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Japón decide protegerse con un sistema antimisiles antes de 2010

El ministro de Defensa justifica la medida por las "nuevas amenazas"

Agobiado por la amenaza de Corea del Norte, e incluso de China, el Parlamento japonés ha aprobado una ley que autoriza la interceptación de misiles sin necesidad de que el ministro de Defensa consulte al Legislativo o al primer ministro. La ley permitirá adquirir antes de 2010 el sistema antimisiles más avanzado y supone otro paso del Gobierno de Junichiro Koizumi para bordear la Constitución pacifista impuesta tras la II Guerra Mundial.

"Frente a las nuevas amenazas debemos dotar a nuestras fuerzas de una mayor capacidad defensiva", afirma el titular de Defensa, Yoshinori Ono, durante una entrevista celebrada en su despacho. Ono, que ocupa la cartera de Defensa desde hace menos de dos años, recuerda que Corea del Norte disparó en 1998 un misil que sobrevoló Japón. Koizumi quiere acelerar la puesta en marcha de un sistema antimisiles terrestre con la compra al Ejército de EE UU de misiles tierra-aire Patriot 3 (PAC-3) y otro marino. Ambos sistemas estarían totalmente operativos en 2010.

Aunque el Gobierno de Koizumi se encuentra en la cuerda floja por la reforma del servicio postal -el primer ministro ha amenazado con dimitir o, más probablemente, con disolver el Parlamento y convocar elecciones-, la ley fue aprobada el viernes por una amplia mayoría, lo que revela que existe un consenso nacional sobre la necesidad de adecuar la defensa a los tiempos que corren. Para Japón, fue un duro golpe la declaración de febrero pasado del régimen de Kim Jong Il sobre que poseía armas nucleares.

Supuestamente, Pyongyang ha desplegado frente a las costas japonesas 200 misiles Rodong, de 1.300 kilómetros de alcance y de carga convencional, aunque no se descarta que pudieran adaptarse a cabezas nucleares. Además, China tiene misiles de medio alcance Dong Feng 21, capaces de transportar cargas nucleares hasta 1.770 kilómetros de distancia.

Ono aseguró que aunque se revise la Constitución de 1946, Japón seguirá siendo "un país pacifista, sin intenciones de dotarse de armamento ofensivo". Las naciones del este de Asia que sufrieron el militarismo japonés de la primera mitad del siglo XX, y especialmente China, Corea del Norte y Corea del Sur, ven con preocupación la emergencia de un nacionalismo beligerante en este archipiélago de 127 millones de habitantes.

Fuerzas de autodefensa

"Lo primero que debemos hacer es definir el estatuto de las fuerzas de autodefensa de Japón", dice el ministro. Bajo esa denominación se oculta un verdadero Ejército de 300.000 hombres bien pertrechados y dotados de los mayores avances tecnológicos para asegurar la defensa del país, pero a los que no se permite salir en misión al exterior ni bajo el paraguas de la ONU. Para las misiones acometidas estos años -Camboya, Timor e Irak, entre otras- se requiere autorización parlamentaria.

El ministro de Defensa rechaza la posibilidad de que Japón se dote de armas nucleares como método de disuasión. "Si decidiéramos tener armas nucleares desestabilizaríamos la región y el mundo. Jamás deberíamos pensar siquiera en esta posibilidad. El pueblo japonés conoce bien el dolor que producen esas armas", asegura, tras reconocer que la Marina japonesa es la segunda del mundo.

Ono sostiene que deben mantenerse relaciones constructivas con China y facilitar la transparencia de ese Gobierno en cuestiones militares, incluido el presupuesto, que según Pekín se ha incrementado en la última década en torno al 15% anual y, según Washington, tres veces más. Ono es contrario a las sanciones económicas contra Corea del Norte y dice que son necesarios nuevos esfuerzos diplomáticos para conseguir el éxito en las negociaciones sobre el problema nuclear, que comienzan mañana en Pekín y en las que participan Corea del Norte, EE UU, Rusia, China, Corea del Sur y Japón.

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