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Suez y Agbar abandonan Argentina por la falta de acuerdo sobre la subida de tarifas

El grupo francés hace efectivo el ultimátum que lanzó en julio al Ejecutivo de Kirchner

Jorge Marirrodriga

Suez y Agbar rompieron ayer la baraja tras varios meses de negociaciones con el Gobierno argentino de Néstor Kirchner para lograr una subida de las tarifas después de tres años de congelación. El grupo francés y la compañía controlada por La Caixa anunciaron que abandonarán su principal filial en el país suramericano, Aguas Argentinas, que da servicio a 10 millones de personas en la provincia de Buenos Aires. Tras retirarse también Aguas de Santa Fe, las dos compañías conservan todavía una concesión, Aguas Cordobesas.

El grupo francés Suez, socio mayoritario de la compañía Aguas Argentinas -en la que también participa Aguas de Barcelona (Agbar)- anunció ayer que abandona la concesión del servicio dando cumplimiento al ultimátum hecho al Gobierno de Néstor Kirchner el pasado julio durante la negociación sobre la subida de tarifas. Los precios permanecen congelados por decreto a raíz de la crisis institucional, económica y social que sufrió Argentina a finales de 2001.

"Enfrentados al hecho de que es imposible restablecer el equilibrio financiero y económico de la concesión, Aguas Argentinas ya no puede asumir los riesgos y responsabilidades derivados del servicio de aguas y basuras que presta a la ciudad de Buenos Aires", señaló la compañía en un comunicado. Fuentes de Agbar aseguraron que la compañía participada por La Caixa tomará la misma decisión que Suez. La medida debe ser ratificada por el consejo de administración del próximo 19 de septiembre.

Lo que en principio debería haber sido una negociación complicada pero no imposible de resolver -como ha sucedido con otras empresas extranjeras que han alcanzado acuerdos con el Gobierno argentino-, se fue enquistando hasta llegar a un punto muerto en julio. Suez y Agbar exigían una subida del 20% en sus tarifas tanto para este año como para el próximo -además de una salida para enjugar parte de su deuda, que asciende a unos 400 millones de euros-, mientras el Gobierno ofrecía un máximo del 15% durante 2005.

Fuentes de Aguas Argentinas denunciaron además que el Ejecutivo argentino ha variado su estrategia durante los últimos meses. En lugar de presentar una oferta firme, volvió a exigir documentación sobre las proyecciones económicas y las inversiones previstas por la compañía, algo que la empresa consideró que ya estaba cumplimentado.

La dirección de Suez -que controla un 39,93% de las acciones de Aguas Argentinas, frente al 25,8% de Agbar- decidió entonces iniciar el mecanismo formal de denuncia del contrato y emplazó al Gobierno argentino a que en 30 días a partir del 26 de julio restableciera "el equilibrio del contrato". Aguas Argentinas da servicio a 10 millones de personas y cuenta con 3.700 empleados. Tiene previstas unas pérdidas de 100 millones de pesos (30,3 millones de euros) para 2005 y una deuda de unos 500 millones de euros. Agbar provisionó en 2002 toda su inversión en Argentina, con una dotación de 216 millones de euros.

Lastres

Las negociaciones se han visto lastradas por varios factores desde la crisis de 2001, más allá de las discrepancias sobre el porcentaje en las subidas. Por un lado, la poca disposición del Gobierno argentino a colaborar económicamente en el saneamiento de una empresa controlada por el capital extranjero. Por otro, los cada vez más frecuentes encontronazos de la Administración argentina con las autoridades económicas y las empresas francesas, escenificados en la fuerte discusión pública que el pasado mes de enero mantuvo en París el presidente Kirchner con representantes del empresariado francés.

El tercer factor externo que ha dificultado el acuerdo ha sido la convocatoria de elecciones legislativas para el próximo 23 de octubre, en las que Kirchner pretende hacerse con el control de la formación a la que pertenece, el Partido Justicialista (PJ). Los negociadores del Gobierno pusieron en las últimas horas como condición que el aumento en las tarifas no fuera difundido hasta pasados los comicios, algo a lo que la empresa se negó. El diario La Nación aseguraba ayer que incluso el Gobierno había propuesto hacer público el acuerdo pero dejando en blanco los espacios referidos a las tarifas.

Ya en los días previos al anuncio del abandono de la concesión ambas partes habían emitido señales de que las cosas no estaban bien encaminadas. Gérard Mestrallet, presidente de Suez, se declaró en París "poco optimista" sobre un acuerdo. En plena campaña Kirchner había atacado duramente a "supermercados", movimiento que se interpretó como un aviso a la multinacional francesa Carrefour. Además, Suez y Agbar ya abandonaron otra concesión: Aguas de Santa Fe, con 700.000 clientes y 900 trabajadores. Ni Suez ni Agbar se pronunciaron ayer sobre el futuro de una tercera concesión, Aguas Cordobesas.

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Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

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