El fundador de WorldCom, condenado a 25 años por fraude contable
Bernard Ebbers, de 63 años, provocó un agujero de 11.000 millones de dólares
La pérdida de la libertad es el precio que va a pagar Bernard Ebbers, fundador de la desaparecida WorldCom, por participar en el masivo fraude contable que en julio de 2002 arrasó con la compañía telefónica y los ahorros de miles de inversores. La juez del distrito de Manhattan, Bárbara Jones, le condenó ayer a 25 años de cárcel por haber causado un agujero de 11.000 millones de dólares en la mayor quiebra de la historia empresarial de Estados Unidos. Ebbers tiene 63 años, por lo que la condena se considera como un castigo de por vida.
El ejecutivo, conocido en los buenos tiempos como King Ebbers, ha pasado en escasamente tres años de ser una de las grandes estrellas del universo corporativo mundial y el gran revolucionario del sector de las telecomunicaciones, al "gran metiroso". Los enjuagues contables en WorldCom le permitieron tapar un agujero de 11.000 millones de dólares (9.016 millones de euros), lo que no evitó la mayor suspensión de pagos de la historia, pocos meses después del derrumbe de Enron.
Ebbers había dimitido como consejero delegado en abril de 2002, tres meses antes del colapso. A mediados del pasado mes de marzo, Bernard Ebbers fue acusado de haber cometido nueve delitos criminales, por fraude financiero, conspiración y falsedad documental, por los que se pedían una pena máxima de 85 años de cárcel. Sus abogados intentaron reducir la sentencia, utilizando, entre otros, el argumento de que su cliente padece del corazón y poniendo en cuestión los cálculos realizados para cifrar el volumen de las pérdidas de los inversores de WorldCom, cifradas en 1.803 millones de euros.
La juez Bárbara Jones, sometida a una gran presición, aceptó los argumentos de la acusación y en un primer momento fijó la pena en 30 años, que después la redujo inusualmente a 25 años. Cuando Jones leyó la sentencia, que puede ser recurrida, Ebbers estaba tranquilo y se llevó las manos a la cabeza, mientras su mujer, Kristie, contenía las lágrimas. Después, abandonó el tribunal neoyorquino sin hacer comentarios, pero con las lágrimas de un hombre derrotado.
Un crimen serio
La juez Jones dijo que "una sentencia inferior no habría reflejado la seriedad del crimen". "No vamos a tirar la toalla", insistió el abogado de Ebbers, Reid Weingarten, quien dijo que "Ebbers no es el símbolo de la corrupción corporativa". No lo sienten igual los antiguos empleados de WorldCom. Robert Huspeth dijo tras escuchar la sentencia que es "un día que estábamos esperando desde hace años". "No sentimos ninguna simpatía porque se benefició de sus acciones y arruinó la compañía", remachó Henry Bruen.
WorldCom, ahora conocida como MCI, llegó a estar valorada en 180.000 millones de dólares (147.540 millones de euros), cuando los índices del universo tecnológico alcanzaron su pico más alto en 1999. En mayo, la nueva ejecutiva de la compañía decidió vender sus activos de red de telefonía al gigante Verizon.
Está previsto que Ebbers ingrese en prisión el 12 de octubre, en un centro penitenciario de seguridad mínima en Yazzo, cerca de su actual domicilio en Misisipí. Además, tendrá que desprenderse de todos sus bienes, valorados en 36,8 millones de euros, para compesar a los afectados. Una cantidad que se suma a los más de 5.000 millones de euros pactados por las entidades financieras, antiguos directivos de WorldCom y la auditora Arthur Andersen.
El mayor pago lo van a realizar los gigantes financieros Citigroup (2.131 millones), JP Morgan (1.639 millones) y Bank of America (377,4 millones). Quedan pendientes aún las sentencias contra cinco antiguos directivos de la telefónica. Tres de ellos (el ex director financiero Scott Sullivan, el ex supervisor David Myers y el ex jefe contable Buford Yates) se declararon culpables de los cargos que se les achacaban. Los tres testificaron contra Ebbers, al asegurar que les ordenó falsificar los libros contables. para responder a las expectativas de Wall Street.
Más condenas
Ebbers no es el único de los grandes protagonistas de la era de los escándalos financieros que va a pasar por la cárcel. John Rigas, fundador de la operadora de cable Adelphia, fue condenado a 15 años, a pesar de su avanzada edad y de estar enfermo de cáncer. Su hijo Timothy pasará 20 años en prisión.
En el marco del caso de la eléctrica Enron, su antiguo director financiero Andrew Fastow fue condenado recientemente a 10 años, y el centro de atención se dirige ahora hacia el antiguo consejero delegado de Enron, Jeffrey Skilling, acusado de ser la pieza clave que llevó al colapso de la eléctrica en diciembre de 2001, y contra su ex presidente Kenneth Lay.
Antes, el 2 de agosto, está prevista la sentencia contra Dennis Kozlowski, antiguo consejero delegado de Tyco, y contra su director financiero, Mark Swartz, a los que le pueden caer hasta 30 años de prisión por su participación en el escándalo financiero.
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