Emproacsa no controló la terbutilazina en Iznájar porque no lo exige la ley

La Empresa Provincial de Aguas de Córdoba (Emproacsa), que depende de la Diputación y gestiona el pantano de Iznájar, no realizó antes de julio análisis para detectar si la terbutilazina superaba los límites sanitarios en el embalse. La ley, según los responsables de Emproacsa, no les obliga a ello. Desde hace dos semana se controla este herbicida, cuya presencia causó la prohibición de consumo en 20 pueblos de Córdoba.

El Real Decreto 140/2003 establece que los suministradores y gestores del agua deben realizar una serie de controles para que no se superen los límites de concentración de herbicidas. La norma especifica cuatro de estos plaguicidas: aldrín, dieldrín, heptacloro y heptacloro epóxido. Además, en el real decreto se dice que "las comunidades autónomas velarán para que se adopten las medidas necesarias para poner a disposición de la autoridad sanitaria y de los gestores del abastecimiento el listado de plaguicidas fitosanitarios utilizados mayoritariamente en cada una de las campañas contra plagas del campo y que puedan estar presentes en los recursos hídricos". Los responsables de Emproacsa, la gestora del pantano de Iznájar, dijeron ayer a este periódico que no se les ha remitido este listado.

Sin embargo, la empresa tiene un relación propia de 14 herbicidas más. El problema es que entre ellos no está la terbutilazina, producto utilizado en el olivar y que ha provocado que durante cinco días unos 166.000 habitantes de Córdoba no pudieran consumir el agua que salía de sus grifos y venía de Iznájar.

Por lo tanto, Emproacsa no controló la presencia de terbutilazina en el agua del mayor pantano de Andalucía hasta el 5 de julio, cuando les llegó una alerta fiable desde Montilla. Aunque sostienen que la capacidad tóxica de este herbicida es prácticamente nula para el ser humano en los valores que se han manejado estos días (nunca se superó 0,18 microgramos por litro y la ley establece un máximo de 0,1) a partir del incidente controlarán los niveles de terbutilazina.

Los responsables de Emproacsa también explicaron que la primera vez que tuvieron conocimiento de que en un municipio se podrían haber superado los niveles permitidos fue en diciembre de 2004. El Ayuntamiento de Montilla detectó que este herbicida estaba por encima de lo permitido. El propio Consistorio realizó un contraanálisis que no confirmó ese peligro. Unos meses después, el Ayuntamiento de Almodóvar del Río, les notificó que en otros análisis de marzo la concentración supera lo legal. En esa ocasión, no hubo contraanálisis. La empresa que gestiona Iznájar, según sus responsables, no tuvo más noticias de los responsables locales por lo que entendieron que el problema estaba resuelto. El tercer aviso llegó el 4 de julio. El Ayuntamiento de Lucena detecta el mismo problema. Al día siguiente, la gestora del pantano realiza tres tomas en diferentes puntos. Los datos obtenidos unos días después establecen que en Iznájar la concentración llega hasta los 0,16 microgramos por litro. Comunican la situación a la Delegación de Salud, que el martes día 12 de julio ordena la prohibición.