Feísmo experimental

Ya está aquí el penúltimo niño terrible del cine mundial. Tras armar un considerable revuelo en la pasada edición de Cannes y participar en la sección Perlas de otros Festivales en San Sebastián, aterriza en los cines españoles Batalla en el cielo, segunda obra del joven mexicano Carlos Reygadas, una película dura, difícil, no apta para todos los paladares, arriesgadísima, profundamente petulante y nada agradable para los sentidos, un certero golpe al ideal de belleza que circula por la mayoría de las mentes biempensantes que, sin embargo, no acaba de cuajar por la confusión (que no sutileza) que preside la narración de la historia y por el inútil interés en epatar más que en contar el (imponente) relato que tiene entre manos.

Reygadas pretende un análisis de lo que puede ser la lucha de clases en el México del nuevo milenio a través de la historia de sexo y autodestrucción entre una guapa joven de familia rica, hija de un general del ejército, que dedica sus horas libres a prostituirse por placer, y su gordo, feo, sudoroso e impávido chófer. El siempre presente militarismo, la extrema pobreza, la criminalidad como posible salida a una irremediable situación de desamparo económico, la religión mal entendida y el fanatismo se unen con no demasiado orden en una de esas películas que terminarán recordándose más por lo que pudo ser que por lo que fue. Y es que Reygadas parece más empeñado en el deleite feísta del retrato físico de sus protagonistas que en abrir con el bisturí unos cerebros que el espectador nunca termina de conocer, por mucho empeño que ponga.

No es habitual en el cine que los imperfectos cuerpos del matrimonio protagonista (el conductor y su esposa) sean los que lleven la voz cantante de las muy explícitas escenas de sexo (oral, anal...). Pero Reygadas no miente, mal que les pese algunos. Eso sí, es evidente que el director mexicano, de 33 años, se encuentra a gusto regodeándose en un provocador feísmo que no siempre tiene sentido, lo que lleva a la película al tan peligroso como buscado estado de la polémica. A que se ame o a que se odie. Por eso quizá sea mejor colocarse en un término medio y seguir la pista a este nuevo autor mexicano. Pronto tendremos la oportunidad de acercarnos del todo a alguno de los dos grupos (el de los fans o el de los detractores), ya que el mes que viene se estrenará en Japón, su primera película, de 2002, y por tanto anterior a Batalla en el cielo.