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Medio Ambiente decide instalar la depuradora del Maresme en Santa Susanna

Los alcaldes de la zona están divididos entre tres posibles ubicaciones para la planta

La zona norte del Maresme necesita una depuradora, pero no hay acuerdo respecto a dónde situarla. Los políticos locales defienden hasta tres ubicaciones. La primera, Montpalau, en terrenos de Tordera, proyecto aprobado por el Gobierno; la segunda, en Santa Susanna, junto al mar, justo donde ahora está el edificio de la decantadora de residuos sólidos, y donde coinciden todos los colectores de las cinco poblaciones afectadas -Calella, Pineda de Mar, Malgrat de Mar, Santa Susanna y Palafolls-; la tercera, en Malgrat, junto al cauce del río Tordera. El consejero de Medio Ambiente, Salvador Milà, es partidario de Santa Susanna.

Aunque la Agencia Catalana del Agua (ACA) aún no ha hecho oficial su decisión de ubicar la depuradora del Alt Maresme en Santa Susanna, el Departamento de Medio Ambiente ya ha elegido este enclave para la planta de tratamiento de aguas fecales que ha provocado la división en el territorio. La decisión irá acompañada de una exposición pública del proyecto a la que vecinos y municipios podrán presentar alegaciones. Los dirigentes de las cinco localidades que utilizarán los servicios, en un principìo parecían coincidir en la defensa de un mismo proyecto, pero finalmente, y aunque todos apoyarían la ubicación de Malgrat, cada uno tiene sus preferencias.

La decisión de Medio Ambiente va acompañada del compromiso de que la depuradora cumpla todas las condiciones, de modo que no suponga ni impacto visual ni, por supuesto, aromático. Salvador Milà, consejero de Medio Ambiente, entiende las suspicacias vecinales, pero asegura que el proyecto se hará con garantías.

Los alcaldes Josep Basart (ERC), de Calella, y Joan Morell (CiU), de Pineda, proponen ubicar la depuradora en el Pla de Grau en Malgrat de Mar; el de Palafolls, Valentí Agustí (PSC), prefiere el proyecto de la cantera de Montpalau, aunque está dispuesto a apoyar a los que sostienen que Malgrat es el mejor sitio. Joan Campolier (CiU) y Conxita Campoy (PSC), alcaldes de Santa Susanna y Malgrat de Mar, respectivamente, no se pronuncian sobre sus preferencias hasta que la decisión sea pública.

Los contrarios a que la depuradora se instale en Santa Susanna aseguran que la planta no puede estar tan cerca de viviendas y en primera línea de mar en un municipio de carácter turístico. Morell opina: "No queremos más barreras frente al mar, ya tenemos la carretera, las vías del tren, la decantadora y el cementerio".

Campoy ya ofreció los terrenos del Pla de Grau, en el término municipal de Malgrat de Mar, para construir la depuradora y la propuesta sigue en pie, pero asegura que "esa decisión es competencia del consejero". Valentí Agustí, alcalde de Palafolls, es contundente: "Lo que deseo es tener una depuradora lo antes posible y creo que esa sería la de Montpalau porque el proyecto ya está hecho y además las aguas tratadas podrían servir para regar los cultivos de la zona, pero si esta no puede ser, apoyaré al resto de alcaldes en su elección".

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Entre los vecinos las cosas están claras, nadie quiere la depuradora en su localidad. Los más ruidosos están siendo los miembros de la Asociación de Vecinos de Bella Mar, en Pineda, ya que sus viviendas se encuentran a poca distancia de la posible ubicación de la depuradora en el término municipal de Santa Susanna. De hecho, el proyecto sitúa la depuradora en terrenos que en parte son de Santa Susanna y en parte de Pineda. El presidente de la asociación, Jaume Calders, afirma que "la única depuradora que no huele es la que sale en fotos" y por eso no quiere que instalen la planta al lado de su casa. Rafael Rodríguez, presidente de la Asociación de Vecinos de Malgrat Nord, ha advertido que ellos no se quedarán parados si, finalmente, la depuradora va a parar al Pla de Grau.

El proyecto de Montpalau consiste en trasladar toda la porquería que se junta ahora en Santa Susanna y llevarla casi dos kilómetros hacia la sierra Litoral, a través de zonas agrícolas. En la montaña se depuran los residuos y lo depurado vuelve a Santa Susanna para ser enviado al mar a través de un emisario. Primer inconveniente: los payeses ven con malos ojos la afectación de sus campos; segundo problema: bombear la porquería hasta Montpalau es carísimo en consumo energético. El coste de esta obra es de 21 millones de euros.

La ACA, que defiende la ubicación en Santa Susanna, sostiene que está dipuesta a no ahorrar ni un céntimo en la construcción, semisoterrando la instalación para que no afecte al entorno. Su director, Jaime Solà, explica que en Niza hay una depuradora bajo el paseo de los Ingleses (paseo marítimo) y no se percibe ningún olor. Se trata, sostiene, de hacer las cosas bien. La ventaja de este proyecto es que evita consumos energéticos brutales y, además, no lleva la porquería de un lado para otro.

La tercera ubicación es en Malgrat, junto al Tordera. El problema es que supone tender tuberías para los residuos a lo largo de ocho kilómetros, a través de zonas agrícolas y también de núcleos de población. Además, el coste sería de 29 millones de euros.

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