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Reportaje:

Bruce frente a Bush

Su nuevo disco, 'Devils & dust', en el que Bruce Springsteen se muestra más íntimo y frágil y a la vez más fuerte, lo trajo de gira a Europa. Manel Fuentes, su 'fan' más incondicional, estuvo en sus conciertos de Madrid y Barcelona, y habló con él en exclusiva.

Durante más de dos años había estado de gira con la E Street Band, llenando de electricidad y energía física pabellones y estadios de todo el mundo con The Rising, su respuesta al 11-S, en uno de los tours más rentables que se recuerdan. Se atrevió a liderar Vote for change (Vota por el cambio), junto a artistas como REM, Neil Young o John Fogerty, pidiendo el voto por el demócrata John Kerry en las últimas elecciones estadounidenses. Tras la victoria de George W. Bush, Bruce Springsteen guardó silencio.

Ahora se presenta en solitario. Está de gira con su último trabajo, Devils & dust, una canción con la guerra de Irak de fondo que da título al álbum. En los conciertos habla con el público, bromea con él, le explica sus canciones y refuerza sus creencias. La energía del rock se vuelve ahora emoción. Pide silencio. Pero cuando el silencio está cargado de contenido y se desata, puede ser atronador.

Bruce Springsteen ha decidido mostrarse más frágil, porque se sabe más fuerte que nunca. Se presenta solo en el escenario con la única compañía de sus canciones y pide silencio al público al empezar.

Devils & dust está cargado de épica, seres solitarios, almas en peligro, historias de madres e hijos y alguna referencia a la guerra de Irak. Pasó por España, le vimos en Badalona y Madrid, y lo cierto es que en cada concierto consigue trascender; tiene algo de religioso, de transformador, un prodigio de inspiración que consigue una catarsis colectiva para los fieles que pueden acudir a la cita.

"¿Por qué creéis que el público en España es tan respetuoso con este tipo de actuaciones, y siempre juega a favor de lo que le pides? ¿Tiene algo que ver con que aquí la cultura se vive de una manera más intensa que en otras partes del mundo?". Bruce Springsteen se ha sentado alrededor de una mesa en el hotel Palace, donde se celebra una fiesta pocas horas después de su actuación madrileña. Se presenta con una camiseta negra y unos viejos vaqueros. Se le ve cómodo, relajado, agradecido a un público incondicional que no ha dejado de seguirle a lo largo de los años. En la mano, un vaso de bourbon del que bebe en pequeños sorbos y ganas de escuchar las opiniones de sus invitados. Las teorías se suceden e incluso hay quien confiesa que en el concierto no las tenía todas consigo. "Después de haber visto cómo ruge la multitud en los conciertos con la E Street Band, creía que no iban a aguantar callados, que el Palacio de los Deportes ¡iba a estallar en cualquier momento!". Grandes risas. "¿Por qué el público escucha respetuoso? ¡Dínoslo tú que eres quien lo consigue cada noche!".

Bruce Springsteen habla del valor del silencio, de la intensidad emocional que proporciona al espectáculo y de cómo lo fuerza en escena alejándose a veces del micrófono para que la proximidad sea aún mayor. Pero también habla de cine, de hacer turismo, de televisión…

"¿Qué concierto fue mejor, el de Madrid o el de Badalona?". Bruce sonríe. Es la única pregunta que deja sin respuesta. Seguro que cada una de las personas que le disfrutó en directo tendrá la suya en su corazón.

Hay fans que le esperan desde hace horas a las puertas del Palace, y, al final de la noche, Bruce no duda en salir a firmar autógrafos y hacerse fotos con ellos. En su visita a Europa, Springsteen se muestra muy accesible con sus seguidores. Le hemos visto en una revista del corazón francesa haciendo fotos en el Arco del Triunfo de París rodeado de turistas, y cuenta la leyenda que, después de su concierto en Roma, se encontró a las dos de la madrugada con unas incondicionales en la Fontana di Trevi y, tras acercarse a hablar con ellas, terminó apuntando en una hoja del pasaporte de una de ellas las canciones que le pidieron para el siguiente concierto, y que luego Bruce las interpretó.

