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Reportaje:DECORACIÓN

Mariscal, padrazo

Una nueva hornada de productos infantiles con el inconfundible sello Mariscal redescubre a un creador que, cuando se trata de niños, aconseja más la irreverencia alegre que la ternura empalagosa.

Anatxu Zabalbeascoa

Aunque uno no sea nunca lo suficientemente tierno con los niños, Mariscal aconseja, desde sus productos, que las cosquillas sean en el cerebro, y no en las plantas de los pies. Como prueba, su nueva línea de mobiliario infantil (que produce la empresa italiana Magis). No se trata de diseños miniaturizados. Lo que Mariscal ha trabajado no es sólo la escala. Se ha puesto en la cabeza de sus futuros usuarios. Así, la serie Me Too (Yo También) está pensada desde el cerebro irreverente y osado de un niño capaz de convertir una silla en un coche, un coche en un tanque y una toalla en una tienda de campaña. Todo puede ser otra cosa. Ésa es la máxima de estos muebles de plástico que buscan difuminar la frontera que los separa de los juguetes. Despertar la imaginación, ayudar a crecer y fomentar la creación de mundos propios han sido el objetivo central del diseñador valenciano. Un arca (Baúl) que sirve tanto para amontonar juguetes como para convertirse en una barca y flotar sobre una piscina; una divertida silla-perro (silla Julián), un escondite transformable en cápsula espacial (Nido) o una librería combinable plagada de personajes-soporte de brillantes colores (librería Ladrillo) son los primeros productos de la nueva serie que han visto la luz. Tal vez haya que atribuir a la reciente paternidad de Mariscal este nuevo sarampión creativo que le ha llevado, más allá de los muebles-juguete, a escribir y dibujar una serie de cuentos educativos (editados por RqueR) protagonizados por, cómo no, un personaje ambiguo: un cruce entre un niño y un animalito que también podría ser animalita. Los cuentos son el territorio de Lula, el protagonista, que parte en busca de los padres de un león o de los dueños de un huevo. Esa búsqueda le sirve a Mariscal para informar con gracejo y sin empachos sobre los diversos tipos de animales y las costumbres de las distintas aves que aparecen en el relato. Los productos infantiles de Mariscal apuestan por el futuro. Un futuro complicado, pero futuro a fin de cuentas. Y cumplen, con humor y optimismo, el decálogo incompleto que caracteriza los trabajos del estudio: pocos trazos para una gran expresividad, nuevas formas para apropiarse de la realidad, y un diseño que haga cosquillas al cerebro.

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