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LA REFORMA DEL ESTATUTO CATALÁN

Maragall rechaza el plan de financiación de CiU horas antes del pleno del Estatuto

El presidente se reúne hoy con los líderes políticos y apela a la responsabilidad de Artur Mas

El nuevo Estatuto de Cataluña entra hoy en su recta final, con el inicio de los debates en pleno, repleto de interrogantes sobre si será posible o no su aprobación. Ante el punto muerto en que se hallan las negociaciones por la insistencia de Convergència i Unió (CiU) en mantener su propuesta de concierto económico, Pasqual Maragall apeló ayer a la responsabilidad de los nacionalistas y les reclamó que no defiendan un modelo de financiación que requiere un cambio constitucional. El presidente ha convocado para hoy una reunión de los líderes políticos una hora antes del pleno parlamentario para buscar salidas al bloqueo. Ante el empecinamiento de CiU, las fuerzas que apoyan al tripartito optaron ayer por cerrar filas.

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Las tres formaciones que apoyan al Gobierno catalán -Partit dels Socialistes, Esquerra Republicana e Iniciativa per Catalunya- exteriorizaron ayer su unidad de acción y comunicaron que el próximo viernes darán su apoyo al nuevo texto estatutario y a su sistema de financiación. El anuncio vino acompañado de serias advertencias y duras críticas contra CiU, en lo que sonó a un aperitivo por si la federación nacionalista se obstina en vincular su voto al Estatuto a la aceptación de su propuesta de concierto económico.

Josep Lluís Carod Rovira dio ayer una rueda de prensa con dos firmes propósitos. El primero, evidenciar que, en el pleno de estos tres días, no se repetirá el espectáculo de finales de julio cuando Esquerra se alió con los nacionalistas de Artur Mas en defensa de los derechos históricos para blindar las competencias. Los republicanos entienden que el tripartito ha hecho todas las concesiones posibles para acercar su propuesta de financiación a la de CiU. El segundo objetivo, advertir a la federación de las consecuencias que tendría un voto negativo al Estatuto, decisión que, subrayó, situaría a Artur Mas junto a José María Aznar. "¿Quién puede sentarse al lado de Aznar para decir no al Estatuto?", se preguntó el líder de Esquerra, al tiempo que puso en duda el nacionalismo de CiU y de sus dirigentes si acaban por boicotear el Estatuto. "Me pregunto", prosiguió Carod, "si puede haber algún partido que se llame nacionalista capaz de decir no a que se reconozca la nación catalana".

Posturas "maximalistas"

El mensaje de la izquierda fue coincidente al asociar a CiU y al PP y como culpables de un posible fracaso de la reforma. El ecosocialista Joan Boada recordó el pacto entre estas dos formaciones durante la anterior legislatura para no tocar una coma del Estatuto de 1979. Y el portavoz socialista Joan Ferran lamentó la actitud de CiU al caer en un "criptoindependentismo vergonzante" con sus posturas "maximalistas".

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Los convergentes no se sintieron amenazados. El grupo parlamentario arropó a su líder, Artur Mas, y su estrategia de mantenerse firme en apostar por el concierto económico. El portavoz Felip Puig se ensañó especialmente con Esquerra Republicana, a la que CiU piensa poner en un brete al presentar a votación en el pleno su financiación similar al Cupo vasco. Puig manifestó que ERC se ha puesto "la camiseta del PSOE" al defender un "proyecto español".

Los nacionalistas insisten en que las presiones del Partit dels Socialistes han conseguido que Maragall diera marcha atrás a la aceptación de la fórmula del concierto, tal como había pactado supuestamente con Mas el pasado miércoles. Una versión que el presidente y los socialistas niegan de plano.

El entorno de Mas todavía espera que el presidente Maragall y el tripartito muevan ficha antes del próximo viernes y vuelvan a presentar otra propuesta de financiación. Pero los partidos que apoyan al Gobierno catalán rechazan esta posibilidad y mantienen que no hay margen para más concesiones. Apenas para algunos retoques técnicos que ayer analizaron Maragall y Carod en una entrevista antes del almuerzo y que acabaron de perfilar por la tarde sus respectivos equipos. Entre estas modificaciones, socialistas y republicanos han aceptado la demanda de CiU de sacar de la propuesta cualquier referencia a la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas y a leyes estatales.

En cambio, el modelo continúa separando, en la denominada cuota de retorno, la cantidad que se devolverá al Estado en pago a los servicios que presta en Cataluña y la cuota de solidaridad interterritorial. Y si esta fórmula se mantiene, CiU se reafirma en su voto contra el Estatuto. La firmeza de CiU ha extendido la incertidumbre en las filas de la izquierda. Ayer, el primer secretario del PSC, José Montilla, así lo expresó desde Washington, sobre todo por la obstinación de CiU de mantener "elementos inconstitucionales".

Maragall mantuvo la misma tesis en una declaración institucional por escrito que emitió a última hora de la tarde. El presidente de la Generalitat apeló a las formaciones políticas y, en especial a CiU, a no "malbaratar una oportunidad histórica" favorable para reformar el Estatuto catalán.

Propuesta inconstitucional

En el comunicado, Maragall por primera vez no se muestra optimista sobre la consecución de la reforma aunque dice "confiar" en que, finalmente, se impondrá la "responsabilidad". Maragall lamenta que CiU, a la que no cita, insista en plantear un sistema de financiación [el concierto económico] que "implica un cambio constitucional para el cual no hay mayoría posible, aunque el partido del Gobierno español [PSOE] lo llegase a aceptar". De este modo, invita a los nacionalistas a votar la propuesta del tripartito y a "anteponer los intereses de Cataluña por delante de su propia fuerza política". Asimismo señaló que las "legítimas posiciones y aspiraciones" no tienen por qué "condicionar el sentido del voto final".

Mas replicó anoche a Maragall que había "errado en su estrategia", intentando más "presionar a un contrario de forma partidista" que "intentar unir a las fuerzas políticas". Y agregó que CiU defenderá "con uñas y dientes" su sistema de financiación.

El portavoz expresó su plena confianza en que el viernes habrá en el Parlamento catalán la mayoría de dos tercios imprescindible para dar luz verde al nuevo Estatuto. Para que este augurio pueda hacerse realidad, Maragall ha convocado para hoy en la Generalitat la tercera cumbre con los líderes parlamentarios e intentar así encontrar una salida al bloqueo en que se encuentra la reforma estatutaria.

Si en principio la intención del Gobierno era convocar una reunión a cuatro -tripartito más CiU- al final Maragall ha invitado también al líder del PP catalán, Josep Piqué. Fuentes de Presidencia de la Generalitat señalaron que el objetivo de Maragall es explorar las posibilidades de un acuerdo convenciendo a CiU de que acepte la última propuesta de financiación del tripartito y al PP de que opte finalmente por la abstención en la votación del texto estatutario.

El secretario de Organización de los socialistas catalanes, José Zaragoza, exhortó a Mas a "pedir perdón" al presidente de la Generalitat si desea el éxito de la reunión de hoy. Según Zaragoza, Mas ha cometido una "falta de respeto" al recurrir a un supuesto pacto con Maragall sobre el concierto económico.

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