorama que había dejado el agua en la mayor parte de la comarca.
En Sant Antoni de Calonge, una de las localidades más afectadas, además de los numerosos desperfectos en calles y domicilios particulares, preocupaban ayer los destrozos que causó el temporal en las playas. El alcalde del municipio turístico, Jordi Soler, confía en poder recuperar la arena y los servicios de la playa antes del próximo verano.
Castell-Platja d'Aro lanzó ayer a la calle, a partir de las 7.30 horas, 40 vehículos y 80 trabajadores municipales. El consistorio ha contratado material y personal específico, en muchos casos privado, para agilizar las tareas de limpieza. Camiones especiales recorrían ayer el casco urbano cargando los muebles y materiales que el agua ha dejado inservibles.
El hotel La Terrassa continuará ejerciendo de centro de acogida de quienes no puedan utilizar sus casas. Ayer estaban alojados en dicho establecimiento un total de 28 personas. Por la mañana, acompañados de voluntarios de Protección Civil y miembros de la Cruz Roja, estos vecinos regresaron a sus domicilios para recoger enseres y ropas.
Evaluar los daños
Aunque ayer se mantenía activado el Plan de Emergencias por Inundaciones de Cataluña (Inuncat), las previsiones de lluvia para la noche eran menos alarmantes. Los bomberos continuaban trabajando a buen ritmo, aunque se dedicaron principalmente a achicar el agua acumulada en garajes y sótanos. En las zonas más afectadas por las inundaciones, ni un solo garaje se libró del agua.
Los ayuntamientos tardarán días en establecer una cálculo fiable de todos los daños, puesto que la afluencia de ciudadanos que denuncian sus pérdidas a las oficinas municipales es todavía escasa. Muchos de ellos han optado por tramitar directamente con su aseguradora las indemnizaciones del Consorcio de Compensación de Seguros (CCS), organismo estatal que indemniza en situaciones de inundación. El ayuntamiento de Sant Feliu de Guíxols ha convocado para mañana una reunión de técnicos municipales con los vecinos y comerciantes afectados para asesorarles sobre el modo de rellenar y tramitar los formularios que deben dirigir al CCS.
Las viviendas de la comarca que se han debido abandonar serán vigiladas de una manera especial por las policía locales y los Mossos d'Esquadra para evitar que sean objeto de actos de pillaje. El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, visitó ayer a mediodía algunas de las áreas afectadas por las inundaciones. En Sant Antoni de Calonge, Maragall explicó que la decisión de pedir la declaración de zona catastrófica, una de las posibilidades que barajan los alcaldes de la Vall d'Aro, deberá tomarse cuando se haya hecho un recuento de todos los daños. También la consejera de Interior de la Generalitat, Montserrat Tura, visitó ayer las localidades gerundenses más afectadas por las inundaciones.
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