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LA RETIRADA DE GAZA

El Ejército israelí desaloja a los colonos

Una operación rápida y simultánea en seis enclaves sorprende a los habitantes más belicosos

Las fuerzas de seguridad israelíes lograron desalojar ayer en poco menos de doce horas la mitad de los asentamientos de la franja de Gaza. La operación, considerada un éxito por las autoridades militares y el Gobierno, acabará previsiblemente el domingo, antes de lo previsto. No obstante, para ello deberán evacuarse los enclaves de Neve Dekalim y Kafar Darom, donde se han atrincherado los grupos más radicales de la derecha israelí, venidos de todos los puntos del país. El triunfo de la operación militar ha sido reconocido incluso por los dirigentes de los colonos, uno de los cuales ya ha hecho un llamamiento a la rendición y al desalojo voluntario. "Hemos fracasado, los asentamientos de Gaza han caído", dijo este dirigente.

Se han vaciado 583 casas y edificios de los 21 enclaves, una cuarta parte de los registrados
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El Ejército israelí, un puño de hierro enfundado esta vez en un guante de seda, logró ayer desactivar gran parte del núcleo duro de los colonos radicales y evacuar al menos a la mitad de los pobladores de los asentamientos de la franja de Gaza, acelerando una operación que se había previsto que iba a durar al menos 10 días. La contundencia y la sorpresa con que se está desarrollando la operación militar son las dos claves que permiten explicar este éxito, según aseguraba ayer Alejandro Mellincovsky, director del Departamento de Análisis y Estrategia del Ministerio de Defensa, quien en las últimas horas había seguido la operación sobre el terreno en el asentamiento de Neve Dekalim.

Las cifras son contundentes: se han vaciado 583 casas y edificios públicos de los 21 enclaves, lo que supone una cuarta parte de los registrados oficialmente. Han quedado también vacíos o están en proceso de desalojo no menos de una decena de asentamientos, y se ha logrado establecer, a través de miembros del Gobierno, negociaciones con otros cinco enclaves para una salida pacífica. Los dirigentes de algunos de estos asentamientos se han comprometido a abandonar juntos y tranquilamente sus casas en las próximas horas. Mil familias de colonos, de las 1.700 afectadas por el repliegue, están ya en Israel.

El operativo de desalojo fue llevado a cabo por al menos 15.000 soldados y policías, perfectamente preparados en los últimos dos meses para esta tarea. El Ejército se niega a facilitar datos cuantitativos referidos a la operación militar por "razones estratégicas". El hermetismo llega incluso a guardar en secreto el nombre de las brigadas o las unidades que está realizando el desalojo de los colonos radicales, aunque todo el mundo sabe que entre ellos hay miembros de la laureada Brigada Golani, curtida en la guerra del Líbano, o de la histórica Givati. La mayoría de los efectivos son profesionales. El mando militar ha tenido en esta operación especial cuidado en no utilizar reservistas, al parecer por temor a que decidieran desertar en el último momento o se mostraran blandos con los colonos.

Antes de cerrar la operación y declarar oficialmente desalojados los asentamientos de la franja de Gaza, las fuerzas militares deberán vencer por completo la resistencia al menos de cuatro puntos clave: Neve Dekalim, Netzarim, Elai Sinai y, sobre todo, en el asentamiento de Kafar Darom, donde han venido agrupándose un singular ejercito de fanáticos, constituido por mujeres y niños de todas las edades, incluidos bebés. Han llegado desde los enclaves más radicales de Cisjordania y se han atrincherado en la sinagoga, dispuestos a convertirse en mártires de una nueva cruzada.

La resistencia de Kfar Darom, un asentamiento que en principio sólo tiene 380 habitantes, nada tiene que envidiar a la que mostraron los habitantes de Neve Dekalim, la capital de la Gaza judía, a pesar de que la mitad de sus 2.536 habitantes ya han salido. Elai Sinai es otro de los puntos rebeldes; los colonos tratan de convertirlo en un símbolo. Su población, 349 habitantes, esta constituida básicamente por desalojados del enclave de Yamit, en Egipto, evacuado en 1982 en virtud del acuerdo de paz firmado entre El Cairo y Tel Aviv. Ayer, cuando los últimos colonos de Elai Sinai se preparaban para la rendición, recibieron un refuerzo inesperado. Un grupo de colonos de los Altos del Golán, al mando de un comandante en la reserva, logró sortear la línea de seguridad de los soldados.

