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Tribuna:SINIESTRO DEL EJÉRCITO ESPAÑOL EN AFGANISTÁN
Tribuna
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¿Qué hacemos en Afganistán?

Han muerto en Afganistán 17 soldados de España, los mejores de entre nosotros. Hacían allí lo más digno que puede hacer un ser humano, ayudar a los más desheredados de la tierra. Lo saben sus familias, lo saben sus amigos y debemos saberlo y agradecérselo siempre todos los españoles. ¿Qué hacen a tantos kilómetros lejos de casa, en Afganistán, nuestros militares? Puede ser también un homenaje a su sacrificio: contribuir a que los españoles conozcan a qué dedicaban su esfuerzo los 17 soldados de España que han perdido allí la vida puede ser también un homenaje a su sacrificio.

El pasado 1 de agosto, una misión parlamentaria con representación de casi todos los grupos acompañamos al ministro de Defensa en un viaje a Afganistán para conocer directamente el desarrollo de la misión a la que, Gobierno y Parlamento, les enviamos. Primero en Qual-i-Naw, y después en Herat, pudimos comprobar lo que más nos interesaba conocer sobre el éxito de nuestra contribución a la construcción de la paz en un país tan castigado: los militares españoles no eran vistos por la población afgana del territorio en el que actúa nuestro PRT, equipo de reconstrucción provincial, como fuerzas de ocupación. Al contrario, dominaban las expectativas despertadas por los españoles para mejorar sus condiciones de vida.

Nuestros militares están donde quieren los españoles que estén, cumpliendo con su trabajo y con evidentes sacrificios

Allí, en una de las mayores concentraciones de miseria del planeta, el coronel Veiga, al mando de la misión, no nos pidió más material bélico. Él, como los líderes afganos de Qual-i-Naw, nos habló de agua potable, de asistencia sanitaria, de electricidad, de comunicaciones. Sí, los militares españoles estaban y están centrados en una monumental operación de ayuda humanitaria. Nuestro contacto con el gobernador, el alcalde, candidatos y candidatas, líderes religiosos, población afgana en las calles de la ciudad, nos demostró que los militares habían hecho bien su trabajo, se habían ganado la confianza de la población. Ahora, unos y otros esperaban que se consolidara toda la misión con un refuerzo de nuestra labor de cooperación en la zona. Fuimos testigos de un excelente trabajo de construcción de la paz de España en el exterior.

Acierta la ONU cuando pone de relieve que uno de los factores más decisivos para la creación de pobreza en el mundo es la existencia de Estados fallidos. En Afganistán se puede comprobar, igual que en otros lugares, como Haití. Cuando los líderes locales nos recibieron entre unos pobres plásticos con tan simples símbolos de un Estado afgano en construcción, una foto del presidente atada con cuerdas o un pobre mobiliario que quería ser solemne, pudimos entender con qué ansiedad esperan salir de una pesadilla que soportan desde hace ya 25 años.

Vimos, en fin, un gran trabajo de nuestros militares. Más allá de distinciones académicas entre un concepto de seguridad blanda o seguridad dura, un trabajo bien hecho. Han creado un entorno de seguridad que la población afgana agradece y, a partir de esta condición previa, han puesto en marcha una operación humanitaria que, para cumplir las expectativas despertadas, España deberá completar y ampliar. En contacto con los militares sanitarios en Herat pudimos conocer un buen trabajo de coordinación en la prestación sanitaria con una ONG danesa, más destacable cuando la mayoría de las ONG se fueron hace tiempo de la zona por razones de seguridad.

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Crear un entorno seguro donde se intenta construir un Estado y donde antes existía un Estado directamente terrorista, hacer posible el desarrollo de un proceso electoral, poner en marcha un enorme programa de ayuda humanitaria en uno de los territorios más pobres de la tierra y hacer viable la misión de la única forma posible, ganando la confianza de la población, eso es lo que hacen los militares españoles en Afganistán. Y haciendo ese trabajo han muerto 17 militares españoles. Son, han sido, lo que el ministro Bono les dijo el pasado 1 de agosto en Herat, los españoles sin fronteras.

Desconocer la realidad de nuestra misión en Afganistán puede llevar a errores de bulto en la interpretación de la misma. Nuestros militares están donde quieren los españoles que estén, para cumplir con misiones previamente decididas por Naciones Unidas, y están cumpliendo con su trabajo de manera ejemplar y con evidentes sacrificios. Ni la población afgana con la que trabajan ni los españoles les ven como ocupantes. Las encuestas de opinión lo reflejan con absoluta contundencia: nadie apoya en el mundo con más decisión que los españoles la participación de militares en las misiones de pacificación, mantenimiento de la paz, imposición de la paz y ayuda humanitaria, como refleja la última encuesta de Relaciones Transatlánticas de 2004. Sólo desde la obsesión en comparaciones imposibles se puede obviar la opinión de los españoles reflejada en los estudios de opinión del CIS: casi el 90% de los españoles apoya decididamente "la participación de España en misiones de paz, bajo el mandato de la ONU". Desde luego, para quien se considere progresista resulta bien sencillo apoyar nuestra misión en Afganistán.

Es momento de recuerdo y agradecimiento para quienes al servicio de España perdieron su vida. Estaban donde les dijimos que debían estar y hoy no hay consuelo posible para los suyos. Que se conozca cuánto les debemos.

Jesús Cuadrado Bausela es portavoz de Defensa del Grupo Parlamentario Socialista.

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