Un curso marcado por tres incertidumbres

Da igual a qué universidad se pregunte y cuál de los cinco rectores responda: la palabra es retraso y la consecuencia es preocupación. Tres incertidumbres planean sobre las universidades valencianas al inicio del curso académico: No hay plan de financiación; se desconoce el nuevo catálogo de titulaciones en el camino hacia el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) y el Gobierno todavía no ha puesto sobre la mesa el borrador de la reforma de la Ley Orgánica de Universidades (LOU), aprobada en solitario por el Partido Popular en la última legislatura, a pesar de que el ministerio dijo en su día que sería presentado antes del verano.

El rector de la Universidad Politécnica de Valencia, Juan Juliá, opina, respecto a la reforma de la LOU, que con el Gobierno de Aznar "quizá se pecó de poco diálogo con las universidades, y en este caso a lo mejor se está exagerando el tiempo, con el pretexto del diálogo y el consenso, más del necesario. Creo que hemos pasado del defecto al exceso, y esa es la visión que tenemos muchos rectores". "Máxime", añade Juliá, "cuando por lo que conocemos de la dirección de la reforma no existe en absoluto discrepancia con la opinión de las universidades".

Se ha pasado del "defecto al exceso" de diálogo tras el cambio de Gobierno, dice Juliá

Los rectores valencianos coinciden en dos aspectos básicos de la reforma de la LOU: Se debe eliminar el sistema de habilitación del profesorado, que debería dejar de estar ligado a la oferta de plazas por parte de las universidades, y se debe recuperar autonomía. De la ley "excesivamente represora" impulsada por la ex ministra Pilar del Castillo, afirma Francisco Tomás, rector de la Universitat de València, se debería pasar a un concepto de autonomía universitaria plural, no sólo limitado al sistema de gobierno sino que se extrapolara a la gestión para que la universidad estuviera dotada de "una verdadera capacidad de actuación".

Tomás insiste, en todo caso, en que la mayor preocupación consiste en conocer un texto para poder valorarlo, consensuarlo y evitar "la urgencia" con la que tramitó la ley el anterior gobierno.

Ligado con lo anterior, preocupa la presentación del nuevo mapa de titulaciones, un paso en la ruta hacia el EEES que parece haberse empantanado con la polémica sobre la eliminación de cerca de la mitad de los actuales títulos, que serían reagrupados en los nuevos Grados. "No hay un calendario determinado", constata el rector de Alicante, Ignacio Jiménez Raneda.

Juliá da un paso más. La Politécnica, como el resto de universidades, prevé empezar a implantar el nuevo modelo en 2007. Si la decisión del Gobierno llega "a principios de 2006 estaremos en un plazo razonable, pero si se va demorando va a ser complicado, porque las universidades también necesitan un determinado tiempo una vez creado el marco normativo".

"España va retrasada con respecto al núcleo europeo" y repara en "debates estériles", opina Francisco Tomás, como el del mapa de titulaciones: "En Europa no se discute las carreras que van a desaparecer, simplemente se adaptan".

Las cinco universidades públicas valencianas aseguran haber empezado a preparar desde hace tiempo la implantación del nuevo modelo de educación europeo. Un esfuerzo que Tomás considera "poco valorado dentro y fuera de la universidad".

A los rectores les preocupa la reforma de la LOU y les preocupa la lentitud con la que España se adapta al cambio que viene de Europa pero seguramente su mayor preocupación es el dinero, la falta de perspectivas para un nuevo plan de financiación y la concreción de las inversiones.

El segundo plan de financiación concluyó en diciembre de 2003. Los rectores alcanzaron un acuerdo con la Generalitat y suscribieron una prórroga hasta el diseño de un nuevo marco financiero. Sin embargo, acordaron presentar una propuesta nueva de financiación en 2005, pero hasta la fecha no se conocen los criterios que fijarán la futura financiación de las universidades valencianas.

El rector de la Jaume I de Castellón, Francisco Toledo, recuerda que el compromiso del Consell era el de que a estas alturas ya estuviera aprobado el nuevo plan de financiación, "y no sólo no se ha aprobado, sino que no se ha presentado un texto. Y ya estamos en tiempo de descuento".

El resultado, señala Raneda, "es que carecemos de criterios para elaborar las cuentas de 2006 y preparar nuestros presupuestos". Y el rector de la Universidad Miguel Hérnández de Elche, tras subrayar que "la incertidumbre actual no es buena para nadie" y augurar un curso con "normalidad, pero no en las mejores condiciones", vaticina una nueva próroga del extinto Plan de Financiación.

Francisco Toledo recuerda otro asunto pendiente: En estos momentos conviven dos tipos de posgrados, los oficiales y los llamados propios, diseñados y apropiados por cada universidad, que son los que efectivamente funcionan. Los oficiales, que son a su vez el germen de los máster que tras la adaptación al EEES completarán al Grado en la formación de los universitarios, deben tener precios públicos, "parece que no podrán tener financiación externa", mediante convenios con empresas, y al mismo tiempo la Generalitat continúa sin anunciar abiertamente con cuánto dinero los dotará. Sólo ha advertido que su número debe ser proporcionado, es decir, reducido. El riesgo, concluye Toledo, es doble: De un lado, que el precio que acaben pagando los estudiantes sea demasiado alto, y, del otro, que lo que acabe sacrificándose sea la calidad.

¿Demasiadas incertidumbres para un solo año? El curso se presenta interesante y con mucho trabajo, contesta Francisco Tomás, que a las incertidumbres generales suma una particular: Las elecciones a rector que se celebrarán en la Universitat de València en torno a febrero.