Algo que se puede hacer
En los últimos días, periodistas, tertulias de televisión, políticos y gente de la calle dan opiniones sobre lo que están viendo en la frontera vallada de Melilla o Ceuta, pero todos hablan mucho para no decir nada. Nadie da ninguna solución concreta, racional y viable. Al Gobierno lo único que se le ocurre es reforzar la muralla, como si quisiera que África fuera una cárcel de donde nadie puede escapar, porque los europeos así lo han decidido. Otros están convencidos de que la culpa es de Marruecos, como si un país africano y de millones de emigrantes a Europa, tercermundista, tuviera la obligación de arreglar los problemas de los ricos europeos. Para acabar, todo el mundo opina que el problema es de hambre y miseria en África, y después de sentir mucha pena, se quedan tan tranquilos, porque no saben qué hay que hacer y entonces no hacen nada.
Pues bien, si hay que ayudar a África, la primera ayuda es tratar a los africanos con dignidad, y la más urgente medida es conceder visados de trabajo en las embajadas de África.
Resulta que el Inem ha publicado recientemente una lista de unas 200 profesiones de difícil cobertura en España, trabajos de los sectores de construcción, agrarios y de servicios, que, a pesar de existir dos millones de parados en España, nadie quiere hacer. Sin embargo, no hay posibilidad alguna para un africano de conseguir un visado de trabajo en su país de origen para cubrir estos puestos vacantes. ¿Por qué no habla de esto el Gobierno, si son ellos mismos los que han elaborado la lista? ¿Qué les impide ofrecer este trabajo en África a través de contingentes?
El ciudadano africano que consigue trabajar legalmente en Europa envía continuas remesas de dinero a su país y de él depende no sólo la economía de su familia, sino la economía del país entero de origen. Hay países que subsisten con la aportación de sus trabajadores en el extranjero. Por tanto, menos hablar de cooperación internacional abstracta y más cooperar de verdad, dejando trabajar a los africanos para que levanten sus países ellos mismos con dinero ganado honradamente y sin limosnas.
Le pido al señor Zapatero que, cuando habla de obligación de entrar legalmente en España, diga cuáles son los procedimientos legales actuales que él conoce, porque yo no los conozco. Le pido algo tan sencillo como que agilice los trámites en las embajadas, abra los contingentes de trabajadores en África también, deje entrar gente con un contrato, un billete de avión y un permiso de trabajo, y verá cómo la frontera de Melilla se descongestiona.
Por lo demás, el desconocimiento de África con que hablan políticos y periodistas tertulianos es penoso. Todos hablan de guerras y corrupción en África, pero hay que recordarles que un buen porcentaje de las personas que intentan pasar la frontera vienen de países que ni están en guerra ni con dictadura (véase Malí o Senegal), lo que pasa es que la democracia en sí misma no da de comer.
Tramiten un procedimiento de obtención de visados de trabajo ágil y sencillo a través de sus embajadas, y verán cómo se reduce el drama de la inmigración; y no digan que esto no lo pueden hacer, porque pueden. Si no lo hacen es porque no quieren y porque los africanos no les merecemos ningún respeto ni consideración.
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