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LA REFORMA DEL ESTATUTO CATALÁN

Rubalcaba ve en "el cambio de régimen de Aznar rencor y síndrome del ex"

El PSOE no entiende el papel político que, en la actual estrategia del PP, juega el ex presidente del Gobierno José María Aznar con sus declaraciones. El experimentado portavoz parlamentario socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, ministro y portavoz en varios Ejecutivos de Felipe González, ofreció ayer su personal explicación: "Todo ex tiene tendencia a pensar que una vez que él se va todo va a ir mal, pero con Aznar ese síndrome del ex llega al paroxismo, ha perdido el sentido de la realidad, aún no ha asumido que perdió, que detrás de él no ha llegado el diluvio, y todas sus actuaciones están teñidas de gotas de rencor". Rubalcaba interpretó así la advertencia del día anterior de Aznar sobre un futuro "cambio de régimen" con la negociación esta semana de la reforma del Estatuto catalán.

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El portavoz socialista ironizó con la facilidad de Aznar, "que tiene el síndrome del ex elevado a la enésima potencia", para hablar de regímenes con mayúscula y lamentó aún más el "shock" que le produjo la fotografía del actual líder del PP, Mariano Rajoy, hablando de futuro y aplaudiendo la intervención del ex presidente. El secretario general del grupo socialista, Diego López Garrido, contrapuso lo que tachó de "absoluto disparate ultranacionalista" de Aznar al "debate democrático de un estatuto por los procedimientos legales".

"Constatar la realidad"

Frente a esta censura del PSOE, el portavoz del PP, Eduardo Zaplana, defendió el vaticinio del ex presidente del Gobierno: "Aznar no hace otra cosa que constatar la realidad que algunos plantean y defienden". Esos "algunos" son los dirigentes de ERC. "Cuando [Josep Lluís] Carod-Rovira dice que no quiere un Estatuto sino una Constitución y un Estado para Cataluña, ¿no es eso un cambio de régimen?", inquirió Zaplana. Según él, lo único que hizo Aznar fue "reconocer la evidencia" de lo que pretenden en ERC. "El hecho es el hecho, de prosperar esas posiciones", subrayó. Por eso, según él, "llamar a las cosas por su nombre no tendría que ser el problema".

El problema, de existir, consistiría en que Mariano Rajoy nunca ha ido tan lejos en su crítica al proyecto de Estatuto catalán. Sí ha dicho que, de salir adelante, se cambiaría la Constitución por la puerta de atrás, se pondría fin al actual Estado de las Autonomías, que equivalen a tener un sistema cuasi-federal en España, para ir a uno confederal. Y ha subrayado que todo eso se quiere hacer incumpliendo la ley. Pero Rajoy nunca ha hablado de cambio de régimen.

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