Horas antes de empezar su concierto en Badalona, Springsteen concedió esta entrevista, la única en España. Ésta es la conversación íntegra y exclusiva.

El espectáculo es muy intenso y emotivo, pero, a veces, como vi en el Royal Albert Hall de Londres, debe recordarle a alguien del público que el concierto lo da usted solo…

Creo que la gente sobre la que escribo es gente que aparentemente son muy tranquilos, pero que en su interior están en ebullición, y para que puedan hablar necesito un gran silencio en mis actuaciones. Y es necesario contar con todo el público. Cada persona debe formar parte del concierto en este sentido, y es algo que sin duda exige más de su parte que en otros conciertos con más…, digamos, volumen. En realidad, intento decir lo mismo que transmito con la energía física de la E Street Band, pero con energía emotiva. De este modo, es un concierto junto con tu público, que requiere mucho silencio y mucha calma. De todas formas, tengo un público estupendo y recuerdo que en la actuaciones de la gira de The ghost of Tom Joad el público de aquí estuvo magnífico. Aunque a veces tengo que venir dispuesto no sólo a entretener a la gente y a poder servir de inspiración, sino también a pelearme… Y a veces, como en Londres, tengo que hacerlo.

En el libreto del espectáculo cuenta que en el escenario y escribiendo canciones "reza a los dioses de la creatividad para tener los sentidos bien despiertos, alerta para que cuando llegue el momento esté preparado". ¿Cómo lo hace para estar siempre a punto? Tanto cuando actúa solo como con la banda.

(Risas). Es un compromiso que mantengo, aunque también es mucho más que eso. Es ese estado de alerta necesario para captar algo y convertirlo en música. En cierto modo, es una vitalidad que uno quiere sentir como ser humano, de modo que, cuando estoy diciendo estas palabras, no es únicamente para la canción en sí, sino para todo el público. Es una forma de ir por la vida, implicándose, y la idea es que la vida misma es un viaje en el que nuestra alma crece y madura. Forma parte del mismo placer de vivir, y uno puede notarlo cuando sucede. Por ejemplo, después de ver una película o leer un libro terminas sintiéndote mejor persona. Tu horizonte se ha ensanchado y tu mentalidad es más abierta. Y tu modo de ver las cosas también es algo distinto a cuando entraste en el cine o en la sala de conciertos

En la última batalla electoral para la presidencia de EE UU, Bruce Springsteen decidió coger su guitarra y apoyar al candidato demócrata, John Kerry. Ya había dado muestras de sus simpatías cuando colgó en su página web un discurso del anterior candidato demócrata, Al Gore. Pero el clima de confusión masiva, de guerra preventiva y de recorte de las libertades individuales en su propio país le hizo dar un paso al frente y liderar la gira Vote for change, saltando a la arena pública.

En 'Devils & dust' canta que el miedo es algo muy poderoso. ¿Qué opinión le merece que haya Gobiernos que utilicen el miedo de sus ciudadanos para ganar votos? ¿Le parece justo?

Creo que, a este nivel, la idea de si es justo o no, por desgracia no tiene cabida. Lo que buscaban era que tuviera su efecto. Y lo tuvo en las elecciones americanas. Creo que nos manipularon con mucho cinismo después de los acontecimientos del 11 de septiembre. La gente se sentía insegura y nerviosa, y esto les permitió mentir y manipular para que entráramos en Irak. No creo que los estadounidenses hubieran querido entrar en Irak de saber que no había armas de destrucción masiva. Pero fue algo que se asoció de forma muy sutil con los atentados del 11-S. Aunque sabían que no había relación alguna. Continuamente daban a entender que sí la había. Fue una de las manipulaciones políticas más cínicas que yo he visto nunca. Por desgracia, dado el estado de las cosas entonces, tuvo su eficacia. Vivir en los Estados Unidos resulta particularmente difícil en estos momentos tan sombríos.

