Rusia y China inician maniobras militares conjuntas sin precedentes
Rusia y China iniciaron ayer unas maniobras militares conjuntas sin precedentes en la historia de sus delicadas relaciones, mientras trataban de disipar los temores de que el entrenamiento conjunto pueda ser utilizado en contra de terceros.
Las maniobras, resultado de una propuesta realizada por el ministro de Defensa ruso, Serguéi Ivanov, duran ocho días. Participan en ellas 8.000 chinos y 1.800 rusos, de los cuerpos de Tierra, Mar y Aire, además de bombarderos estratégicos rusos Tu-95 y Tu-22M de largo alcance. La presencia de este equipo es considerada como una operación de apoyo al armamento ruso, del que China, junto con India, es uno de los grandes clientes.
Las maniobras, denominadas Misión de Paz 2005, se iniciaron en la ciudad rusa de Vladivostok y pasarán después a la península de Shandong y, de allí, a las costas de China. El programa comprende consultas estratégicas, planificación y prácticas de combate, transporte y despliegue de tropas.
Según el jefe del Estado Mayor del Ejército chino, Liang Guanglie, las maniobras tienen como fin profundizar la cooperación y coordinación en defensa y seguridad, reforzar la capacidad de lucha contra el terrorismo, extremismo y separatismo. El jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas rusas, general Yuri Baluyevski, manifestó, a su vez, que el adiestramiento conjunto no supone que China y Rusia quieran formar un bloque militar o amenacen a otro país.
Por su parte, el encargado de negocios de la Embajada rusa en China, Serguéi Goncharov, subrayó que el fin del entrenamiento es preparar a los dos países para la lucha conjunta contra el terrorismo internacional, el separatismo y el extremismo religiosos, fenómenos que, según él, se han incrementado en los países miembros de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS).
Además de China y Rusia, Uzbekistán, Kazajistán, Kirguizistán y Tayikistán forman parte de esta organización centroasiática. Sus ministros de Defensa han sido invitados a presenciar las maniobras como observadores, conjuntamente con los representantes de Mongolia, India, Pakistán e Irán.
Reticencias de EE UU
EE UU y Taiwan contemplan el despliegue militar con reticencias. Washington no ha enviado observadores, pero lo sigue atentamente. El Ministerio de Exteriores de Taiwan expresó preocupación y conminó a China a retirar los 700 misiles que apuntan a la isla. La cantidad y calidad de las fuerzas concentradas "lleva a pensar que en estos ejercicios no se prepara un entrenamiento para la lucha contra el terrorismo, sino la conquista de algún territorio, como por ejemplo, una isla, la misma Taiwan", afirmaba ayer Kommersant.
Según ese periódico, los ejercicios militares suponen una "alusión" no sólo a Taiwan, sino también a otros países como Uzbekistán, ya que "los dirigentes de Rusia y China están preocupados por la posibilidad de que Asia Central escape a la influencia de Moscú y Pekín".
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