La cruda mirada de Alberto Méndez sobre la posguerra gana el Nacional de Narrativa

El escritor Alberto Méndez (Madrid, 1941-2004) ganó ayer con Los girasoles ciegos (Anagrama) el Premio Nacional de Narrativa. El libro se desarrolla en torno a la derrota y tiene como telón de fondo la posguerra española. Son historias silenciadas durante años, y contadas en cuatro relatos. "Los girasoles ciegos es el resultado del trabajo que realizó a lo largo de toda su vida, de relatos que fue oyendo y anotando, de historias contadas entre susurros, y para él fue el inicio de lo que quería hacer en el futuro. El premio lo entiendo como un tributo a su labor callada", indicó ayer su viuda, Milagros Valdés. El Nacional de Narrativa, que lo concede el Ministerio de Cultura, está dotado con 15.000 euros.

"Nos costó convencerle de que se pusiese en serio a escribir y hoy le puedo decir: 'Alberto, teníamos razón", comenta Milagros Valdés. Hoy, ella, los tres hijos y el resto de la familia se debaten entre la alegría del premio y la tristeza porque él no pueda disfrutarlo.

Alberto Méndez nació en Madrid en 1941 y falleció en la misma ciudad en diciembre de 2004. Licenciado en Filosofía y Letras, su actividad profesional estuvo ligada durante décadas al mundo de la edición; de hecho, fue uno de los fundadores de la editorial Ciencia Nueva, cerrada en los años sesenta por el entonces ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga. En 2003 publicó el relato Manuscrito encontrado en el olvido y en 2004 el libro Los girasoles ciegos. En abril de ese mismo año logró el Premio de la Crítica, que concede la Asociación Española de Críticos Literarios.

Méndez relata en su obra cuatro historias que transcurren entre 1939 y 1942, cuatro historias de gente corriente que conforman un retrato de la España de entonces: Un capitán del Ejército de Franco renuncia a ganar la guerra el mismo día de la victoria. Un joven poeta adolescente que huye con su novia embarazada y en sólo unos meses escribe un diario donde el recorrido entre la adolescencia, la madurez y la muerte se realiza con una velocidad aterradora. Un preso en la cárcel de Porlier que se niega a vivir en la impostura para que su verdugo justificara el nombre de verdugo. Y finalmente la historia de un diácono lascivo, obsesionado por la madre de un alumno, que justifica su pasión a través del fascismo apostólico que propugna.

Alberto Méndez decía que su libro aborda "la derrota de todo un país, la derrota colectiva de quienes vivieron con miedo el silencio de las historias que ocurrieron", y lo consideraba "un homenaje a la memoria de quienes padecieron la Guerra Civil". Los girasoles ciegos esconde cuatro historias de perdedores políticos, pero ganadores de sí mismos por su fidelidad a la ética y a la honestidad y por su renuncia a la falsedad y la impostura.

Vinculado al mundo editorial infantil y juvenil durante toda su trayectoria profesional, había escrito decenas de guiones para televisión y poesía que no tenía intención de publicar, según su familia. "Era un lector apasionado y admiraba tanto a los grandes autores de la literatura como Pessoa, Valverde o García Márquez que consideraba una osadía escribir algo que no tuviese calidad. Los dos últimos años antes de publicar Los girasoles ciegos se dedicó a comprar libros de viejo escritos por los vencedores de la Guerra Civil, obras a las que no se había acercado nunca y consideraba interesantes para documentarse, y a escribir miles de cuartillas que luego fue puliendo y puliendo hasta finalizar su trabajo. Las historias que cuenta son historias verdaderas y fueron escritas con el olor y el ruido de la memoria de otros. La obra comienza el día en que finalizó el conflicto bélico y acaba con los primeros fracasos de los alemanes en la II Guerra Mundial", recuerda ahora su esposa.

El jurado que falló ayer este galardón estuvo presidido por Rogelio Blanco, director general del Libro, y compuesto por Mónica Fernández, Luis Goytisolo, Euloxio Rodríguez, Patri Urkizu, Vincenç Pagés, Carmen Posadas, Carlos Galán, Carmen Alborch, Nicolás Miñambres, Pepa Roma, Anna Caballé y Juan Manuel de Prada, ganador de la anterior edición.

Alberto Méndez había comenzado a escribir poco antes de morir una segunda novela basada en la historia de un importante comisario perteneciente a la policía política durante la dictadura franquista.