Tras mostrar todo su apoyo a Kerry, ¿cómo se sintió el día en que Bush ganó las elecciones?

A ver… No me acuerdo muy bien de ese día… De hecho, las dos semanas siguientes han desaparecido de mis recuerdos. Tengo un gran agujero negro. Me he olvidado por completo de las dos semanas siguientes. (Risas). ¿Qué puedo decir? Nos esforzamos todo lo que pudimos, aunque fue una decepción y algo que nos asustó. Creo que lo que más me sorprendió fue que, en ese momento, me sentía un extraño entre mis vecinos. Eso fue lo que más me dolió. Nada de lo que hizo la Administración de Bush me sorprendió. Pero sí que me sentí como un extraño para mucha gente del país… y supongo que ellos para mí. Pero, de todos modos, la votación fue muy ajustada. El 43% contra el 40% de los votos. Se perdió por sólo tres millones de votos… También se ha hablado de algunos oscuros manejos en el recuento de votos en Ohio y cosas así, pero, sea como sea, hubo una gran parte del país que estuvo de nuestro lado, mostrándonos su apoyo. Yo estuve ante 80.000 personas en Madison, Wisconsin, y se podía notar que había mucho idealismo y mucha ilusión por llevar de nuevo al país hacia sus ideales… Pero, en fin, hay que lamerse las heridas y esperar que la próxima vez…

Bush no puede volver a ganar unas elecciones. Algo bueno hay…

¡Sí, pero hay otro Bush! ¡Hay un montón de bushes! Ya veremos…

Al menos, Bush le ha servido de inspiración. En la gira norteamericana decía que "creía en la evolución" y eso le servía para introducir la canción 'Part man, part monkey' (Parte hombre, parte mono).

Sí… Habla sobre este nuevo movimiento cristiano y el poder que tiene en el proceso político en los Estados Unidos. No creo que la cante en España, sería demasiado específico.

Bueno, aquí a Bush le conocemos, quizá no su parte de hombre, pero a él le conocemos bien…

(Risas). Sí, ya lo sé, pero… De alguna manera el espectáculo se centra en los acontecimientos actuales en los Estados Unidos. La gente intenta seguir adelante y aprovechar la próxima oportunidad para que el país retome la dirección que yo creo que debería ser cuando oigo las palabras Estados Unidos de América.

Ésta es la segunda gira mundial acústica del músico de New Jersey. Un formato donde se aprecia más si cabe su figura de narrador, de contador de historias. El mensaje llega con mayor nitidez y profundidad. En la gira de The ghost of Tom Joad, a mediados de los noventa, le llegaron los reconocimientos de amplios sectores del folk americano más comprometido.

Es su segunda gira acústica, y quizá en este formato se aprecia más la figura del contador de historias. En la gira de 'The ghost of Tom Joad' le dieron el Premio Polar, una especie de Nobel de la música. Siempre hay mucha expectación a su alrededor, en sus mensajes; le da voz a quienes no la tienen…

Yo no me lo tomo así…

En la anterior entrevista con 'EPS', en San José, contaba que se sentía como "el canario en la mina de carbón"…

Supongo que es una buena forma de expresarlo… Creo que los directores de cine, los escritores y los artistas en general son ese canario en la mina. Yo lo veo así, aunque cuando subo a cantar canto para mí mismo y para mi propia experiencia emocional. Evidentemente, hay que dar lo mejor cada noche, la presión es la misma… Quieres salir e inspirar a la gente y hacerles disfrutar. Darles algo. Creo que la gente viene a los conciertos por la misma razón por la que iba yo cuando era joven, o por la misma razón por la que leen un libro o ven una película: quieren emocionarse, quieren verse cambiados, transformados. Quieren sentir algo, sentir que forman parte de algo. Quieren sentirse conectados a la gente de su alrededor y quieren comprender sus emociones y su yo interior de un modo claro. El artista tiene la posibilidad de llevarlo a cabo cada noche. Estas son las metas que me propongo cuando salgo al escenario, y no pienso en el resto de cosas. Éstas son las metas fundamentales que intento alcanzar cuando salgo a cantar.

