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Las tres cajas de ahorros vascas inician los trámites para su fusión

Los presidentes lo han comunicado a Economía, Banco de España, CNMV y Moncloa

Íñigo de Barrón

Xabier de Irala, presidente de la BBK; Carlos Etxepare, de la Kutxa de Guipuzcoa, y Gregorio Rojo, de la alavesa Caja Vital, se han entrevistado en las últimas semanas con los máximos responsables de Economía, de la Oficina Económica del Gobierno, de la CNMV y del Banco de España, para explicar el proyecto de fusión de las tres cajas, lo que daría lugar a la tercera entidad de ahorro española por activos. La integración requiere el respaldo político, y ya el PP de Álava ha mostrado su oposición. El proyecto, si sale adelante, podría echar a andar en marzo de 2006.

La fusión de las cajas vascas es un asunto recurrente que se ha planteado en numerosas ocasiones durante la última década. Sin embargo, la falta de entendimiento personal o profesional entre los máximos ejecutivos de las cajas y la crispación entre los partidos políticos vascos ha impedido el acercamiento hasta ahora.

Sin embargo, la renovación de los presidentes de las cajas, con la llegada de Irala (Nueva York, 1946) a la vizcaína BBK; Etxepare (Irún, 1952), a la guipuzcoana Kutxa, y Rojo (Briviesca, Burgaos, 1953), a la alavesa Vital, ha propiciado el entendimiento. La nueva situación política, con un mayor acercamiento entre el PNV y el PSOE, ya en el Gobierno, ha sido otro importante acicate.

Entre finales de junio y principios de julio, los tres presidentes viajaron a Madrid y se entrevistaron con Pedro Solbes, vicepresidente y ministro de Economía, que apoyó la operación con la única advertencia de que tendrían que vigilar la cuota de mercado resultante por si existía posición dominante. Cada caja controla alrededor del 40% de cuota en créditos y cerca del 50% en depósitos en cada una de sus provincias de origen, sin tener en cuenta los fondos de inversión. Las tres entidades tienen un acuerdo por el que ninguna de ellas ha abierto oficinas en la provincia de las otras. El pacto incluye a Navarra, ya que están confederadas con la Caja Navarra.

Tras la visita a Solbes, se vieron con el gobernador del Banco de España, Jaime Caruana; con el director de la Oficina Económica del Gobierno, Miguel Sebastián, y con el presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Manuel Conthe, y lograron el respaldo en todos los casos, según fuentes cercanas a la operación. Mariano Rajoy, líder de la oposición, también fue informado y mostró su apoyo, dicen en las entidades de ahorro. Irala ha hecho valer su gran conocimiento del terreno político-financiero de Madrid, ya que fue presidente de Iberia durante seis años, hasta 2003. Simultáneamente, se informó a los principales partidos vascos y al Gobierno de Vitoria.

El documento de fusión de las tres cajas, como informó ayer El Correo Español y El Diario Vasco, presenta una operación puramente empresarial. El documento trasladado a los partidos, que algunos, como el PSE, recibieron el miércoles pasado, aporta datos y cuadros explicativos de las consecuencias económicas de la fusión. "Es un documento de intenciones", dijo ayer el portavoz de los socialistas en el Parlamento vasco, José Antonio Pastor, informa Alberto Uriona.

Mientras gestionan la unión, las tres cajas trabajan en una alianza que permita desarrollar acuerdos para crecer, comentan ejecutivos de las cajas. Las áreas de colaboración podrían ser el diseño de productos comerciales, informática, el departamento jurídico y las participaciones industriales, entre otras. Los sindicatos, que también han sido informados de la operación, apoyan la unión. No obstante, se calcula que la fusión de departamentos podría provocar un excedente del 20% de la plantilla (5.136 personas), que podría ser reabsorbida por la fuerte expansión prevista. Una caja vasca unida se situaría en el tercer puesto del sector por activos y en el sexto si se incluye a los bancos.

Irala, Etxepare y Rojo justifican la iniciativa para reforzar sus posiciones en un mercado con dura competencia, tras las fusiones bancarias y la expansión de otras cajas (La Caixa, por ejemplo, dispone de casi un centener de oficinas en Vizcaya).

El PSE destacó ayer que sea un proyecto eminentemente "financiero y económico" y se muestra receptivo a su desarrollo. "Como una intención genérica, lo vemos con buenos ojos", valoró Pastor, quien recordó el amplio consenso que requiere la fusión. "Si no, no tiene posibilidades de salir", agregó. Señaló que, tras la primera reacción contraria del PP, a partir de ahora se deben buscar los acercamientos con los populares en este tema y que, "mientras esto no se despeje", las tres cajas continúen con sus políticas de alianzas. El alcalde de Vitoria, Alfonso Alonso (PP), mostró ayer su rechazo a la operación, informa Eduardo Azumendi. Según Alonso, la Caja Vital es esencial para el desarrollo social y económico de Álava. "Estamos en contra de un proyecto que implica la desaparición de Caja Vital", señaló, e incluso auguró que, de prosperar la iniciativa, la Vital podría desaparecer en marzo del próximo año. El alcalde admitió que el proceso está muy avanzado, pero advirtió de que en la actualidad no cuenta con el suficiente respaldo político y social. "No se dan las condiciones políticas para seguir adelante".

Un largo proceso con fondo político

En la fusión de cajas cuenta, y mucho, el respaldo político. Y, en el caso de las vascas, requiere que las tres diputaciones provinciales lo apoyen. Vizcaya y Guipúzcoa, presididas por el PNV, no parecen plantear problemas. Álava, controlada por el PP, sí.

Los presidentes de las tres cajas son conscientes de que el proceso será largo y que hay que moverse con cuidado para lograr el consenso de todos los profesionales y políticos involucrados.

Según fuentes cercanas a la operación, el primer paso relevante será la aprobación de la nueva Ley de las Cajas de Ahorros en el Parlamento vasco, que alterará la actual composición de fuerzas.

En principio, está previsto que el PP, que además de la Diputación de Álava, controla el Ayuntamiento de Vitoria, alcance la suficiente representación para que mantenga una posición relevante en la entidad de ahorros unificada. Es decir, existe un factor corrector para que la Caja Vital, cuyos recursos son tres veces inferiores a la BBK, tenga una adecuada representación en el futuro Consejo de Administración.

De esta forma, se podría lograr el apoyo del PP, que ayer criticó la unión, y se allanaría el camino para alcanzar la fusión.

El siguiente paso llegará en marzo de 2006, cuando se celebren las asambleas de representantes. En ellas se debería votar el proyecto de fusión. Los planes pasan por que la presidencia quede en manos de Xabier de Irala, y que haya dos vicepresidentes, uno socialista y otro del PP.

La prueba de que la armonía es muy importante en esta operación lo demuestra el hecho de que el documento elaborado por las tres cajas apuesta por el equilibrio territorial. Así, se establecen mecanismos para que, en la primera fase, dos cajas no puedan absorber a la otra y que cada entidad mantenga su obra social, circunstancia clave para lograr el apoyo de los políticos.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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