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Reportaje:MUJERES

Compañeras del metal

Marián Alonso García, de 42 años, casada, madre de dos hijos de 18 y 17 años, trabajaba como limpiadora en el astillero Naval Gijón, pero lo que de verdad le gustaba era ver la construcción de los buques y observar a los operarios del dique soldando las grandes piezas de los barcos. Su trabajo no la satisfacía y, aunque era igual de intenso y de prolongado que el de los operarios del dique, su sueldo era inferior. Hoy, Marián Alonso es soldadora y trabaja en la empresa gijonesa Moldutec, fabricante de edificios modulares. Cobra significativamente más que antes.

El caso de Alonso no es frecuente. La industria en general, y los sectores metalúrgico, minero y otros de fuerte tradición masculina, siguen siendo ámbitos laborales que las mujeres apenas consideran en sus expectativas de trabajo, aun en casos como Asturias, en la que aún hoy pervive una fuerte tradición industrial. En el caso de la industria hullera, algunas mujeres batallaron en los tribunales hace una década para que se las admitiese en los pozos porque una normativa internacional, concebida en su día como una conquista social para proteger a mujeres y niños de los trabajos más penosos, impedía el uso de mano de obra femenina e infantil en las galerías subterráneas. Hoy, aunque pocas, no es raro ver mineras en la empresa estatal Hunosa.

La industria en general, y los sectores metalúrgico, minero y otros de fuerte tradición masculina, siguen siendo ámbitos laborales que las mujeres apenas consideran
"La exigencia de determinada fuerza física o la penuria en el trabajo no tienen nada que ver con el trabajo metalúrgico de hoy", según Pilar Suárez

En el sector metalúrgico no existió ese tipo de trabas legales, pero la costumbre hizo norma. El predominio de los varones es aplastante. La Fundación Metal Asturias, constituida en febrero de 2003 por el Principado de Asturias, los Ayuntamientos de Gijón y Avilés y los sindicatos UGT y CC OO, se ha propuesto incentivar la incorporación de la mujer a los oficios metalúrgicos. La campaña, con el lema ¿Por qué tú no?, ya ha empezado a obtener respuesta: desde marzo, 507 mujeres han pedido información, 60 se han inscrito en acciones formativas y 38 ya participan en cursos de formación (soldadura, calderería, control numérico, manejo de máquinas-herramientas...). La fundación les ha garantizado compromisos de contratación en empresas asturianas del sector.

El sector metalúrgico ocupa a 35.400 personas en el Principado, lo que equivale al 49% de la población ocupada en el sector industrial y al 9% del total del empleo asalariado regional. El metal, con 1.406 empresas, en su mayor parte sociedades de muy pequeño tamaño, que suponen el 31,7% del total de las compañías operativas en la comunidad, aporta el 13% del producto interior bruto (PIB) regional. No se dispone de datos precisos sobre la presencia laboral femenina en el subsector metalúrgico asturiano, pero se sabe que es muy minoritaria, y no muy diferente a la media nacional: de los 1,17 millones de trabajadores ocupados en este sector en España, sólo el 15,4% son mujeres, en su mayoría en puestos de administración y como profesionales de apoyo.

Lo que ocurre en el metal es extrapolable al conjunto de la industria asturiana: de los 233.900 hombres ocupados, 62.700 lo están en la industria, pero de las 194.600 mujeres con trabajo, sólo 8.600 lo hacen en el sector secundario. Y todo ello cuando la tasa de paro registrado femenino asturiano es del 15,24%, es decir, más del doble del masculino, que se sitúa en el 6,94%.

La campaña promovida por la Fundación Metal Asturias persigue por ello concienciar a las mujeres -que representan el 60% de los parados de la comunidad- de que los oficios metalúrgicos constituyen también oportunidades que no han de descartarse de antemano en las expectativas de formación y ocupación laboral, y de que no existen razones que justifiquen su percepción como ámbitos exclusivamente varoniles.

Pilar Suárez, gerente de la fundación, sostiene que "las asturianas se forman para trabajar en sectores y ocupaciones con un alto índice de desempleo". "El grupo mayoritario de las mujeres que buscan ocupación tienen formación, pero no para el empleo, y otro gran porcentaje cuenta con estudios universitarios con escasas salidas laborales. Por el contrario, existen índices de desempleo muy bajos entre los que han cursado formación profesional. En el caso de las mujeres predomina la formación dirigida a sectores tradicionalmente vistos como femeninos, como sanidad, comercio, hostelería, estética y peluquería, con altos índices de paro". "Queremos convencer a las mujeres", añade, "para que participen en procesos formativos dirigidos a oficios y sectores con mayores garantías de inserción laboral, mayor cualificación -y, por tanto, mejor salario- y menos sujetas a la temporalidad y la estacionalidad. Y el metal, con un desempleo de sólo el 8%, es uno de ellos".