En escena los sentimientos se van solapando a medida que avanza el repertorio. De la pérdida de los seres queridos a la esperanza de las segundas oportunidades. Del amor de pareja al amor materno-filial ejemplificado con la canción Jesus was an only son, o cómo ver la vida de Jesús desde la perspectiva de una madre que quiere que su hijo no sufra en este mundo.

Bruce alterna guitarras, piano, armónicas, dando a cada canción un clima distinto, lo que favorece la agilidad del conjunto del show y mejora notablemente su anterior gira acústica.

En escena habla de cómo su padre y su madre entendían las canciones de amor. Creo que desde puntos de vista muy distintos, ¿no?

Cuando hace años escribí una canción llamada Cautious man, pensé en un hombre que tenía las palabras amor y miedo tatuadas en las manos, porque éstos son los dos polos opuestos que influyen en nuestras acciones. Normalmente, cuando venimos de un sitio en el que hay amor, venimos de una sensación de seguridad, de gran sentido del yo, de integración en el mundo, en nuestras familias y comunidades. Mientras que si venimos de un sitio de miedo, nuestras decisiones siempre se toman según lo negativo: "Haré esto porque me siento negativo, porque tengo miedo sobre aquello o lo otro". Así son mis canciones: The Hitter: miedo. Reno, miedo y amor. Pero en Cautious man las uno, porque a menudo también van unidas en mi vida. Aunque al final siempre sigues adelante… Por eso la canción Leah habla de alguien que siente ambos sentimientos: amor y miedo.

Vamos por el mundo con un martillo en esta mano y un soplete en la otra. Con la mano del martillo construyo y con la otra quemo… Esto es lo que hace la gente. Con esta mano crean y construyen el mundo a su alrededor y con la otra destruyen. Pero también tenemos la mano que quiere quemar. Y también la utilizamos en esta vida… La cuestión es que la mano del martillo sea la que conduzca. La otra seguirá allí, pero digamos que estará en el asiento de atrás. Y la mano del martillo, conduciendo. Así que Leah es una canción de amor sobre alguien que lucha con esta dualidad e intenta salir adelante…

Las manos tatuadas de Cautious man nos transportan al blanco y negro, a La noche del cazador y a Robert Mitchum, y es que el cine norteamericano ha sido una influencia esencial para construir sus personajes. Los héroes y sus circunstancias, seres impregnados de la épica del superviviente y la lucha del perdedor le dan una intensidad a su música que a veces hay quien la confunde con la vida del propio cantante.

Una vez contó que, hace mucho tiempo y siendo soltero, una pareja le vio salir de un club de 'strip tease' y le dijo que no debería estar allí… Y respondió que usted efectivamente no estaba allí, que era un doble y que Bruce se había quedado en casa escribiendo canciones…

(Risas)… Supongo que la idea que tenía al contar esta historia era que la gente, al oír tu música, cree que te tiene muy cerca, y si alguien me preguntara: "Oye, ¿te conozco?", yo le diría que no. Sí, hay una parte de ti visible, una parte que puede ser muy intensa y personal, pero también hay muchas otras piezas en ese puzle que no encajan necesariamente… O que sí encajan, pero que no aparecen en la imagen.

