Horizonte prometedor
La economía mundial lleva muchos años inmersa en una senda de crecimiento y estabilidad. Resulta muy positivo que se prevean niveles de crecimiento superiores al 4%, en éste y en el próximo ejercicio, incluidos Japón y los países emergentes. El comercio mundial crece igualmente, y todo ello, con el índice de inflación más bajo de las últimas tres décadas, lo cual permite el mantenimiento de los tipos de interés en niveles igualmente pequeños en todos los bloques económicos.
Ése es el panorama del informe de perspectivas económicas que el FMI presenta ahora coincidiendo con el inicio de su reunión de otoño. La valoración favorable que merece ese escenario es tanto más destacable cuanto mayores han sido las amenazas que pesan en los últimos meses sobre las principales economías. El encarecimiento del crudo y el desastre del huracán Katrina en EE UU son las más importantes. Ambas circunstancias han determinado revisiones a la baja del crecimiento de casi todas las economías, pero en modo alguno de magnitud significativa.
La señal más elocuente de que la situación no es inquietante la acaba de dar la Reserva Federal estadounidense, al continuar con sus subidas de tipos en la ya acostumbrada dosis de un cuarto de punto. Es la mejor prueba de continuidad de una aceptable pulsación de la demanda en la economía de EE UU, que, según el FMI, seguirá creciendo por encima del 3%, aunque con los déficit gemelos en magnitudes relativa e históricamente altas. La financiación mediante gasto público del desastre del Katrina alejará la posibilidad de reducir notablemente el abultado déficit fiscal.
Tampoco son malos los vaticinios para el crecimiento del PIB español, de los pocos que se revisan al alza hasta el entorno del 3% en 2005 y 2006. Su composición, sin embargo, sigue preocupando. Las advertencias sobre la excesiva concentración en la construcción residencial y el gasto de las familias son cada día mayores. El crecimiento actual no debería enturbiar la percepción de su vulnerabilidad a medio plazo a causa de la ausencia de conocimiento y modernización tecnológica. Aprovechar la continuidad de la bonanza económica y financiera para fortalecer la base de conocimiento de la economía debería estar entre las principales prioridades antes de que sea demasiado tarde.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.