El Congreso vota el 22 de noviembre si admite a trámite la iniciativa
El pleno del Congreso que votará la admisión a trámite de la reforma del Estatuto de Cataluña se celebrará, previsiblemente, el próximo 22 de noviembre. A partir de esa fecha empezará a correr el plazo para constituir la comisión mixta Congreso de los Diputados-Parlamento de Cataluña, cuyas tareas no acabarán antes de primavera. El pleno de aprobación del texto reformado en las Cortes se realizará en torno a junio o septiembre y el referéndum en Cataluña, antes de finalizar 2006.
El PSOE necesita buscar aliados para que sus propuestas de enmienda se impongan en el texto que, a su vez, defenderán sus socios habituales en las Cortes, ERC e IU, además de su partido hermano, el PSC. Fuentes gubernamentales apuntan que las enmiendas que mantiene el PSC a la reforma del Estatuto servirán de base para la negociación y el acuerdo. También contemplan como dato positivo que los negociadores nacionalistas catalanes serán Josep Antoni Duran, por CiU, crítico con algunos aspectos de la reforma, y Joan Puigcercós, por ERC, que mantiene "muy buena relación" con el PSOE.
Antes de la admisión a trámite de la reforma, Zapatero tratará de aunar posiciones en el PSOE con un documento sobre el Estatuto catalán que aprobará la ejecutiva federal socialista y no el Comité Federal, al que pertenece Pasqual Maragall. El hecho de que Alfonso Guerra sea el presidente de la Comisión Constitucional, en la que será debatido el Estatuto en el Congreso, es una garantía para Zapatero, que lo escogió por "su carácter negociador".
Posición "marginal"
Fuentes del entorno de Zapatero creen que el PP comete "un profundo error" al oponerse a la admisión a trámite en el Congreso de un texto que "cuenta con el apoyo de casi un 90% del Parlamento de Cataluña". "Eso les deja en la marginalidad en Cataluña, y nadie puede plantearse volver a gobernar en España sin tener allí un resultado digno".
El Gobierno cree que con el PP no serán posibles acuerdos sobre el Estatuto catalán, y ve muy difícil que prospere su pretensión de reformar el Senado, dada la posición poco receptiva del PP, cuyos votos son necesarios para lograr la mayoría exigida. "Es difícil que un partido que no vota ni siquiera la ley de Defensa Nacional vaya a votar la reforma del Senado", explican fuentes gubernamentales.
El entorno de Zapatero cree que las negativas del PP a pactar no le van a proporcionar buenos resultados. "La gente respalda a quien templa los problemas y a quien muestra disposición a resolverlos", añaden las mismas fuentes.
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