200.000 personas podrán regresar a la ciudad

Las calles de Nueva Orleans comienzan este fin de semana a recuperar la normalidad con la llegada de cientos de comerciantes autorizados por el alcalde, Ray Nagin, a examinar el estado de sus negocios tras el paso del Katrina y los saqueos posteriores. Muchos propietarios de restaurantes, bares y tiendas del casco histórico y otros barrios tendrán así la primera oportunidad de evaluar los daños infligidos y preparar la reapertura al público de sus establecimientos.

Nagin anunció que, a partir de la semana que viene, unos 200.000 habitantes de Nueva Orleans -casi la mitad de la población- podrán regresar gradualmente, sólo durante el día, a las zonas menos castigadas por el huracán. Entre éstas se encuentran el casco histórico, principal atracción turística de la ciudad, el centro financiero y el Garden District, donde se ubican algunas de las mansiones más espléndidas del sur de EE UU. Una tercera parte de la ciudad permanecerá cerrada por encontrarse todavía inundada. "Hoy es un gran día. Brilla el sol, Nueva Orleans respira de nuevo y vamos a reconstruir la ciudad", afirmó Nagin.

La ciudad da poco a poco muestras de normalidad tras el paso, hace casi tres semanas, del huracán más devastador en la historia de EE UU: la luz y el agua han vuelto a algunas zonas, el aeropuerto ha reabierto para los vuelos comerciales y los barcos han comenzado a atracar en el puerto. Los responsables del achique de agua creen que Nueva Orleans podría estar seca casi por completo a mediados de octubre.

Todo va más rápido de lo previsto y se respira cierto aire de optimismo. El número de víctimas, que Nagin temió que llegara a 10.000, no supera el medio millar, y la búsqueda de cadáveres casi ha concluido. "Vuelve la vida. Vamos a tener comercio, vamos a tener gente funcionando con normalidad y vamos a recuperar el ritmo que hace de Nueva Orleans una ciudad única", dijo el alcalde.