El Ejército israelí empieza a demoler las casas de los colonos

Destacamentos de ingenieros del Ejército israelí empezaron ayer a demoler las casas abandonadas por los colonos de Gaza. La operación se llevó a cabo mientras las fuerzas de seguridad trataban de acabar con los últimos reductos de resistencia de los colonos radicales que, como sucedió el día anterior en otros asentamientos, trataron de hacerse fuertes en las sinagogas. La operación de desalojo acabará mañana, después de la fiesta judía del Sabbat.

Las casas del asentamiento de Kerem Atzmoná, un pequeño enclave fundado hace cinco años en el que sólo vivían 24 habitantes, en su mayoría estudiantes de la escuela rabínica local, empezaron ayer por la mañana a ser derribadas por las excavadoras del Ejército israelí. Las operaciones de demolición proseguirán implacables con los 20 asentamientos restantes de la franja de Gaza, cumplimentándose así la tercera y penúltima fase del plan de desconexión impulsado por el primer ministro, Ariel Sharon.

Ayer, mientras las excavadoras echaban abajo paredes y tejados, los soldados israelíes continuaban con la operación de evacuación de los colonos y la expulsión de los radicales en las últimas bolsas de resistencia. Las operaciones se centraron en el asentamiento de Gadid, fundado hace 23 años y en el que hasta hace poco habían vivido 60 familias, en su mayoría procedentes de Francia, dedicadas a la horticultura. Las operaciones culminaron con el desalojo de un grupo de radicales que se había atrincherado en la sinagoga.

Un grupo de jóvenes extremistas, que habían sido desalojados de la sinagoga de Dugit, lograron escapar de la policía cuando eran conducidos en un autobús a la zona israelí para ser interrogados por las autoridades judiciales. Los jóvenes lograron esconderse en las casas del enclave palestino de Al Mawasi, cercano al asentamiento de Neve Dekalim, donde al parecer estaban siendo buscados por la policía israelí. Los evadidos, junto con un grupo de 200 activistas desalojados del asentamiento de Kafar Darom, serán encausados por los tribunales israelíes, según aseguraba ayer el fiscal del Estado.

Las autoridades israelíes hicieron al atardecer un alto en las operaciones de expulsión de los colonos, con motivo del Sabbat y con la intención de reanudarlas el domingo por la mañana. Quedan pendientes de desalojar sólo cuatro asentamientos, aunque los militares deberán repasar uno a uno los enclaves, oficialmente desalojados, algunos de los cuales albergan aún a familias que se han quedado en sus casas por fallos de control del Ejército. A falta de la confirmación oficial, se asegura que más del 80% de los 8.000 colonos de la franja de Gaza se encuentran ya en territorio israelí.

Sharon anunció ayer su intención de trasladarse a la franja de Gaza una vez que hayan finalizado las tareas de evacuación, el territorio quede limpio de casas y dispuesto para ser devuelto a la Autoridad Nacional Palestina.

En prevención de un posible asalto de los palestinos impacientes a esta zona, los soldados israelíes cavaban una zanja de ocho metros de profundidad en torno a los asentamientos, al tiempo que reforzaban la vigilancia de blindados sobre las casas abandonadas para que no se produjeran pillajes. Una vez que se dé por acabada la operación de Gaza, los soldados israelíes iniciarán el desalojo de los cuatro enclaves de Cisjordania, dos de los cuales han sido ya evacuados. Se asegura en medios gubernamentales que estas últimas operaciones empezarán el martes por el asentamiento de Sa Nur, en el que se han concentrado cerca de 600 colonos radicales dispuestos a hacer frente a las fuerzas de seguridad.