Durante más de dos horas de concierto, Bruce Springsteen te puede hacer reír, llorar, sorprenderte al escucharle interpretar Reason to believe solo con una armónica, un micrófono y golpeando con su bota una madera, cantar, notar el silencio… Y, al final, se despide con una sorpresa…

El espectáculo termina cada noche con una canción de Roy Orbison…

¡No es una canción de Roy Orbison! ¡Aquí te pillé! [Risas]. Es una canción de un grupo llamado Suicide. Eran unos pioneros… Ni siquiera sé cómo describirlos… Era un dúo electrónico de Nueva York de mediados-finales de los setenta, aunque siguieron actuando. Son muy potentes y como grupo son verdaderamente emocionantes. Yo ya les había escuchado, pero recientemente me topé con esta canción y pensé: "Podría cantarla al final del concierto". Porque, de hecho, todo el concierto es muy narrativo y muy literario, así que al final decidí meter esta canción, que sólo tiene tres o cuatro frases, pero que es pura emoción. La canto con una voz distinta, un poco al estilo Roy Orbison.

Vaya, quería hablar de Roy Orbison porque usted me contó que de él aprendió que se podía tocar una canción mil veces y que siempre sonara con la misma verdad que la primera vez. Como pasa cada vez que escuchas 'Born to run'…

Roy Orbison daba mucha belleza a todas las cosas. Aunque era muy formalista, de modo que tocaba los arreglos exactamente igual a como los había tocado en los últimos 30 años. Pero también les dotaba de gran pasión y belleza, sin por ello sentirse nostálgico. Es algo a lo que hay que aspirar.

En una hora, Bruce Springsteen estará ante su público. Reinará un silencio atronador que él romperá a su antojo. La intensidad emocional será grande, estará presente en cada uno de los temas y Springsteen le dará forma y regulará el volumen. No sólo se ocupa de la música, y de hacerla real cada noche. También del público. Honestamente, no creo que un espectáculo de estas características esté al alcance de muchos músicos, ni que haya muchos humanos con esta capacidad de conectar a tanta gente en un mismo lugar y en un mismo sentimiento. Aunque ustedes ya saben que en esto no soy imparcial. Todos tenemos nuestros ídolos.

Su ídolo era Elvis Presley. De hecho existe la leyenda de que una vez intentó colarse en su casa…

Sí, es una vieja historia. Es cierta… Salté el muro de la casa. No lo contaré otra vez, pero sí, es cierto.

El álbum 'Born to run' cumple en agosto nada menos que 30 años. ¡Y se mantiene joven!

Sí, cuesta creerlo… (Risas). Es increíble. Fue mi tercer álbum, y, de hecho, llevo haciendo lo que hago desde hace 40 años, que no es tanto tiempo. Y llevo 32 años grabando. Así que ha sido una forma encantadora de ganarse la vida, es lo único que puedo decir. Y es agradable ver cómo la música, que supongo era la música de mi juventud, sigue trasladándose a los jóvenes de hoy. A menudo me vienen jóvenes a los conciertos que me piden que toque una canción de esos primeros álbumes, y siempre he creído que se debe a que yo las escribí de joven. Es agradable ver que siguen teniendo su público. Siempre es algo interesante que celebrar…

¿Vamos a tener algo especial?

Será una pequeña celebración…

Muchas gracias, Bruce. Se lo agradezco de corazón.

Un placer. No podré agradecer bastante a los fans de Madrid y Barcelona cómo acogen mi música en sus corazones. Venir aquí siempre es algo muy especial y me llena de calidez. Muchas gracias.

Bruce Springsteen se despide afectuoso. Por los pasillos del back stage del Pabellón Olímpico de Badalona hay una calma que se transmite. Le siguen acompañando las mismas personas de siempre. El personal de seguridad, el director de la gira, los managers… En Badalona cesa la música ambiente, se apagan las luces, el pabellón ruge y sale Bruce.

"Buenas noches. Os pido silencio para que esta noche pueda ofreceros lo mejor de mí mismo. Gracias. ¡Disfrutar del espectáculo!".

Se sienta al órgano e interpreta My beautiful reward.

Bruce Springsteen
Bruce SpringsteenANTON CORBIJN

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