Invertir esta tendencia -entre 2003 y 2004, la participación de mujeres en acciones formativas de fabricación mecánica (soldadura, calderería...) de la fundación fue de sólo el 1%, y en los centros de formación reglada del Principado de Asturias, del 3,5%- es el objetivo en el que se han aunado la institución y media docena de empresas para ofrecer formación a la carta y con compromisos de empleo. "Ya hay empresas que tienen mujeres empleadas en sus instalaciones productivas, pero lo habitual es que estén en las cadenas de producción y de montaje realizando meras operaciones manuales y repetitivas", señala Pilar Suárez. "Por eso queremos que se formen para asumir tareas más cualificadas. Se trata de un sector muy mecanizado. Si es habitual ver a una mujer trabajando como programadora de ordenador, igual debería ser verla utilizando máquinas de control numérico, por ejemplo".

Prejuicio cultural

En la Fundación del Metal de Asturias existe la convicción de que el principal impedimento que ha obstruido históricamente la incorporación de la mujer a los oficios metalúrgicos obedece a un prejuicio cultural que, a juicio de esta institución, resulta hoy "infundado". "La exigencia de determinada fuerza física o la penuria en el trabajo no tiene nada que ver con el trabajo metalúrgico de hoy, donde la utilización de la tecnología forma parte del proceso productivo en cualquier empresa, y, además, porque el nivel de automatización y de inversión en máquinas-herramientas manejadas a través de control numérico y maquinaria programada es la tónica habitual", agregan en la fundación.

Si la mujer no ha de verse en condiciones de inferioridad para optar a este tipo de ocupación, tampoco debe ignorar, opinan los promotores de la campaña, las posibilidades de desarrollo profesional que ofrece este ámbito de actividad industrial: casi el 16% de los trabajadores del sector tienen entre 55 y 64 años, por lo que necesariamente las empresas metalúrgicas están abocadas a un relevo generacional en los próximos años del que dimanarán oportunidades tangibles de empleo. Se recuerda además que, frente a otros sectores en los que predomina el empleo precario y eventual, el 78,3% de los contratos en la industria metalúrgica es de carácter indefinido. Y apostillan: "El 9,96% de las personas ocupadas son trabajadores por cuenta propia; es decir, también existe un margen interesante para iniciativas de autoempleo como instaladoras de calefacción, de calderas y otras ocupaciones que el mercado demanda". Y las salidas, recuerdan, también existen en otros sectores, como el químico, el energético, el agroalimentario y otros, que también demandan soldadores, expertos en mantenimiento electromecánico y otros especialistas.

Trabajadoras del metal de la empresa Modultec.
Trabajadoras del metal de la empresa Modultec.PACO PAREDES

Las acciones de la campaña

PARA FAVORECER la incorporación laboral de las mujeres en el sector del metal a través de la formación profesional e impulsar la inserción laboral de las desempleadas, la Fundación del Metal de Asturias ha promovido una batería de medidas a desarrollar durante el presente año y el próximo.

La operación se afronta en tres frentes. Uno es la mentalización de la población femenina; otro, la sensibilización del empresario, y el tercero, la puesta en marcha de cursos formativos en los diversos oficios que demandan las empresas del sector metalúrgico.

La Fundación del Metal de Asturias promueve campañas de publicidad en diversos soportes (carteles, tarjetas informativas, CD informativos, vídeos, stands y la web: www.fundacionmetal.org/metal), está actuando con orientadores laborales del servicio público de empleo, de los centros educativos, de los técnicos de las agencias de desarrollo local, de los servicios municipales de formación-empleo y de los agentes de igualdad de oportunidades. También se han celebrado reuniones con los sindicatos y se ha dirigido material informativo a las concejalías de la mujer. Las oficinas de información juvenil del Principado de Asturias también sirven como canales de difusión, al igual que el Instituto Asturiano de la Mujer, los centros asesores de mujeres y las asociaciones femeninas. Con las empresas se negocian acuerdos de colaboración para ofertar prácticas a las mujeres que realizan los cursos formativos.

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