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Reportaje:

Las brujas vuelven a Zugarramurdi

La localidad navarra inaugura el edificio que albergará a partir de 2006 el Centro de Interpretación de la Brujería

Zugarramurdi inaugurará en 2006 un gran Centro de Interpretación de la Brujería, del que ya ha sido inaugurado el edificio que lo albergará. Con este museo temático este pueblo navarro aspira a reforzar su atractivo turístico y cultural.

En la fronteriza localidad de Zugarramurdi hubo un antes y un después del Auto de Fe de Logroño de 1610, en el que más de cincuenta personas de la comarca fueron acusadas de prácticas de brujería y muchas de ellas murieron quemadas en la hoguera o en presidio. Las cuevas del pueblo, Akelarrenleze, el más afamado lugar de brujas del mundo entero, sigue atrayendo anualmente a miles de visitantes, que recorren esta catedral del diablo esperando oír las evocaciones de unos ritos satánicos confesados tras salvajes torturas por sencillos pastores, trabajadores del campo y peones cuyo pecado era conocer los secretos bioquímicos de la naturaleza y vivir al margen del estricto orden impuesto por la Iglesia católica en aquella época.

El pasado jueves, sin ir más lejos, más de un millar de personas participó en las cuevas en la comida popular del zikiro jatea, con la que cada año se conmemoran aquellos sucesos.

En el transcurso de las fiestas patronales se inauguró el edificio que en 2006 se convertirá en centro de interpretación del fenómeno de la brujería.

El proyecto está cofinanciado por el Gobierno de Navarra, el Ayuntamiento y la Unión Europea. El consistorio compró el inmueble, un antiguo hospital, a la fundación Sor Joaquina de la Cruz, que lo había transformado en residencia de ancianos y personas mayores sin recursos. La obra civil ha costado 592.000 euros, de los cuales el Gobierno navarro ha aportado 329.000 y el resto ha sido financiado por la Unión Europea. El desarrollo del proyecto museístico, dirigido por la empresa catalana STOA, supondrá un gasto de otros 867.000 euros, de los cuales el Ejecutivo foral financiará 520.000 y el resto será sufragado por el consistorio local.

Cuando todo esté listo, Zugarramurdi dispondrá de uno de los espacios museísticos más completos existentes sobre la historia de la brujería. Además de una exposición permanente sobre la materia, con documentos y materiales sobre el proceso de Zugarramurdi de 1610, el centro brindará información sobre Xareta, la red local de promoción formada por los municipios navarros de Zugarramurdi y Urdazubi, y los franceses de Sara y Ainhoa, vinculados por estas prácticas además de por una red de senderos que unen sus respectivas cuevas y lugares naturales. El museo de la brujería contará con una zona de exposiciones temporales, la recreación de un bosque en el que se difundirán folclóricamente los personajes del aquelarre y podrán verse las costumbres de las brujas, información sobre sus leyendas, mitología, creencias populares y la gran persecución que la Inquisición realizó en el siglo XVII. Contará también con un centro de información sobre tales prácticas en todo el mundo, talleres, sala de proyecciones y teatro, un centro de documentación con el tratamiento dado por la literatura, el cine o la pintura, además de una tienda de recuerdos y las dependencias administrativas.

"Alrededor de Zugarramurdi gravita un potencial de desarrollo muy grande vinculado al fenómeno de la brujería", señala Carlos Herce, director general de Turismo del Gobierno navarro. "Los municipios han mantenido contactos con el Departamento de Cultura para conseguir la cesión de piezas y documentos de valor histórico y etnográfico relacionadas con aquellos hechos que podrían mostrarse en el nuevo museo". El Archivo General de Navarra posee, por ejemplo, el libro original del Auto de Fe de Logroño de 1610.

"Las casas donde nacieron y vivieron muchas de las sorgiñes condenadas por brujería conservan piezas muy interesantes sobre esos hechos", comenta el alcalde de Zugarramurdi, Jesús María Aguerre. "Habrá materiales sobre la reina y el rey de los akelarres y algunas sorpresas", añade el primer edil de la localidad con el aire de misterio que requiere el fenómeno que el proyectado museo pretende rememorar.

Un mito inexistente

El escritor Fernando Videgáin, autor del libro Navarra en la noche de las brujas, se pregunta: "¿Hubo brujas en Navarra o no las hubo?". Y la sorprendente y razonada conclusión que aporta es: "Para desilusión de muchos, la respuesta es clara, no las hubo".

Videgáin señala que sólo existieron prácticas de brujería "en las mentes calenturientas de los jueces seculares y señores inquisidores" que llevaron a cabo el proceso de Logroño. Sin embargo, el experto rompe otra arraigada creencia y sostiene que "en Navarra fueron en todo este negocio mucho más severos los jueces seculares de la Real Corte y Real Consejo que los comisionados de la Santa Inquisición". Videgáin concluye: "La historia de la brujería es historia de santidades, de gentes que morían con el santo nombre de Jesús en los labios y recitando el Credo".

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