"El desalojo se está llevando a cabo sin incidentes graves, salvo por una menor que le clavó a un soldado una aguja hipodérmica. También hubo insultos y algunos golpes", aseguraba ayer en tono distendido un mando militar en el centro de prensa de Eskhol, cerca del pasaje de Kisufim. Las tareas de desalojo se interrumpieron con la llegada de la noche, pero se reanudarán mañana.

El primer ministro israelí, Ariel Sharon, siguió por la televisión el desalojo forzoso. "Las imágenes de los colonos [evacuados por la fuerza] me rompen el corazón, es imposible mirar esto, incluso para mí", aseguró el primer ministro. Sharon olvida que fue él mismo el que al principio de la Intifada alentó a los colonos a radicalizarse y animó la formación de las células juveniles bautizadas con el nombre de "jóvenes de lo alto de las colinas" para que constituyeran asentamientos ilegales en Cisjordania y Gaza. Sharon, en un intento de congraciarse con ellos, les llamó ayer "héroes de la historia de Israel", pero éstos le contestaron llamándole "traidor".

Una colona muestra a su hijo a los soldados israelíes encargados de desalojar el asentamiento de Neve Dekalim.
Una colona muestra a su hijo a los soldados israelíes encargados de desalojar el asentamiento de Neve Dekalim.ASSOCIATED PRESS

Un poblado provisional para los expulsados

"Esto no es un paraíso. Nitsan no tiene nada que ver con los asentamientos de la franja de Gaza. Es mucho más modesto; nuestras casas están a medio camino entre una villa y una caravana, por eso le llamamos caravillas", asegura Arik Eldan, de 55 años, gerente del poblado provisional de Nitsan a unos cincuenta kilómetros del norte de Gaza, destino último de la mayoría de los colonos evacuados de Gush Katif.

Nitsan apenas ha cumplido dos meses; antes era una inmensa explanada vacía propiedad del municipio de Askelon, que ha sido requisada por dos años por el Ejército israelí para construir este poblado provisional. En el proyecto han intervenido el Ministerio de Defensa, el Gabinete del primer ministro y la empresa de gestión pública Amigo. El coste de la operación es de 150 millones de dólares.

El poblado de Nitsan, una vez esté totalmente construido, tendrá 500 casas, lo que le permitirá albergar un tercio de la población censada hasta hace unos meses en Gaza, unos 3.000 ex colonos. Por ahora 250 familias ocupan este enclave, más de 1.000 personas, que recibieron con los brazos abiertos a sus nuevos vecinos que llegaron anoche provenientes de los asentamientos evacuados por la fuerza de Guhs Katif. "El pacto establecido entre el Ayuntamiento de Askelon y el Ministerio de Defensa establece que este poblado deberá ser desmantelado dentro de dos años. Por tanto, los que han optado por venir a vivir aquí lo hacen en régimen provisional, y mientras se buscan una solución definitiva", asegura el gerente de Nitsan.

No todos los colonos expulsados de Gaza tendrán alojamiento en Nitsan. El Ministerio de Vivienda y el Ejército se han visto obligados a alquilar con urgencia 2.000 plazas hoteleras en edificios cercanos a la franja de Gaza, para albergar a más colonos, al menos por un periodo provisional mínimo de dos semanas y máximo de un mes.

Las cuentas, sin embargo, no acaban de cuadrar, reconocen los gestores de la Administración, quienes confiesan que hay 3.000 colonos flotando para los que no se ha habilitado aún albergue. Los más optimistas confían que ese número de evacuados coincida con los que al salir de Gaza opten por emigrar al extranjero. La compensación por el desalojo oscila entre 300.000 y 400.000 dólares.

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