EE UU espera comenzar la retirada de sus tropas de Irak la próxima primavera
Al Yafari: "El mayor deseo de los iraquíes es ver a las fuerzas de la coalición marcharse"
Estados Unidos podría acelerar la retirada, a partir de primavera de 2006, de una parte significativa de los 135.000 soldados que mantiene en Irak. Ésta es la primera vez que Washington maneja en público una fecha para iniciar la reducción de sus efectivos en la zona. La propuesta fue anunciada por Donald Rumsfeld, secretario de Defensa estadounidense, y el primer ministro iraquí, Ibrahim Al Yafari, en una rueda de prensa celebrada ayer en Bagdad. Yafari fue rotundo: "El mayor deseo de los iraquíes es ver a las fuerzas de la coalición marcharse y poder adoptar más responsabilidades".
Al Yafari, que encabeza el Gobierno transitorio iraquí, quiere que esa reducción de tropas sea coordinada y que no afecte a la seguridad interior: "Esto requerirá el entrenamiento de nuestras tropas y sincronizar la retirada estadounidense con la toma de control de distintas partes del país por parte de las fuerzas iraquíes". El general George Casey, jefe de las fuerzas estadounidense en Irak -que también se encontraba presente en la rueda de prensa-, mostró su confianza en que Estados Unidos pueda empezar a disminuir su presencia en Irak a partir de la próxima primavera: "Si el proceso político continúa de manera positiva y el desarrollo de las fuerzas de seguridad sigue como hasta ahora, seremos capaces de reducciones sustanciales después de las elecciones". Los comicios deberían celebrarse a finales de 2005 o comienzos del próximo año, una vez aprobada la nueva Constitución. El general Casey cree que la insurgencia se encuentra estancada, y por ello "sigue una táctica [cada vez] más violenta que afecta principalmente a civiles". El militar estadounidense cree que esa táctica conducirá a la insurgencia al fracaso. Casey negó que la situación sea peor que meses atrás: "El número de atentados no ha crecido sustancialmente respecto al año pasado". Rumsfeld instó a los líderes iraquíes a cumplir los compromisos políticos necesarios para que el 15 de agosto esté listo el borrador de la nueva Constitución. El secretario de Defensa estadounidense resaltó las consecuencias negativas que podría tener el incumplimiento de los plazos previstos. "Tenemos soldados en una zona donde la gente es asesinada; ha llegado el momento de involucrarse: el progreso político es necesario para combatir a los insurgentes y no queremos retrasos". Los deseos del jefe del Pentágono podrían verse frustrados el 1 de agosto, cuando los ponentes constitucionales podrían decidir ampliar en seis meses el plazo para aprobar la Constitución, previsto el 15 de ese mes. El Gobierno estadounidense no sólo quiere evitar retrasos sino influir decisivamente en el contenido del texto, sobre todo en asuntos clave: los derechos de la mujer, el federalismo y la distribución de las reservas de petróleo. El recién nombrado embajador de EE UU en Irak, Zalmay Khalilzad, ha dejado claro, en una entrevista con Los Angeles Times, que se encargará personalmente de lograr un consenso entre los distintos grupos del país árabe. "Es importante que la Constitución se elabore con la participación de todos los iraquíes, y que exista un cuerpo político compacto que acabe con los rebeldes". Humanm Hamoudi, presidente del comité constitucional, se reunirá hoy y mañana con los líderes suníes para discutir sobre el rumbo que debe tomar el actual borrador, cuya publicación en el periódico iraquí Al Sabah ha despertado la polémica. El actual texto propone un Estado islámico en el que sería inconstitucional legislar en contra de las "verdades fundamentales" del islam. Esto supondría un retroceso respecto a las normas existentes en la época de Sadam Husein.
Texto polémico
A menos de tres semanas para que la Asamblea Nacional apruebe el documento final, existe una falta de acuerdo entre las partes incluso respecto al nombre que adoptará el país. Los chiíes quieren que la nueva denominación sea la de una República Islámica y los kurdos, que solicitan el reconocimiento de su derecho de autodeterminación, creen que el país debe ser una República Federal, término rechazado por los suníes, que tampoco aceptan la denominación de islámica. Fuentes cercanas al proceso dijeron que la versión publicada ayer no está actualizada.
Donald Rumsfeld informó, además, de que expertos estadounidenses trabajan en nuevos acuerdos legales para regular la presencia de tropas norteamericanas en Irak cuando concluya el actual proceso político, con la elección de un nuevo Gobierno tras las elecciones previstas a finales de 2005 o comienzos de 2006. El texto podría ser una ampliación de la resolución del Consejo de Seguridad para Irak.
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