"Lo que pretendo es alcanzar mi propio estilo de cantar jazz"
Barbara Hendricks (Arkansas, 1948), la conocida soprano sueca de origen norteamericano, visita España estos días para presentar su faceta inédita de cantante de jazz a través de un programa que incluye piezas de Duke Ellington -Mood indigo-, Gershwin -Porgy and Bess-, Cole Porter y Richard Rodgers -My funny Valentine-. La cantante, galardonada con el Premio Príncipe de Asturias en el año 2000 por su contribución a las artes y su labor humanitaria al frente de la Barbara Hendricks Foundation for Peace and Reconciliation (www.barbarahendricks.com), ha empezado su gira en Puertollano, y visitará después Perelada (día 17), Salamanca (19), Madrid (20) y Oviedo (21). En todas las citas cantará acompañada por el cuarteto del saxofonista Magnus Lindgren.
"Si sólo tienes una voz bonita, si no hay emoción y no eres capaz de transmitir un cierto sentimiento, no tienes nada"
"Si canto clásico, canto clásico, y si canto jazz, espero hacerlo al mismo nivel que cualquier otro cantante de jazz"
"La verdad es que no tenía ni la menor idea de que existiera semejante interés por el jazz en España. Creo que voy a disfrutar de un estupendo verano español y sólo espero que en los otros lugares no haga este calor...", comenta la artista desde Ciudad Real.
Hendricks descubrió el género que ahora interpreta mientras trabajaba como "canguro" para un pianista de jazz en su Arkansas natal. "Era demasiado joven para acompañarle a los sitios donde actuaba, así que me quedaba a solas con su increíble colección de discos y, cuando los niños se iban a dormir, los escuchaba, y así es como me enamoré del jazz".
Pregunta. ¿Ha seguido algún modelo en esta nueva aventura como cantante de jazz?
Respuesta. Mi referencia siempre es el compositor, supongo que es una consecuencia del método de trabajo que se sigue en la música clásica. Parto de la música y trato de no detenerme en ningún estilo de cantar o en ninguna cantante en particular. De hecho, he estado un tiempo sin escuchar a ninguna de mis cantantes favoritas porque no quería estar influida por ellas. Lo que pretendo es alcanzar mi propio estilo de cantar jazz.
P. ¿Se prepara de igual modo para cantar a Duke Ellington que a Mozart?
R. En un primer momento es lo mismo, hay que familiarizarse con la partitura, cantarla una y otra vez, atender a los detalles, vivirla... Lo mismo pasa con el jazz, excepto por el hecho de que yo no me siento capacitada para alejarme demasiado de la partitura. Uno no puede lanzarse a improvisar sin tener un conocimiento de aquello sobre lo que se está improvisando. Pero, aparte de eso, la música es igual.
P. Sin embargo, la manera de cantar de Louis Armstrong o Billie Holliday es casi la antitesís del bel canto...
R. Pero es que tanto Satch como Billie Holiday eran dos genios de la música, como Mozart. Billie no fue a ninguna escuela y, sin embargo, tenía una voz maravillosa. Tener una voz bonita no es el único requisito necesario para cantar y eso pasa también en la música clásica. Si sólo tienes una voz bonita y nada más, si no hay emoción, si no eres capaz de transmitir un cierto sentimiento, no tienes nada.
P. ¿Diría que el jazz es la música clásica del siglo XX?
R. Ésa sí es una buena pregunta. Nunca lo había pensado, pero podría ser cierto en el sentido de que es una música que tienes que desear escucharla. No es como la música pop, que la escuchas quieras o no porque está en los aviones, en las tiendas, en los taxis... Sin embargo, cuando quieres escuchar jazz, eso te obliga a realizar un cierto esfuerzo.
P. ¿Por qué es reacia a mezclar jazz con música clásica en sus recitales?
R. Trato de no mezclar demasiado por el tremendo esfuerzo que supone cantar música clásica y para no desconcentrarme. Para mí, es muy importante preservar el sabor de lo que hago. Si canto clásico, canto clásico, y si canto jazz, lo que espero es tener delante de mí al público de jazz esperando que cante al mismo nivel de cualquier otro cantante de jazz, ni más ni menos.
P ¿Contempla la posibilidad de incorporar algo de jazz moderno a su repertorio?
R. Sí, sólo que considero que no se puede hacer lo moderno hasta que no se ha hecho lo clásico. Primero, tengo que ponerme al día. Es lo mismo con la música clásica contemporánea. Es necesario saber cual es el suelo que pisas.
P. Ha optado por un conjunto sueco como grupo de acompañamiento...
R. Antes trabajaba con músicos americanos, pero era complicado traer a uno desde San Francisco, a otro desde Nueva York y al tercero desde Chicago, sobre todo cuando se trataba de ofrecer un único concierto. Así que comencé a trabajar con músicos europeos. A Magnus Lindgren me lo propusieron para hacer Porgy en una versión de Porgy and Bess. Acepté sin conocerle y la química entre ambos funcionó desde el primer instante.
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