Hamás advierte de que la retirada de Gaza no supondrá el fin de la lucha armada

Hacía muchos años que la plana mayor del movimiento fundamentalista palestino Hamás no comparecía en bloque ante la prensa. Ayer lo hicieron, satisfechos, en la ciudad de Gaza para anunciar que la retirada israelí de la paupérrima franja mediterránea no supondrá en absoluto el cese de la "resistencia armada" contra Israel mientras continúe la ocupación ilegal de territorios palestinos. Todo apunta a que el precario alto el fuego pactado en febrero para permitir la evacuación de los asentamientos será sólo un paréntesis.

Acompañado por algunos de los veteranos que fundaron Hamás en 1987, el dirigente Ismail Haniya aseguró que la salida de los colonos judíos y del Ejército israelí de Gaza y de una pequeña porción del norte de Cisjordania es fruto del "sacrificio del pueblo palestino y demuestra que con la resistencia se pueden conseguir los objetivos nacionales". "Hamás afirma su adhesión a la resistencia como una opción estratégica", afirmó el líder fundamentalista.

Los dirigentes del Movimiento de Resistencia Islámica, tocados con gorras verdes fabricadas en Israel, se dirigieron a un auditorio en el que abundaban militantes de esta organización y algunos otros líderes en la sombra. La víspera, en esta misma ciudad, el presidente Mahmud Abbas había anunciado que Gaza sólo es el primer paso en la reconquista de los territorios ocupados. En eso coincidió Hamás con la Autoridad Nacional Palestina (ANP), aunque se mostró más desafiante que Abbas. "Gaza no será el primer y último paso, como planea Sharon [primer ministro israelí]. No aceptaremos que se convierta en una enorme prisión", sentenció Haniya.

Hamás enumeró las exigencias de su programa maximalista: la devolución de las tierras palestinas, incluida Jerusalén, el control del espacio aéreo y marítimo, la aplicación del derecho de retorno de los refugiados y la liberación de los prisioneros de las cárceles israelíes.

Y, por último, el movimiento fundamentalista envió cuatro mensajes. El primero, al pueblo palestino, al que rindió su "sentido homenaje". "Vuestros sufrimientos no han sido en vano", afirmó Haniya. El segundo, a los Estados árabes y musulmanes, a los que agradeció el apoyo prestado a la causa palestina y a los que conminó a enfrentarse "al peligro que supone el proyecto sionista" para todos ellos. El tercero fue dirigido a la comunidad internacional, a la que reclamó que pusiera fin a la "las agresiones provocadas por la ocupación" y que deje de considerar a Hamás un movimiento terrorista. Y el último mensaje, también desafiante, a su histórico enemigo. "El pueblo palestino está acostumbrado a una prolongada resistencia. Nunca se rendirá cualquiera que sea vuestra crueldad. No luchamos contra los judíos por ser judíos. Lo hacemos porque arrebatan nuestras tierras. El acuerdo y la estabilidad dependen de que os retiréis de nuestras tierras y de que los palestinos disfruten de sus derechos".

Al margen de los mensajes explícitos, Hamás pidió la formación de un organismo nacional palestino en el que participaran todas las fuerzas políticas en el proceso de toma de decisiones. "Por eso", añade Hamás, "enfatizamos en la necesidad de reconstruir y reactivar la Organización para la Liberación de Palestina (OLP)". En los últimos meses se ha especulado con la posibilidad de que Hamás ingrese en la OLP.