_
_
_
_
SEXO

Las teclas del placer, tocadas a dúo

Las caricias nos ayudan a descubrir nuestro cuerpo, y son un buen preludio, a veces imprescindible, a nuestras relaciones sexuales. Uno aprende acariciándose a sí mismo, pero no tiene por qué quedarse ahí. Compartir esos conocimientos en nuestras experiencias con otras personas puede hacernos rozar la plenitud.

La masturbación suele ser nuestro primer contacto con la sexualidad y una excelente manera de conocer nuestro cuerpo. Esta práctica, iniciada normalmente en la adolescencia, sirve también para descubrir lo que le proporciona placer al otro en los encuentros sexuales previos a las relaciones con penetración. A partir de ahí puede ampliarse el repertorio -con sexo oral, por ejemplo-; pero, a menudo, a la pareja le invade el coitocentrismo, y la masturbación queda relegada a un segundo o tercer plano.

Manuel Lucas Matheu -médico, sexólogo y presidente de la Asociación Española de Sexología- aclara el término masturbación mutua: "Es una más de las muchas caricias que pueden realizarse durante el acto sexual. Hablando con propiedad, la masturbación es la práctica sexual individual, el placer que consigue uno mismo". Y añade: "Es preferible haber tenido estas experiencias individuales antes de mantener relaciones sexuales para que, cuando se acaricie a la otra persona, las caricias se dirijan bien y den resultado". Existen casos, además, en que la llamada masturbación mutua es muy importante, ya que algunas mujeres no alcanzan el orgasmo con la penetración, sino con la estimulación del clítoris.

Los puristas del onanismo dirán que como se toca uno no lo hace nadie, pero acariciarse mutuamente puede resultar muy placentero. Como las demás técnicas, requiere práctica y un poco de colaboración por parte del receptor.

01 Consejos para cuando masturba ella:

Lo que sirve para un hombre no siempre sirve para otro. Lo ideal es preguntar o dejar que el varón guíe con la mano.

Presión, la justa. Ni con excesiva suavidad, ni demasiado bruscamente.

El ritmo debe mantenerse (para ello es importante colocarse bien), y se puede incrementar cuando el hombre esté a punto de alcanzar el orgasmo. Una buena postura es con el hombre sobre la mujer, de rodillas. De este modo se agarra el pene o se rodea con el pulgar y el índice. A continuación se puede bombear con movimientos cortos y rápidos, o mantener la mano quieta contra los labios vaginales y apretar el pene mientras éste entra y sale.

Se pueden masajear los testículos, agarrar y apretar suavemente el pene, pasar los dedos por el borde del ano, acariciar las nalgas, estimular el perineo…

Es mejor ir por turnos, ya que es normal distraerse de lo que estás haciendo y centrarse en lo que te están haciendo a ti.

Mientras, él…

Adopta una postura que asegure a su amante un acceso cómodo (no forzado) y pleno a sus genitales.

Cierra los ojos y fantasea.

Si tiene problemas para mantener la erección le indica a ella cómo seguir.

02 Consejos para cuando masturba él:

Como puso de manifiesto la revolución sexual de los setenta, aunque muchas mujeres disfrutan con la penetración, esta otra forma de estimulación es también esencial.

El ritmo debe ser constante, y la presión, un término medio.

Estimule su clítoris y labios con el dedo, teniendo en cuenta que cada mujer tiene sus preferencias. No introduzca un dedo o el pene demasiado pronto.

Conviene tener las manos libres no sólo para masturbar, sino para acariciar los pezones, las nalgas (imitando los movimientos de su mano sobre los genitales), el vientre, la cara interior de los muslos…

Muestre interés y observe la reacción de ella: añade excitación al encuentro.

Mientras, ella…

Deja al menos una mano libre para poder acceder a la zona genital.

Insinúa su cuerpo contra el de su pareja, siempre que se pueda, y trata de mantener el mayor contacto posible con él.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_